Ejemplo

46 6 0
                                    

Con una sonrisa incomoda en sus rostros, tanto Clyde como Liam observaban a Lincoln, quien cargaba en sus brazos a un pequeño de cabellera rubia el cual los observaba curioso a ambos, en la mirada del peliblanco se notaba que aquella situación le apenaba, pero al menos ambos amigos le entendían, pues no era la primera vez que el muchacho tenía que cuidar a algún hermana menor de último momento antes de una salida, siendo la curiosidad el hecho de que no fuese una de sus hermanas, sino que era su hermano menor.

- Daaaaah.

- Si Leroy, ellos son mis amigos.

- ¡Dah!

Ambos chicos suspiraron, no era la situación ideal, pero al menos ya había llegado el chico que esperaban, siendo Clyde quien tomo la iniciativa de acercarse al muchacho y su pequeño hermanito.

- Suena como alguien simpático. – Clyde acerco su mano con la intención de acariciar su cabeza, algo a lo que Lincoln le detuvo.

- Te recomiendo que no lo hagas.

- Vamos, ¿Temes que se encariñe conmigo? – El moreno siguió su acción, una que fue respondida por el bebé cuando estaba a pocos segundos con un intento de morderlo. - ¡¿Eh?!

- Te lo dije, tiende a morder a los desconocidos.

Clyde miro seriamente al bebé quien le respondió con una mirada similar, un duelo de mirada que se hubiese prolongado si el pelirrojo no hubiera llamado la atención de los presentes ajustando su garganta.

- ¿Vas a seguir peleando con el bebé o vamos a comprar las entradas para la película que empieza en 10 minutos?

- Cierto, la película, - Lincoln comenzó a acariciar gentilmente a Leroy y deformo su voz para usar un tono más gentil, sacándole una sonrisa al bebé - ¿Quién quiere ver a Ace Savvy?

- (Emocionado) ¡Dah!

- Así me gusta, - A sus amigos - ¡Vamos!

Siendo el peliblanco quien dirigió la marcha hacía el cine, los otros dos muchachos volvieron a suspirar, caminando con una sonrisa optimista hacía el interior.

Lincoln y Clyde terminaron entregando su parte del dinero a Liam, siendo este el que se encargo de comprar las entradas y los aperitivos mientras que Lincoln se quedo jugando con su hermanito, Clyde solo podía observar aquella escena, si bien Lincoln siempre demostró cariño a cada nueva hermana que tenía, se notaba que se encontraba especialmente a gusto junto al muchacho, pues no solo era su primer hermano varón, era también su primer compañero de cuarto desde que Lucy nació, un tiempo que a palabras del mismo Lincoln casi ni recuerda, pues cuando nació esta se tuvo que mudar de habitación, un proceso que repitió un par de veces pero siempre con la condición de dejarle una habitación para él solo, algo que más de una vez le pregunto a su amigo si había sido decisión suya o de sus padres, pero siempre obtenía la misma respuesta: "solo se dio", como si su amigo se hubiese resignado hace mucho tiempo a tener una compañía cercana dentro de su casa, dejándose llevar por los demás, pero desde el nacimiento del pequeño las conversaciones de Lincoln habían cambiado, el pequeño salía varías veces como tema de conversación, incluso eran varias las veces en que el muchacho, tal como ese día, había aparecido con el pequeño, realmente parecía un vinculo especial entre ambos, quizás era por ser los únicos chicos entre tantas hermanas o algo había despertado en él al tener un compañero de cuarto, teorías habían muchas, pero la única certeza es que su amigo se veía muy feliz.

Quería hablar con Lincoln mientras esperaban a Liam, pero el peliblanco estaba casi absorto jugueteando con el bebe, por lo que prefirió darle un pequeño mimo nuevamente, aprovechando que ambos estaban distraídos, por lo que se acerco lentamente por el costado del pequeño, acercando lentamente su mano hacía la cabeza de este, pero a los pocos centímetros este repentinamente se volteó, estirándose como pudo para intentar darle un mordisco.

- ¡Dah!

- Wow, tranquilo pequeño.

- (Decaído) Realmente tu hermanito me odia.

- No te odia, solo no te conoce, es un poco huraño.

- Dah.

- No te preocupes, algún día dejara de hacerlo, o se acostumbrara a ti, lo primero que pase.

- Eso no me convence mucho... sigh, oye Lincoln.

- ¿Sí?

- Mira, entiendo que quieras mucho a tu hermanito, pero... ¿No crees que te estás apegando mucho a él?

- No, ¿Por qué lo dices?

- Lo tienes mucho tiempo cerca de ti, no digo que sea malo, pero tú también tienes tu vida, digo, por ejemplo hoy, sabes que los bebes tienden a, ya sabes, llorar y esas cosas.

- Bueno, en eso tienes un punto, pero...

- ¿Pero?

- Ya tengo 13, él ni siquiera tiene 1 año, posiblemente a los 18 me iré lejos a estudiar, él apenas y tendrá unos 5 años, mis hermanas siempre tendrán un referente con el que apoyarse entre ellas, pero una vez salga de casa, él estará solo rodeado por muchas chicas, se que lo van a cuidar y querer, pero entiendo lo que conlleva ser la minoría en opinión y en los procesos de crecimiento, yo... no voy a negar que me escude mucho en ti ya que me sentía un tanto solo como el único chico... pero no quiero que él pase por lo mismo, quiero que sepa que siempre estaré allí para él, aun con la distancia, y que no tiene que temer ni preocuparse, si necesita algún consejo de chico o lo que sea, que estoy allí, y solo tengo 5 años antes de que sea casi un tío lejano que solo vea en festividades y ocasiones especiales... como creo ve a Lori, y posiblemente lo haga con Leni y Luna, no... olvídalo, creo que lo estoy sobre pensando.

- Vaya... eso... vaya...

- (Feliz) ¿Qué puedo decir? Quiero mucho a mi hermanito y creo que él me quiere mucho a mí.

- ¿Tú crees?

Lincoln tomo el brazo de Clyde en ese momento, permitiendo que Leroy viese en todo momento sus acciones, acercando el brazo de Clyde de tal modo que la palma de este pudo tocar la cabellera rubia del chico, solo que está vez no hizo ningún esfuerzo en morder, solo observo y se dejó acariciar por Clyde.

- Eso fue...

- Él confía en mí, y con eso ya soy muy feliz.

Clyde solo miro como el chico le miraba pensativo, como la mirada de este buscaba cada cierto tiempo la de su hermano mayor, pensando una única cosa en ese momento.

Ese bebé iba a ser realmente feliz.

101 historias sin odioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora