Snape comenzó a caminar por mi costado sin apartar su mirada de donde Ron tenía oculto su rostro.
La profesora McGonagall le comenzó a explicar lo sucedido mientras le enseñaba el extraño collar.
La respiración del pelirrojo en mi cuello me generó una sensación cosquillosa que hizo que me riera por lo bajo.- ¿Qué es lo gracioso, señorita Granger? -. Me indagó mi profesor, bastante irritado al parecer.
Su pregunta me tomó desprevenida y mis ojos se abrieron de inmediato.
- Lo siento profesor yo...
- Ay no moleste, murciélago -. Escupió descaradamente Ron interrumpiéndome.
- ¿Cómo dijo Weasly? -. Bufó Snape casi aniquilando con la mirada al ebrio Ron.
- Dije que n...
- Creo que sería mejor que lleven a su compañero a descansar -. Nos aconsejo McGonagall, salvando el pellejo de nuestro amigo antes de que Snape le tire algún maleficio.
- Desde luego profesora -. Respondió Harry.
- ¿Por qué no me llevas tú Mione? -. Dijo Ron, abalanzándose de nuevo encima mío de forma abrupta, lo que generó que me cayese hacia atrás pegando un grito ante la sorpresa y el dolor del golpe.
Ron quedó sobre mí, en una extraña y casi inapropiada pose, con sus brazos a cada uno de mis costados y su rostro a solo minúsculos centímetros del mío.
- Mione...¿Ya estamos en mi cama?... - dijo evidentemente desorientado -. hace mucho... tenía.. ganas de tenerte así abajo mío.
Su abrumador aliento a alcohol casi me llevó al desmayo.
Inmpredeciblemente, no fue solo su aliento lo que comencé a sentir sobre mí.
Algo duro e incómodo percibía por la zona de mi pubis.
Por la barba de Merlín.¿Acaso Ron se estaba excitando en este contexto?
Mis ojos se abrieron como platos ante la sorpresa.
¿No era para nada consciente de dónde estamos realmente, y frente a quiénes?
Y en ese instante, también yo recordé frente a quienes estábamos.
Frente a quién estaba.Mi cara se acaloró, junto con una intensa sensación de cosquilleo en la nuca y falta de aire.
- Ron quítate, no puedo respirar -. Le indicaba a mi amigo corriendo la cara a un lado mientras él intentaba apoyar la suya contra la mía.
Y es que realmente mi amigo pesaba bastante y apenas me salían las palabras.
- Levántese de una vez Weasly -. dijo de repente el profesor, que de muy mala gana lo cogió por la ropa arrojándolo con ímpetu sobre Harry.
- Lleve a su inapropiado compañero inmediatamente lejos de mi vista antes que acabe castigándolo de una manera poco permitida en esta escuela.
- Creo que siendo yo la jefa de Gryffindor, me corresponde a mi decidir el castigo Severus -. Sumó Minerva al discurso enfadado del profesor.
- Si fuera de mi casa ya lo hubiera suspendido frente a semejante comportamiento dentro de Hogwarts.
- Vengan conmigo caballeros, los escoltaré hasta la sala común y decidiré en el camino que castigo le será indicado a Weasley -. Indicó la profesora McGonagall emprendiendo ya su caminata.
- Y Severus, por favor, encárgate de la señorita Granger, quizás deba ir a la enfermería para verificar que está bien luego de la caída que le propició el compañero -. concluyó la profesora antes de marcharse con mis amigos por los pasillos.
Dejándome a solas, aún en el piso, con mi misterioso profesor parado frente a mí, observándome desde lo alto, con una mirada penetrante y el ceño fruncido.
Los ángulos de su rostro se notaban afilados, sus manos parecían más pálidas que de costumbre por lo fuerte que parecía tenerlas cerradas en forma de puños.
Por unos segundos, que comenzaba a sentirlos demasiado largos, solo nos quedamos en esas mismas posturas, mirándonos, observándonos.- ¿Quiere que retomemos las prácticas de oclumancia, así puede ver qué sucede dentro mío, en lugar de estar ahí parado imaginando cosas que lo tienen con esa mirada casi asesina? -. le sugerí mientras comenzaba a levantarme del suelo.
Me extendió su mano para ayudarme, y en cuanto la tomé aceptando su ayuda, su brazo tiró de mí, generando que frente a la poca estabilidad que tenía por el festejo de mi cumpleaños, terminase chocando contra su firme y ancho torso.
Alcé la vista ante tal abrupto contacto.
Necesitaba ver en su mirada si aún estaba molesto, y más por el estado en el que yo misma me encontraba.Bajó la vista hacia mí y su media sonrisa apareció luego de un momento.
- ¿Qué voy a hacer con usted, señorita Granger? -. inquirió entre gruñidos.
- ¿Me va a castigar? -. Pregunté con real sorpresa.
Su brazo libre me rodeó por la cintura, y no pude evitar sentir el calor invadiendo todo mi cuerpo, mientras una sensación de deseo se generaba en mi bajo vientre.
- ¿Quiere que la castigue, Señorita Granger? -. me susurró muy cerca del oído, con una voz para nada común en él, pero que puso todos mis sentidos revolucionados en un éxtasis.
No pude evitar cerrar los ojos y gemir suavemente, seguramente producto del alcohol que me hacía sentir más desinhibida de lo que estaría en mi estado lúcido.
Apretó mi cuerpo más al suyo, sus labios rozando mi mejilla ahora.
- ¿Eso es un sí? -. su voz apenas un suave susurro contra mi piel.
No me salían las palabras, solo atiné a mover la cabeza en respuesta a su pregunta.
- Venga conmigo.
Separó nuestros cuerpos, pero sin soltar nunca mi mano.
Comenzó a guiarnos por los pasillos hasta las mazmorras.
Sabía a dónde nos dirigíamos.
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Pociones & Pasiones - Sevmione - Snamione
Hayran KurguDurante su cuarto año en Hogwarts, Hermione Granger comienza a sentir un gran revuelo de emociones. En el transcurso de los años siguientes luchará, no sólo por los acontecimientos del propio mundo mágico, sino también, por redescubrir sus sentimien...