Paternidad

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- Padre, lamento negarme a tu solicitud debido a la atención que requieren mis experimentos, pero en el caso de que hicieses aquellas masas dulces horneadas con elementos provenientes de cacao procesado incrustados en ellas...

- o -

- No puedo, una amiga en la tarde para practicar para nuestra próxima pasarela, lo que me recuerda, el otro día, ese postre fue fantástico, si pudieses recrearlo...

- o -

- No puedo ayudarte en la cocina papá, Benny y yo saldremos en unos minutos, de hecho, posiblemente llegue después de la cena...

- o -

- No gracias, necesito terminar de arreglar a vancilla, el aceite de motor es más fuerte que el de cocina papá.

- Si, entiendo hija, no te preocupes.

Dicho eso Lana siguió su camino hacia la cochera, dejando en soledad al patriarca quién suspiro antes de encaminarse hasta el refrigerador.

La última semana había estado intentando que alguno de sus hijos se uniera a él en la cocina, no iba a forzar a nadie como lo hizo con Luan años atrás, pero el deseo de que alguien disfrutara de aquel arte junto a él aun estaba allí, había intentado con 1 cada día y terminaba con alguna excusa o con la petición de algún dulce, por lo que se quedo mirando los huevos mientras pensaba si preparar algún postre o algo por el hecho de hacerlo, aunque termino por cerrar la puerta y dejar su mandil, encaminándose hasta la sala donde se dejo caer para encender la televisión.

- En el nuevo episodio de Leyendas, la familia...

- Hey, no sabía que habían vuelto a emitir este programa. - En ese momento Lynn tuvo una idea, dirigiéndose hasta el segundo piso y tocando la puerta de la habitación de Lincoln.

- ¡Pase!

- Hijo, - Nota que Lincoln esta guardando algunas cosas en un bolso. - ¿Vas a algún lado?

- Quede con Liam en el parque, ¿Necesitas algo?

- Ah, bueno, es que estaba viendo la televisión y resulta que hay una nueva temporada de Leyendas, ¿Quieres verlas conmigo?

- Mmm, lo siento, esta temporada la verdad ha estado algo aburrida, generalmente se están rindiendo ambos equipos, en fin, tengo que irme, nos vemos más tarde papá.

Dicho eso el muchacho salió a gran velocidad, dejando al hombre solo.

- Si ya la había visto no hay mucho que hacer.

Al volver al sofá vio que el programa seguía en emisión, observándolo por pocos minutos antes de apagarla y dejarse caer en el sofá.

- Con una familia tan grande y me siento solo, quién lo diría.

Había dedicado los últimos 20 años a la crianza, muchas veces había buscado excusas para quedarse solo y poder descansar, pero ahora la mayoría de sus hijos eran adolescentes, algunos ya habían partido, las menores eran bastante independientes al seguir el ejemplo de las mayores, aun con el caos de su familia había alcanzado un punto de calma, pero no se sentía cómodo.

Aquella paz que tanto deseo por muchos años no le agradaba para nada.

Su mirada se desvió a un cuadro colgado en la chimenea, un regalo dado por Lincoln años atrás donde estaba la mayoría de sus hijos, pero no alcanzó a concentrarse en dicho recuerdo ya que su teléfono comenzó a sonar, notando irónicamente que era su padre.

- (Feliz) Hola papá, que gusto escucharte.

- El gusto es mío Lynn, quería preguntarte si había problema con que te visite uno de estos días, tengo ganas de hablar con mi muchacho jajaja.

- Si claro, claro, me encantaría... me... encantaría.

- ¿Ocurre algo Lynn? Si no es buen momento puedo...

- Nooo, claro que es buen momento papá, el mejor sin dudas.

- Lynn, no por nada te he visto literalmente toda tu vida, ¿Te ocurre algo?

- Yo... no... sigh, si papá, si me ocurre algo... son... los chicos...

- ¿Paso algo con mis nietos?

- No les pasa nada... es solo que... creo que se la pasan demasiado en sus pasatiempos, sobre todo desde Lucy para arriba, y Lori que no contesta todas mis llamadas, o Junior que se la pasa en sus equipos y...

- Ya entendí, ¿Te sientes solo verdad?

- ¿No tenías una forma más suave de decirlo?

- Hijo, la paternidad es un trabajo cruel, tantos desvelos, tanto miedo, incertidumbre, dolor, un trabajo de 24 horas al día, 7 días a la semana por el resto de tu vida donde el único pago es una llamada cada par de meses y un saludo en tu cumpleaños.

Lynn no quería responder, pero sintió el peso de aquellas palabras, no habían sido dichas con malicia, sino con algo de burla.

- Perdón papá.

- No pidas perdón, eres mi hijo y tienes tu propia vida con tus propias ambiciones, sería más doloroso si nunca te hubieses apartado y hecho tu propia vida, te vi crecer desde que pude sostenerte con una mano hasta que te vi en ese altar diciendo tus votos matrimoniales, la paternidad es un asco, pero uno que siempre valdrá la pena cuando ves la sonrisa en sus rostros.

Lynn nuevamente se fijo en ese pequeño desastre que ocurría en la fotografía, veía al lado una foto de su pequeño bebé, el único que no participaba del desastre que era esa fotografía, podía verlos a todos sonriendo o felices de alguna forma, acariciando aquella imagen con más calma en su corazón.

- Y créeme, aunque ellos crezcan o se alejen para seguir su rumbo, siempre estarán unidos a ti de una u otra manera, en realidad, nunca estarán lejos de ti del todo jajaja.

- Gracias papá.

- Creo que necesitas pensar, te llamo en unos minutos. - Corta la llamada.

- Je, ¿Lo habrá presentido?

- ¿Papá?

- ¿Uh? - Al voltearse, nota que Lana estaba mirándole desde el comedor. - ¿Ocurre algo hija?

- Estuve revisando vancilla y creo que está bien todavía, una buena mantención nunca es mala, pero... amm... ¿Siguen en pie esas galletas? Me lavare las manos, lo juro.

Aquel rostro de suplica puso una sonrisa en el rostro de Lynn, era cierto, sus hijos estaban creciendo, algún día todos dejarían la casa, pero aun así seguirían unidos como familia.

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