- ¡Mamá! ¡¿Dónde deje mis lápices?!
- ¡Mamá! ¡Fred volvió a tapar el excusado!
- ¡Mamá! ¡El cereal sabe raro!
- ¡Idiota, le pusiste el café de papá, no leche!
- ¡Maldición, papá va a matarme!
- ¡¿Quién tomo mi café?!
- ¡¡¡Corre!!!
Leni solo escuchaba los gritos fuera de su habitación, no quería abrir la puerta ni toparse con sus hijos aunque fuese unos minutos más, quería seguir sumida en el sueño pero sabía en el fondo de su ser que su esposo no podría con toda la descendencia por si solo, aunque no pudo evitar reírse un poco, el ruido de 3 adolescentes y 3 niños era bastante para una mañana de martes le recordó su infancia y adolescencia, la única diferencia era que en vez de ser solo un niño y el resto chicas, ella tenía la mitad niños y la mitad niñas, pero por cada pequeña risa que le sacaban sus recuerdos el cansancio del día anterior y las ganas de que todos se callaran le afectaba tres veces más, poniendo la almohada de su esposo sobre su cabeza en un intento de tapar todo bullicio y centrarse en su mundo, pero eso no parecía que iba a pasar en la brevedad y, sentenciando que su descanso se había acabado, su hijo mayor entro en la habitación casi pateando la puerta.
- Mamá, rompí mi camisa por error, ¿Puedes arreglármela? Es mi favorita y hoy quiero confe... ha..hablarle a mi amiga... eso.
Su mirada de muerte no duro mucho más cuando vio el rostro avergonzado de su primogénito, levantándose de la cama mientras se dirigía a tomar su equipo de costura del armario.
- Tienes que tener cuidado con como tratas tus camisas, aunque no creo que a Amber le guste este color, como que te hace ver muy gordo.
- N..No decidas por tu cuenta, ¡Y no estoy gordo, estoy fuerte y pachoncito!
Con la camisa rápidamente arreglada el adolescente la arranco de las manos de su madre antes de salir corriendo, presa de todo el movimiento usual de cada mañana.
Tras salir, una niña pequeña entro arrastrando su manta mientras alzaba sus manos en clara señal de querer ser levantada.
- Ups, lo siento querida. - El padre la tomo en brazos antes de que Leni pudiese reaccionar. - Hoy debemos dejar que mami descanse, ¿Recuerdas?
- Ya le tuve que coser su camisa a uno de los chicos.
El hombre frunció el ceño, desviando su mirada hacia el comedor donde el primogénito termino por esconderse.
- Perdón Leni, estoy intentando que no te molesten, pero...
Esta negó con la cabeza, devolviéndole una mirada alegre.
- No tengo problemas en ayudar.
- Oye, quedamos en que hoy descansarías.
- Bueno, aun falta para que todos salgan y se nota que te faltan manos, déjame ayudarte.
Leni finalmente termino por colocarse una bata y termino ayudando con los preparativos, ese día no abriría el taller, era su día para ella misma, pero para cuando finalmente sus hijos partieron a la escuela y su esposo a su trabajo, ver el desastre que habían dejado solo le hizo suspirar antes de tomar una escoba y comenzar a ordenar, cuando finalmente todo el desastre había sido recompuesto el timbre sonó, provocando un gruñido en Leni quien se dirigió, sin importarle lo desarreglada que se encontraba, hasta la puerta.
- ¿Qué quiere? Ah, Luna, ¿Qué haces aquí?
- ¿De que hablas mujer? Quedamos en que te pasaría a buscar, el resto de las chicas nos espera.
- Ah, bueno, yo...
- ¿Te despertaste recién? - La expresión de Luna dejo su apuro y en vez de cambiar a una de molestia por mostrarse claramente atrasada, fue más una risueña. - Bueno, me esperaba algo así, ve a ducharte tranquila chica, te espero.
Mientras se encontraba en el baño no dejo de pensar en ese cambio de expresión de Luna, su hermana menor siempre le había mirado así, incluso cuando se reencontraron luego de que huyo de casa tanto tiempo atrás, algo de lo que no se arrepentía, ni siquiera con todo lo que sufrió en sus inicios, era una forma de sentirse una "adulta responsable" de una buena vez y ni aunque había logrado todo lo que creía que era ser alguien funcional, su hermana menor había dejado de tratarla como si fuese la mayor y esperase esos errores por su parte, por eso termino tomando la ducha más rápida que había tenido en su vida y se dirigió rápido a vestirse, no quería hacerla esperar, pero mientras se vestía con el primer vestido que encontró Luna entro en la habitación, notando el conjunto que estaba vistiendo.
- Se que no soy la mejor para hablar de esto, ¿Pero en serio piensas salir así?
- ¿Qué tiene de malo?
- Bueno, incluso yo se que ese vestido y esos zapatos no encajan para nada.
- Son prácticos.
- Pero eres Leni, mi Leni, la que es capaz de pelearse con un anciano si ve que usa sandalias con calcetines.
Al escuchar esas palabras Leni soltó el peine y dio una mirada de muerte a Luna.
- Primero, no menciones eso que es totalmente horroroso, segundo, de por si estoy atrasada.
- El resto entenderá, ya les avisé que llegaremos un poco tarde, ya saben cómo es contigo.
Incluso tras toda una vida, no podía evitar sentir la condescendencia en la voz de su hermana, de su familia, se lo había probado a si misma una vez tras otra e incluso después de tantos años, ¿Y aun seguían con ello?
- ¿Entender qué? ¿Qué no puedo cumplir con una simple hora de juntarnos por cómo soy?
- ¿Eh? ¿De qué hablas?
- Dilo, ni siquiera ahora piensas que soy confiable y por eso venías dispuesta a esperarme.
- ¿Qué? No, para nada sis.
- ¿Entonces qué? Si fuera Lola o Lori estarías molesta por el atraso e insistiendo que nos fuéramos ya, pero como soy yo solo sonríes y esperas.
- Chica, tienes una gran familia que se acerca peligrosamente a ser como lo éramos cuando pequeños, es obvio que tienes menos tiempo libre que las demás, además tienes tu propia tienda, eso también quita tiempo, no llevas una vida sencilla y te admiro por eso, por lo cual lo mínimo que puedo hacer es buscar comprenderte y no darte más presión.
Leni quedo paralizada por un momento, desviándose a mirar directamente a su hermana para notar que esta le veía con una expresión seria.
- ¿No era porque me considerabas alguien torpe?
- ¿Torpe? ¿Tú? ¿La que se vino a esta ciudad sola y tuvo la fuerza para levantar todo esto sin el apoyo de nadie? Por favor, hace mucho que eres de las hermanas que más confianza me dan, eres fuerte chica, y porque respeto eso quiero tratarte como la dulce hermana que siempre has sido.
Leni solo bajo la mirada, sonriendo antes de componer su expresión a una más grácil.
- ¿Entonces no hay problema si me tomo algo más de tiempo?
- Todo el que quieras chica, ve a tu ritmo que no tienes que demostrarle nada a nadie.
- Aww... ¿Y si me ayudas a elegir mi vestido? O también podrías probarte uno de los míos, estoy segura de que si nos tomamos un poco de tiempo ambas quedaremos fabulosas.
- Eh... pero yo... eh...
- Jejeje, no seas tímida mi Lunita, deja que Mami Leni te consienta también un poco.
Ambas llegaron tarde a esa reunión familiar, pero nada fue capaz de quitarle la sonrisa a Leni en toda la velada.

ESTÁS LEYENDO
101 historias sin odio
FanficAntología de historias cortas y auto concluyentes sobre la familia Loud, solo que, como dice el titulo, son historias sin odio por la familia, sobre todo al pobre Lincoln quien ya parece saco de boxeo. - Portada hecha por @LSTBErT -