Capítulo 5. - temores y contención -

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- Continúe con sus averiguaciones -.
Y simplemente dio media vuelta y se marchó, con pasos tan ágiles que en segundos ya no lo tenía dentro de mi campo de visión.

¿Habría usado su supuesta habilidad con la legeremancia en mí?.

Casi sentí que estaba a punto de desmayarme, estaría en graves problemas si acababa de descubrir los pensamientos pecaminosos que estaba sintiendo por él en ese momento.
Opté por no rumiar en aquello y me dediqué a leer el libro en el que me había interesado antes que llegase el misterioso profesor de pociones a alterar mi química cerebral.
Oigo unos pasos acelerados y voces murmurando, casi gritando, me asomo a un costado y veo que son mis amigos.
Harry había descifrado el mensaje dentro del huevo dorado gracias a la ayuda de Cedric, y al parecer, de Myrtle.

- Harry repíteme la frase.
-"Donde nuestras voces suenan, ven a buscarnos"...
- El Lago Negro, es obvio.
- "Y para encontrarlo tiene una hora."
- También es obvio, y a la vez muy problemático.
- ¿Muy problemático? -. Me cuestionó Harry con un tono bastante molesto -. ¿Cuándo fue la última vez que aguantaste la respiración bajo el agua por una hora?
- Escúchame Harry, hay una solución, la encontraremos juntos -. trataba de alentarlo, aunque no se si esos ánimos de aliento los necesitaba él o yo misma.

En ese momento apareció Slughorn y nos indicó a Ron y a mí que la profesora McGonagall nos necesitaba en su oficina. Quería quedarme con Harry ayudándolo para la competencia pero el profesor nos ordenó dejar a Harry prepararse, así que simplemente nos marchamos.

Llegamos a la oficina de Minerva, oímos voces en el interior, nos miramos confundidos. Estuvimos todo el camino tratando de comprender por qué nos citó en su despacho, suponíamos que sería para ayudar a Harry con la competencia.
Después de hacernos un gesto afirmativo con la cabeza entramos, estaba la profesora McGonagall, Dumbledore y él, el misterioso profesor Severus Snape, brevemente levante la vista para observarlo de reojo y nuestras miradas conectaron, noto que se sobresalta al verme, sus rasgos se afilan, y su pecho parecía comenzar a aletear con respiraciones aceleradas.

- ¿Severus sucede algo? -. le preguntó Dumbledore que nunca dejaba pasar nada delante de sus ojos.
Snape seguía manteniendo su mirada fija en mí por lo que parecieron unos interminables segundos antes de responder.
- Todo está... bien. Y en estos momentos Albus, creo que sería más acertado que la Profesora McGonagall - dijo dándome la espalda, lo cuál me alivió enormemente - informase a los alumnos por qué los citó a su oficina, así podemos culminar esta reunión de la que soy un partícipe innecesariamente obligado a estar presente.
- No seas irrespetuoso Severus -. Le indicó McGonagall -. Estás aquí porque debemos tomar la mejor decisión sobre quiénes serán las piezas de valor que los competidores deben salvar.
- ¡¿Las piezas de valor?! -. gritó Ron.
- ¿Que deben salvar? -. Sumé a la pregunta de Ron apenas si me salieron las palabras de boca -. ¿De qué están hablando?.

La profesora se dispuso a explicarnos que sabiendo la amistad invaluable de Harry y Ron, y habiendo visto la manera en la que Victor me trataba, miraba y hablaba con los demás sobre lo que sentía por mí, en la próxima competencia nos introducirian mediante un hechizo en el fondo del Lago Negro y eramos lo que tendrían una hora para poder rescatar.
Nos miramos con los ojos muy abiertos, no sabíamos que decir ni como reaccionar. Ron fue el primero en hablar.

- ¿Y qué sucede si no lograsen rescatarnos en una hora?.
Los profesores se miraron indiscretamente entre ellos.
- Señor Weasly, en el caso de que pas...
Mientras Dumbledore comenzaba a darnos explicaciones entró Barty Crouch a la oficina.
- Albus Dumbledore, te estuve buscando por todo Hogwarts , necesito hablar algo... en privado -. le indicó girando la cabeza hacia nosotros.
- Minerva, Severus, acompañen a los estudiantes a prepararse de la manera correcta para la competencia, por favor -. les indicó Dumbledore.
Los ojos de Severus se abrieron como platos por un segundo, noté que todo su cuerpo se tensó de pronto, como cuando te preparas antes de enfrentarte en una batalla de hechizos, antes de volver a ponerse su máscara de misterio y mirar a la profesora McGonagall.
- Vengan, vamos a prepararlos -. nos dijo la profesora.
Nos miramos con Ron y nos dispusimos a salir del despacho con los profesores, pero apenas cruzamos la entrada mi amigo se detuvo, lo notaba preocupado e irritado.
- ¿Qué sucede Weasly? -. cuestionó Minerva.
- No comprendo. ¡¿Cómo vamos a poder soportar "tranquilamente" -. Gesticulando con sus dedos unas comillas -. bajo el maldito lago una hora o quién sabe cuánto hasta que nos rescaten?!.
- Cuide sus modales Weasly.
- ¿No piensa restarle puntos a su casa por ese comportamiento inadecuado hacia una autoridad? -. Sugirió en tono seco y despectivo el profesor Snape.
- Sí, debería, sin embargo haré una excepción solo por esta vez dado que puedo suponer que esta revolución de confusión e inquietud no dejaron razonar de manera correcta al alumno -.

Sentenció Minerva dirigiendo su mirada del profesor a Ron, quien solo atinó a asentir con su cabeza en afirmación a lo que acababa de oír.
La sonrisa ambiciosa en el rostro de Severus pasó instantáneamente a un gesto gélido de desprecio.

- Mire Severus, lleve a la señorita Granger a alistarse que yo me encargaré de explicarle mejor la competencia y así aplacar los ánimos del alumno.

Sentí como si de manera simultánea se nos cortara la respiración a ambos mientras nuestras miradas acababan por conectarse.
Sin decir una palabra comenzó a caminar por el pasillo con sus pasos tan ágiles y rápidos que ya estaba comenzando a perderlo de vista.

- ¿Acaso está hechizada señorita Granger, o se olvidó cómo mover los pies? -. masculló cuando, evidentemente, percibió que no lo estaba siguiendo.

Fruncí el ceño y levanté mi mirada hacia él. Me observada desde lo alto, un mechón de su pelo le rozaba la mejilla, su mandíbula tensa, sus labios semi fruncidos, una ceja elevada como solía hacer, esos ojos oscuros que me miraban y sentía como si se adentraran en cada rincón de mi ser, y me irritaba, me irritaba por toda la clase de sensaciones que me generaba y que me dejaba cada vez más perdidamente confundida.

- Venga -. Me indicó, la tensión enmarcada en su boca.

Estaba furiosa por estas sensaciones que no comprendía pero sabía muy bien que no debía sentir.

Le dirigí una mirada ceñuda, pero en cuanto Severus cortó la conexión de nuestros ojos y dio media vuelta, simplemente, de manera casi coaccionada, lo seguí.
Me costaba mucho seguirle el ritmo, parecía más como si quisiera huir de mí, a guiarme hacia donde debíamos dirigirnos.
Nos encaminábamos al sur de Hogwarts, evidentemente debemos estar yendo al Gran Lago pensé.
Los nervios empezaron a aflorar.

¿Y si Krum y Harry no logran rescatarnos?.
¿Acaso moriríamos y era eso para lo que debíamos prepararnos, por si llegase a ser nuestro final?.

Tragué saliva, el corazón desbocado, mientras mis pensamientos corrían como locos. No me di cuenta de lo absorta que estaba en mis pensamientos hasta que choque de lleno con algo, mejor dicho, alguien, él.

Pociones & Pasiones - Sevmione - SnamioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora