Capítulo 30. - Camisa y victoria -

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Una suave y cálida presión en mis labios me despertó de pronto.

- Buenos días, pequeña bruja.

Mis pestañas aletearon y abrí los ojos.
- Así que todo esto no fue solo otro de mis sueños inapropiados con usted.

Se río ante mi comentario.
Y yo me derretí al oír aquel sonido.

- No sé con exactitud que tipo de sueños tiene conmigo, señorita Granger -. dijo mientras me imprimía otro beso en los labios y acomodaba mi cabello revuelto -. Pero le puedo garantizar que esto es muy real.

- Quizás deba ayudarme a refrescar la memoria -. dije tirando de su cuello para comenzar a besarlo.

No hubo vacilación alguna y se sumó al beso mientras se sentaba en la cama y tiraba de mí para que me siente sobre él.

- Me agradaría ayudarla con eso, pero debemos ir al gran comedor -. Farfulló, levantándose de la cama conmigo a upa, para depositar mis pies en el suelo -. Ya es el horario del desayuno y sería sospechoso que no nos hiciesemos presentes allí hoy.

Le dediqué un gesto de puchero antes de comenzar a coger mi ropa, la cual noté que había dejado prolijamente colocada sobre el borde de la cama.

En cuanto terminé de vestirme fui al cuarto de baño para acomodar mi enmarañado cabello y darme los últimos retoques.
Al levantar la vista hacia el espejo, noto que mi profesor se encontraba en el marco de la puerta, con su camisa a medio abrochar.
No pude evitar sonreír ante ese tan masculino hombre parado detrás mío devorándome con los ojos.

- Realmente hermosa. -. Dijo sin inmutarse.

- Le aconsejo que mejor se apresure a terminar de vestir ese atractivo cuerpo suyo.

Me di la vuelta y comencé a acercarme a él para terminar cogiéndolo por los bordes de su camisa abierta.

- Antes de que lo aprisione en sus propios aposentos, sin dejarlo salir hasta que ambos terminemos con las piernas sin fuerza alguna -. Le susurré mientras me paraba en puntas de pie y dejaba mis labios a solo centímetros de los suyos.

Me cogió con firmeza por la espalda haciendo que no quede espacio entre nosotros.
La sensación de su duro miembro sobre la parte baja de mi abdomen me encendió de inmediato y no pude resistirme a tocarlo.
Cogió mi mano al instante mientras levantaba una ceja y su media sonrisa aparecía en su rostro.

- Señorita Granger, está siendo muy inapropiada en estos momentos.

- Al parecer, usted es el causante de mis actitudes inapropiadas.

Rió entre dientes antes de impartirme un fugaz y deseoso beso.
- Creo que deberá ser castigada por su comportamiento.

- Estoy de acuerdo, profesor.

Gruñó antes de darse la vuelta y coger su sobretodo.
- Venga bruja, o llegaremos tarde.

Lo seguí a través de su habitación y su oficina, debíamos salir antes de ser vistos juntos.

Me apresuré a llegar primero a mi habitación por un cambio de vestuario, no quería que me viesen con la misma ropa de ayer o levantaría sospechas sobre mi paradero.

En el Gran Comedor, ya todos habían, prácticamente, terminado su desayuno, al sentarme en la mesa pude observar que Severus ya estaba sentado en la mesa de profesores, comiéndose un pan con mantequilla, me dedicó una fugaz mirada antes de continuar su diálogo con Flitwick, quizás sobre el collar y lo acontecido el día anterior.

- Herms, ¿dónde estabas?, no te encontramos en toda la mañana -. Me preguntó Harry.

- Lo siento chicos, no me sentía bien y salí a caminar un rato.

Pociones & Pasiones - Sevmione - SnamioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora