- Doctora Loud, tiene que entenderlo, ni siquiera conocemos bien el diagnostico, no podemos...
- ¡Siempre se puede hacer algo! ¡Siempre!
Ante los bruscos movimientos de Lana para revisar los libros que había obtenido con el tiempo su asistente solo podía verla con algo de preocupación, él era mayor, había trabajado mucho más tiempo que Lana en cuanto a cuidados de animales y sabía que ya no había nada que hacer, la situación del canino era insostenible y aunque lograse crear el milagro, posiblemente no tendría una buena vida, su actual jefa había llegado recientemente a ese hospital veterinario y según tenía entendido era muy buena en lo que hacía, quizás demasiado buena, tanto que era la primera vez que había sido orillada a una situación donde la mano del hombre no era suficiente para salvar una vida animal.
- Doctora, tiene un sangrado interno intenso, aunque operemos no tenemos donantes y ni siquiera tenemos aún la causa, sería un riesgo, deberíamos notificar a los...
- ¡No! ¡Debemos salvar su vida, toda vida es importante y no debemos dejar de luchar hasta el final!
- Es admirable su pensamiento, pero sabe bien que ya no hay nada que hacer.
Una bofetada fue la respuesta de Lana, haciendo retroceder levemente al asistente quien no la vio con molestia, más bien, la vio con algo de lastima.
- Que tú te hayas rendido no es mi problema, operare ahora.
Pero esta vez el brazo de Lana fue tomado con fuerza por el hombre.
- ¿Operara así como si nada? ¿Sin saber la zona comprometida realmente? ¿Sin sangre para reponer la pérdida no solo por la enfermedad sino que por la cirugía?
- ¡Es mejor que no hacer nada!
- ¡Es traumatizar algo que no podrá lograr solo por no dañar su ego! ¡Reaccione de una puta vez doctora!
- ¡No me intere...!
Esta vez la bofetada fue de parte del asistente, Lana no había esperado una reacción así, de hecho, del tiempo que llevaban trabajando juntos sabía que era alguien de un carácter firme pero no agresivo, trataba bien a los animales y a las personas, podía decir que tenía un trato con todos mucho mejor que el de ella, por eso le molestó tanto cuando le dijo que se rindiera, en la universidad y durante sus prácticas se lo habían dicho, posiblemente más de una vez tendría que determinar cuando ya no había nada que hacer pero jamás se rindió a ello, se había prometido salvar toda vida animal que llegase a sus manos y a la fecha lo había logrado, por eso no quería rendirse con ese perro, no quería tener que pasar por la idea de decirle al niño y su madre que aquella criaturita no lo lograría, no hallaba la emoción ni se imaginaba la situación, por eso no podía rendirse, no quería rendirse.
- Acepte que ya no hay nada que hacer y permita que sus seres queridos se despidan de él una última vez, es lo más humano que podemos hacer.
Lana levanto la cabeza y pudo observarlo, a pocos metros recostado sobre la mesa de revisión, jadeando con dificultad mientras le miraba fijamente, podía ver el esfuerzo en sus ojos solo por tenerlos abiertos y en su interior, ella sabía lo que significaba esa mirada, la había visto en varias de sus mascotas cuando el tiempo se las llevo y contra el tiempo era lo único que aceptaba que no podía pelear, pero al menos había estado a su lado en esos duros instantes.
Llevándose una mano al pecho mientras mordía con fuerza su labio inferior al punto de hacerlo sangrar levemente, camino en dirección a la sala de espera donde esa familia esperaba un milagro que ella acepto no podía realizar.
No lograron llevarlo a casa, todo paso demasiado rápido para todos, y Lana pudo presenciarlo todo.
No pudo salvar su vida, una familia se vio reducida en un integrante, solo pudo dar las condolencias y ocultarse en el baño.
Abrazando sus piernas sentada en el piso, como si fuese una niña pequeña, se lamentó por lo ocurrido, como si hubiese perdido a un familiar directo se lamento no haberlo salvado, se cuestiono su conocimiento, su profesión, no importaba todas las vidas que había ayudado, el peso de esa vida a la que le había fallado cayo sobre ella y no le daba tregua, llorando amargamente haberle fallado a la vida misma.
Su compañero le dio unos minutos de desahogo, claramente era la primera vez que ella pasaba por ello, mirando amargamente sabiendo que no había nada que hacer, pero al menos, no ocurrió un evento traumático para todos, por lo que tras ese momento se dirigió hasta el baño donde Lana se había encerrado y lo abrió sin preguntar, notándola en el piso lamentándose.
- No pude... no pude salvarlo... estaba frente a mí y no pude...
- La vida puede ser algo cruel, no podemos salvarlos a todos, esa es la triste verdad de este rubro, pero has hecho todo lo posible para salvar a los demás y eso es algo bastante loable.
- Creí... snif... que podría salvarlos a todos, que no haría entristecer a nadie...
- Quizás no puedas hacerlo con todos, pero piensa en todas aquellas familias a las que ayudaste, a las que le diste esperanza, incluso ahora, si bien no pudiste salvarlo, le permitiste a esa pequeña verlo una última vez... no todos logran darse ese lujo.
- ¿Y qué? ¿Tengo que seguir como si no me importara lo que acaba de pasar?
Solo negó con la cabeza suavemente.
- Continua por todos aquellos que aún puedes salvar. - Y le tendió la mano.
- ¿Alguien como yo que ya se rindió con un caso puede hacerlo?
- Rendirse no siempre es malo, en ocasiones, es más sano que luchar hasta el final, ¿O hubieras preferido que esa niña lo último que hubiese visto de su mascota era en un estado deplorable con una cicatriz en el estómago?
Lana solo negó con la cabeza.
Él sonrió al verlo y realzo su mano, buscando ser sostenida por la chica.
Después de todo había confirmado que no era el ego de la chica hablando, sino que era su corazón.

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101 historias sin odio
FanfictionAntología de historias cortas y auto concluyentes sobre la familia Loud, solo que, como dice el titulo, son historias sin odio por la familia, sobre todo al pobre Lincoln quien ya parece saco de boxeo. - Portada hecha por @LSTBErT -