Promesa

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Lana observaba bastante feliz los resultados de la fiesta, había sido todo un desafió organizar una boda para su hermana gemela con los estándares que esta quería y no se quejaba al respecto pese a las discusiones, problemas y la desastrosa despedida de soltero en Las Vegas del, ahora sí, esposo de Lola, aunque por más que le hubiese gustado preguntar al grupo de este por qué uno de ellos volvió calvo y otro sin un diente prefirió alejarse y disfrutar de la velada.

Algunas de sus hermanas disfrutaban tranquilamente mientras bebían, los hermanos Loud y el patriarca estaban dándole una "agradable" charla al ahora esposo, algo que no había visto desde el matrimonio de Leni y Lily estaba siendo estrictamente vigilada por Lisa, todo estaba como correspondía y eso le hizo relajarse, dirigiéndose hasta la barra donde una de las dama de honor de Lola se le acerco.

- Honestamente creí que no ibas a lograr organizar las cosas como le gustan a Lola, felicidades Lana.

- Ni me lo digas Meli, me duele la cabeza de cuantas veces tuve que darle mostrarios a su señoría para que estuviera contenta, aun así, estoy feliz de verla feliz. - Su mirada era hacia Lola la cual estaba riéndose con algunos invitados, algo que veía con una sonrisa.

- Lo que si quería preguntarte algo, ¿Por qué te pidió a ti organizar todo? Digo, no es que no te creyese capaz, pero aun cuando Lola estaba ocupada tus gustos y los de ella son algo... no encajan.

- Jajaja, lo sé, ella siempre ha sido la princesita y yo la caballero que peleaba contra la bestia, Lincoln hizo de dragón muchas veces para nosotras de niñas.

- Entonces... ¿Lo hizo por molestarte?

- No, para nada, es una promesa que nos hicimos hace mucho.

- ¿Cómo así?

- Pues, siempre compartíamos todo, digo, nuestro cumpleaños es el mismo día, pero entre más se distanciaban nuestros gustos más se dificulto congeniar algo en la que ambas nos sintiéramos a gusto, pero siempre participábamos cuando podíamos, hasta que nos separamos en mi caso a estudiar, en su caso, probar suerte con ese trabajo suyo, y el día que me llevaron al aeropuerto...


Hace varios años

Lola centro su mirada en sus manos, jugando con ellas en todo momento sin levantar la vista para encarar a sus padres mientras frente a ella Lana observaba nerviosa su maleta y el tablero con la muestra del estado de los vuelos, cambiando en intervalos de pocos segundos la vista de uno al otro, la chica de vestido rosa se levanto y puso pose firme, provocando la atención de Lana.

- ¿Qué?

- Comienzas a cansarme con tanto nerviosismo, vas a terminar fracturándote el cuello.

- Y eso te gustaría, ¿No princesita?

Lola solo reforzó su postura, cruzando sus brazos y elevando la barbilla.

- Te conozco lo suficiente para saber que te estas muriendo de los nervios por dentro, ¿Tanto le temes al viaje que ni siquiera puedes disimularlo frente a mí?

- No estoy nerviosa... ¡Tú estás nerviosa, tonta!

La mano de Lana temblaba, además de poner una expresión lastimera después de responder, algo que ablando la expresión de Lola y le hizo sentarse a su lado.

- ¿Qué ocurre Lana? Vas a una buena universidad, varias de las mayores te ayudaran con todos tus gastos y vas a estudiar algo que amas, ¿Por qué veo arrepentimiento en tu mirada?

- Yo no... no me siento cómoda con esto.

- ¿Por qué?

- Porque... estoy... acostumbrada a tenerte cerca.

Lola logro contener su impresión ante las palabras de su gemela, quien desvió su mirada.

- ¿Por mi estás así?

- Si, ¿Feliz? Por odiosa que seas con toda tu cursilería... te quiero, y estoy a unos minutos de poner cientos de kilómetros de distancia contigo.

- Pff... jajaja.

- ¡No te rías de mí!

- Perdón... pero... eres tan adorable jajaja.

- ¡Lola!

La susodicha procedió a acercarse a su gemela y envolverla en un abrazo, acariciando su cabeza con gentileza.

- Siempre hemos estado la una para la otra en los momentos importantes, todos, ¿O recuerdas algo importante para ti donde yo no haya estado?

- Bueno...

- O por más tediosas que te parecían mis reuniones, ¿No siempre llegabas aunque fuese al final?

- Si, pero no es lo mismo.

- ¿Por qué es diferente?

- Solo me tomaba unos minutos, en el peor de los casos horas en volver a reencontrarnos, pero esto es diferente.

- No es diferente, solo nos veremos cada más tiempo o por llamadas, pero en los momentos importantes siempre vamos a contar con la otra, ¿No?

- Bueno... eso espero.

Al ver que Lana aun seguía con dudas, Lola se apartó un poco y jugo con su cabello, colocándose en una posición más cómoda para ella.

- Entonces tenemos que asegurarnos de que la otra estará obligada a participar, ¿Qué tal si desde ahora los eventos importantes de alguna los organiza la otra? De esa forma no importa la excusa o situación, si la otra no hace nada no habría evento y no nos perderíamos el día especial, ¿Qué te parece?

Lana solo podía mirar con incredulidad las palabras de su hermana, quién ahora parecía haberlas dicho casi como si fuese algo totalmente banal pero con una sonrisa juguetona en su rostro.

- Entonces, si yo decidiese hacerme a un lado, incluso si fuese tu boda, ¿No lo celebrarías solo porque no estaría allí?

- Sip.

Lana miró a su gemela seriamente, Lola le devolvió la misma mirada, concurso que duro unos segundos antes de que ambas comenzaran a reír.

- Estás loca jajaja.

- Aprendí de la mejor jajaja.


Presente

- ¿Entonces han estado haciendo eso todo el tiempo desde entonces?

- Así es.

- Pero Lola... Ha logrado despegar en su carrera y tenido tantas cosas importantes últimamente, si eso es cierto significa que tú...

- Solo es en la misma proporción en todo lo que ella ha hecho por mi estos últimos años, ya sabes, cosa de hermanas.

Y con una última sonrisa Lana se dirigió hasta donde estaba su gemela, pensando en cual sería la siguiente locura que su hermana le haría hacer mientras reía ante las posibilidades.

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