Capítulo 2. - preguntas y frustaciones -

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En ese instante me despierto, agitada y llena de sudor.
Tardé largos minutos en relacionar tiempo y espacio.
Me encontraba en mi habitación, aquella que comparto con Ginny y Lavander dentro de la sala común de Gryffindor.
Todo había sido un sueño, ya el segundo que tengo con nuestro maestro de pociones.

¿Qué me ocurría?.

No podía entender por qué en mis sueños lo deseaba tanto y de esa manera tan errada.
Sí es verdad que con el pasar de los años no solo fue incrementando mi pasión por las pociones, sino también mi curiosidad por saber más de él, mi misterioso profesor de pociones, aquel que sabía imponer miedo pero también respeto, aquel que con solo pronunciar tu nombre te quitaba todo el aire de los pulmones.
Todavía recuerdo la primera vez que lo ví, en el gran comedor, sentado en la mesa de los maestros, observando a Harry con esa penetrante mirada oscura, ese pelo tan negro como su mirada pero que parecía tan sedoso y suave, algo tan opuesto a él, esas túnicas, que hoy en día no podía dejar de imaginarme quitandolas y descubriendo todo su cuerpo, su todo completo.
No sé cuánto tiempo me quedé perdida en mis pensamientos, pero cuando vuelvo a caer en mi tiempo/espacio noto una mirada fija en mí, cuando me doy la vuelta era Ginny.

- De nuevo tuviste uno de esos sueños que no quieres contarme, pero que te dejan ahí inmóvil como si te hubieran hechizado con "Petrificus totalus" - me insinuaba Ginny, mientras yo comenzaba a mirarla con mala cara -. Mira no puedes estar sola tú y tus pensamientos, soy tu amiga, tarde o temprano acabarás por contármelo -. prosiguió -. Y ahora apresurémonos antes que termine el horario del desayuno.

Camino al gran comedor nos encontramos con mi amigo Harry, y con Ron, quien hace ya una semana continúa insinuandome que vayamos juntos al baile, pero sin animarse a pedírmelo oficialmente. La verdad, que por niñatos como él, después comprendo por qué yo ando anhelando un hombre de verdad, alguien que sepa en verdad lo que quiere, sin tantas vueltas.
Y así, repentinamente, me encuentro pensando de nuevo en ese maldito profesor, lo veo de reojo cruzar por mi lado dirigiéndose a desayunar también.

- Buenos días profesor Snape, ¿Va a desayunar también?.
Sentí como toda mi cara se tornaba caliente y roja.
Le acababa de dar los buenos días a nuestro más apático profesor.
¿Qué me estaba pasando?.
Temía ya no estar teniendo autocontrol ni en mi mismísima realidad.
Me observó desde las alturas y elevó una ceja de manera desganada.
- ...buenos días, señorita Granger, ¿qué se supone que debería estar haciendo yendo hacia el Gran Comedor sino? -. Me indicó en tono sarcástico, y nuevamente todo el aire de mis pulmones se evaporaba, y sin arte de magia -. Alumnos -. Hizo un gesto con la cabeza y siguió su camino.

Me ardían las mejillas y hasta las orejas de la vergüenza, quería simplemente tirarme polvos flu y desaparecer en este preciso momento.
Miro a mi lado y estaban mis amigos observándome, confundidos, así que solo atiné a continuar avanzando hacia el desayuno como si nunca hubiera saludado con buenos días a nuestro murciélago de las mazmorras.

- Hermione, ¿qué... fue... eso?, no puedo evitar estar confundido, ¿Acaso ahora te cae bien Snape como para darle los buenos días y tratar de entablar una conversación, acaso es que te hechizaron para que veas a los malos como buenos? -. Me preguntaba Ron desconcertado.

Simplemente seguí caminando hasta entrar al Gran Comedor y sentarme donde siempre para comenzar a comer.
Por suerte en lo que restó de la mañana ya no volvieron a hablarme del tema.
Ginny había aceptado finalmente ir al baile de las Tres Copas con Neville y me alegré por ella, Neville podrá ser un poco torpe en algunas cosas pero se podía ver a la distancia que tenía un corazón noble.

El día transcurrió de manera muy tranquila, estuvimos gran parte del día en las afueras, yo tratando de estudiar para los exámenes. Victor Krum andaba entrenando cerca y tuve, por momentos, la sensación de que me observaba, incluso me pareció ver una leve sonrisa en su rostro, lo cual me hizo sonrojar. El hecho de que alguien como Victor siquiera note mi presencia me hacía sentir bonita, y no una insufrible sabelotodo.
En la hora de exámenes, con el profesor Snape rondando por entre las mesas, mis nervios estaban revolucionados, debía concentrarme para poder irme de ese salón lo más rápido posible y calmar mis confundidos pensamientos, no sólo por él, sino por todos los acontecimientos que me habían sucedido durante la mañana.
Los hermanos Weasley no paraban de aventarse trozos de papel con mensajes sobre el baile de navidad mientras Snape andaba paseándose de aquí para allá, y me daba la sensación de que lo hacía para poder oír las conversaciones que sucedían en nuestra mesa.

- Hermione, tú eres una chica -. me insinuó Ron luego de estar murmurando con Harry, lo cuál me enfadó mucho.
- Que observador -. Le dije con un enojo que ya se me estaba haciendo imposible disimular.
- Te gustaría ir... -. Ron no terminó de hacerme la pregunta, que el profesor Snape nos golpeó en la cabeza con un cuaderno para que hagamos silencio. Eso me dejó confundida.

¿Por qué no lo dejó a Ron terminar su pregunta, la cuál era obvia iba a ser invitarme al baile, pero a los gemelos Weasley no les dijo nada?.
¿Sería que no quería que Ron me invitase al baile?.
¿O habría sido solo una mera casualidad, y yo simplemente estoy deduciendo algo que mi subconsciente hubiera deseado que pasase?.
De todas maneras estaba muy enojada con Ron.

- Lo creas o no, no voy a ir sola al baile porque alguien ya me invitó-. Le confesé furiosa.

Me levanté y le entregué mi libro al profesor, nose si fue porque tendría cara de pocos amigos, o si era porque había escuchado lo que le grité al pelirrojo, pero nuestras miradas conectaron y me sentí de una manera difícil de explicar, como invadida por una sensación de desnudez interna, como si se estuviera metiendo de alguna manera dentro mío. Salí de mi estupefacción y me dí media vuelta mientras él continuaba mirándome.
Antes de retirarme me paré a informarle al maldito de Ron que le había dicho que sí a quien me había invitado.

Pociones & Pasiones - Sevmione - SnamioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora