—Va a morirse del miedo —susurró una.
—Cómo nos vamos a reír, no puedo esperar —murmuró la otra.
Siempre eran ellas las asustadas; ratones dentro de la cama, sustos al final de los pasillos, gusanos en su desayuno, cabelleras cortadas en mitad de la noche... El artífice de esas maquiavélicas acciones era su hermano mayor, Hugo.
Éste siempre había sido un niño ejemplar; era bueno, comprensivo, dulce e incluso se podría decir que algo asustadizo. Pero desde hacía meses tenía a las dos gemelas atemorizadas, había cambiado. Sus padres decían que era por la pubertad.
A ellas no les importaba si era la pubertad, querían venganza y le iban a dar su merecido.
Abrieron la puerta del dormitorio de Hugo con delicadeza y se acercaron a la cama.
Su hermano estaba durmiendo, la luz de la luna salpicaba su rostro plácido, lo miraron y se escondieron debajo de la cama.
Iban a hacerle creer que había un monstruo debajo de su cama, uno de los grandes miedos de Hugo cuando era más pequeño.
Las dos niñas se apretujaron ahí debajo, había menos espacio del que pensaban.
Una de ellas encendió la linterna. El haz de luz mostró algo que las dejó heladas: La cara de su hermano. Sus ojos sin vida estaban abiertos por puro terror y su boca parecía mantenerse en un grito eterno.
Las dos hermanas gritaron, no les dio tiempo a procesar el peligro de haber cometido ese error.
Puesto que... Si ese era Hugo... ¿Quién estaba despertándose encima de ellas?
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El gabinete de los horrores
HorrorMi pequeña colección de microrrelatos de terror, dispuestos como fugaces pesadillas en una vitrina. Os doy la bienvenida a mi gabinete de los horrores...