Capitulo 6 -Parte 2-

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    —¡NOOO! ¡ALEJATE! —Grité sujetando el cuchillo, ahora con ambas manos. Tardé unos pocos segundos en darme cuenta de que ahora la puerta del baño estaba abierta hasta la mitad, y que la luz dentro estaba encendida.

    Me agaché, y recogí las llaves que habían caído al suelo, todo sin quitar la vista del baño. Fui acercándome lentamente, siempre con el cuchillo en frente y protegiéndome con él, de todo lo que pudiera lanzarse sobre mí. Estaba segura de que al asomarme, me encontraría de frente con la horrenda anciana y su espantosa mueca de dientes negros. Pero, al llegar hasta la puerta, solo encontré el baño vacío.

    Como la luz continuaba encendida, pude ver claramente todo dentro del baño.

   Aún así, sentía esa energía de que algo verdaderamente malo seguía allí adentro, tendiéndome una trampa, esperando pacientemente a que me acercara, y así atraparme con sus fauces y arrastrarme hasta la locura.
  
   Sentí como la piel se me erizaba, al ver con horror como la llave de la ducha comenzaba a moverse por sí sola, mientras escuchaba el agua caer sobre el piso.

    "Está en la regadera, quiere que entré al baño para matarme"

    Ese pensamiento me ayudó a reaccionar rápido. Agarré el pomo, y cerré la puerta de madera con fuerza.

    "Rápido, rápido" pensaba mientras introducía la llave en la cerradura. Escuché como la cortina de la ducha se corría hacia un lado y algo verdaderamente malo, salía de ella. Solo un segundo bastó y pude escuchar el «Clic» de la cerradura trancándose.

    Entonces la puerta comenzó a sacudirse fuerte, mientras la anciana desde adentro trataba de hacer girar el pomo. Golpeaba la puerta irritada, haciendo ese gemido que me parecía tan horrible.

    Retrocedí gritando, al momento que veía  como la madera de la puerta se sacudía. Levanté nuevamente el cuchillo, pero solo veía la puerta moverse ferozmente frente a mí.

    "No puedo perder tiempo, está encerrada... Debo irme, tengo que escapar".

    Corrí hasta mi habitación. Ahora en todo el departamento se podía escuchar la anciana enojada, batiendo la puerta. Me encontré encerrada entre las paredes de mi cuarto, mientras buscaba desesperadamente una salida.

    "La ventana, puedo salir por la ventana", corrí hasta ella, abriéndola de un solo tirón.

    Mi departamento se encontraba en el quinto piso del edificio, pero podía salir y caminar por el pequeño borde sobresaliente. Si lo lograba, podría llegar hasta el apartamento vecino.

    Pero al abrir la ventana lo que encontré fue una oscuridad total, una neblina negra que no me permitía ver nada más allá de mi nariz, una oscuridad inexplicable que sabía que no formaba parte de mi mundo.

    "No importa, sal y camina por el sobresaliente de la pared" me dije en mi cabeza.

    Si lograba caminar con cuidado, pegada a la pared, llegaría hasta la ventana del apartamento de al lado y podría pedir que me dejasen entrar. Hice el ademán en tratar de subirme al marco de la ventana, pero... escuché como la puerta del baño comenzaba a abrirse lentamente.

    Me congelé. Quería salir por la ventana y escapar, pero a mi cabeza llegó la imagen de la anciana empujándome y lanzándome al oscuro vacío.

    Me di la vuelta rápido, y volví a levantar el cuchillo mientras temblaba. Comencé a caminar lentamente hasta la puerta de mi cuarto, estaba abierta, así que ella podría entrar si quisiera. No me daba el tiempo de cerrarla ya.

    "¿Por qué no entra?" Pensé mientras me acercaba lentamente. "Está ahí, está ahí y me va a matar".

    Fue mi mano con el cuchillo la primero en asomarse al pasillo. Cualquiera hubiera podido quitármelo tranquilamente en ese momento, de lo nerviosa que yo estaba.

    Cada vez fui mostrándome un poco más, hasta que logré ver todo el pasillo. La puerta del baño seguía abierta y la luz dentro de él estaba encendida.

   "¿Dónde estás?" Pensé confundida.

   Entonces, mi corazón se detuvo al escuchar a mi costado ese horrible gemido agonizante nuevamente.

    Giré la cabeza, y ahí estaba ella, mirándome con esa espantosa sonrisa, de cuclillas en el marco de la ventana.

LOS PECADOS DE MADIELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora