Cita

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Estando sentados en una de las mesas del bar, Lynn y Rita se miraban tiernamente el uno al otro, ambos se habían preparado para lo que era su aniversario con sus mejores ropas, la cena había sido bastante amena y no tenían ganas de volver todavía a casa, por lo que ahora esperaban tranquilamente algunos tragos con los que terminar de endulzar la velada sin niños.

Los temas eran simples y ligeros de llevar, habían dejado de lado todo tema relacionado con sus trabajos o con la familia, era tal como si fueran dos jóvenes enamorados disfrutando de la velada pese a que algunas bromas sobre sus malestares de la edad, nada fuera de lo común en la pareja que seguían esforzándose en mejorar su relación, pero con la conversación los minutos comenzaron a pasar y el alcohol comenzaba a acumularse en el cuerpo de la pareja, sobre todo en el patriarca de la enorme familia.

- ...entonces tuve que tomar los pantalones y salir corriendo, el guardia casi me atrapo, pero logré huir y te los di, aunque el envoltorio casi se rompe en el proceso.

- Bueno, me prometiste ese regalo y lo cumpliste, te lo agradezco cariño.

- Lo que sea por mi amada.

La mirada picara de Rita convenció a Lynn de levantarse, pero el alcohol ya había comenzado a hacer efecto, algo que se noto en el paso en falso que dio el hombre.

- ¿Lynn?

- Eh... supongo que el piso estaba algo lejos jejeje.

- Cariño, mejor siéntate.

- Naa... estoy bien, fresco como una lechuga.

- Aun así, mejor siéntate, ¿Sí?

- Bueno, si mi chica especial quiere eso, me queda obedecer.

Después de eso el mesero llego con otra ronda, una de la cual Rita termino arrepintiéndose, pero Lynn termino tomando ambas bebidas.

- Lynn, no deberías...

- Vamos, nuestro aniversario es solo una vez al año, tiene que ser interesante.

- Pero, cariño...

Ella no pudo decir mucho antes de ver como el hombre se bebió ambas copas rápidamente.

- Oh no, Lynn...

- Buah, eso... eso estuvo bien...

- Bueno, yo creo que ya es bastante tarde, mejor volvamos a casa.

- Eso, eso, eso... sería buena idea.

Pagar y salir del lugar fue lo sencillo, el problema de Rita fue ver la expresión desorientada de su esposo quien estaba muy feliz mirando el oscuro paisaje, viendo como parecía querer caminar hacía lo que era un parque cercano.

- Lynn, esperemos a Leni aquí.

- Yo leniego eso... quiero, quiero... caminar.

- Cariño, no.

- Pero... yo quiero... ir allí.

El rostro lastimado de Lynn más el recuerdo de aquel simbólico lugar fueron un duro golpe para Rita, pues ese parque era un lugar especial para ambos, su primera cita fue allí, un lugar donde se quedaron por horas charlando de todo y de nada, de hecho, si habían terminado en ese bar era porque estaba precisamente junto a ese parque.

- Cariño.

- Quiero ir, por favor.

- Bien, pero solo hasta que llegue Leni.

Una sonrisa de dibujo en el rostro del hombre, caminado a pasos torpes hasta llegar al lugar y sentarse en una banca, mirando hacia el oscuro cielo.

- Este lugar es agradable, tan tranquilo, viví varías experiencias lindas aquí.

- Bueno, ambos vivimos momentos lindos aquí.

- Siempre fue una aventura vivir contigo, tantas cosas divertidas que no me di cuenta como pasaba el tiempo, pero, el tiempo ha pasado, y mucho, estoy viejo, tú estás más que vieja.

- Oh si, gracias por eso.

- Si queremos volver a lo clásico, a las andadas... Rita, mi amor, vámonos.

- ¿Irnos? ¿A casa?

- No, no, irnos lejos, a otro lugar, otro país, olvidarnos del trabajo, de las cuentas, de los niños, empezar de nuevo, no lo sé, en una playa olvidada de la mano del hombre y de dios.

- Lynn, no podemos... ¿Qué dirían los niños?

- Eso ya no será nuestro problema, aunque quieran seguirnos cambiaremos de identidad, yo seré Raúl y tu serías Consuelo.

- Lynn, yo...

- Shh... - El hombre puso un dedo sobre los labios de su esposa – Se que quieres...

- Oh... yo...

El castaño se acerco a su esposa y comenzó a besarla apasionadamente.

- Oh... Raúl.

- Consuelo.

Ambos dejaron todo pensamiento de lado y se fundieron en una batalla con sus bocas, dejándose llevar por el calor del momento mientras se unían como la pareja que eran, algo que era observado por una seria Leni.

- Entonces, ¿Leroy va a ser hermano mayor tan pronto?

- ...

- ...

Ni Raúl ni Consuelo se acercaron al otro por el resto de la noche.

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