Plenilunio: Luna del Lobo [FINALISTA WATTYS 2024]

52. Luna de las largas noches II

La oscuridad ha tomado lugar de lleno. Ver que nada queda de la claridad del día me desespera. Ninguna de las cosas que he venido intentado me trajo éxito. Esto es lamentable, es mi ruina, ¡es la muerte! Quizás en un segundo yo ya esté transformada en esa bestia abominable que podría terminar con la vida de mi madre y de todo el vecindario. Quiero calmarme, creer que nada va a salir mal esta vez, pero ya estoy empezando a sentir dolores en todo mi cuerpo y un fuego recorriéndolo.

No obstante, a pesar de mi reciente fracaso, tengo que seguir buscando algo que ayude. ¿Qué puedo hacer? ¡Ya sé! Encadenarme en algún lado sería la mejor solución ante este panorama, pero ¡¿cómo demonios voy a lograr eso?! Jamás podría confiarle esto a mamá. Tampoco Oliver es una opción, ya que no estamos muy bien en cuanto a amistad y además no querría arriesgarse a robar las esposas que seguro debe de tener su padre como policía. Oh, Dios mío, ¿qué otra opción tengo? Ah, sí... ¡Alisha!

En un santiamén, ya tengo el teléfono en mis manos, marcando a su casa. Una simple manipulación a modo de broma bastará para que me siga la corriente, claro que sí.

—¿Hola?

—¿Alisha?

—¡Sí!

Qué alivio, es ella.

—Oh, ¡hola, Alisha! —la saludo. Nunca pensé que iba a hablarle e iba estar tan feliz de que me contestara.

—¡Elle...! ¡Cómo estás!

—Horrible. Digo, bien.

—¿Qué?

—No importa —disimulo un poco.

—¿Todo en orden, Elle?

—Eh... Sí. Seguro. Nada más quería saludarte.

—¿A esta hora?

—Sí... —Emito una falsa risita—. Después de todo somos amigas, ¿no, mi querida Alisha?

—¡Por supuesto!

—Bueno, discúlpame por molestarte así de imprevisto.

—Nada que provenga de ti es molestia, Elle. ¿Qué tal tu tarde? ¿De verdad estás bien?

—Tal vez no tanto. Es que quedé pensando en nuestra charla de hoy...

—Oh, lo siento. Yo no quería...

—No, no hay problema. Es que estabas en lo cierto, Alisha.

—¿De verdad lo dices?

—Sí, ¡obvio! Esta situación es muy fea, de veras.

—¿Sucedió algo?

—Nada en realidad, aunque tal vez lo mejor sería que sí sucediera algo, ¿no crees?

—Oh, pues no sé qué decirte, Elle.

—No te preocupes. La cuestión es que, quizás, no es bueno estar peleada con Blake. Así que se me ocurrió algo. Como para romper el hielo.

—Ah, ¿sí?

—Claro. Me gustaría hacerle alguna broma. A él le gusta eso. Aunque necesitaría de tu ayuda.

—Oh... Y ¿qué sería?

—No lo sé... Por ejemplo, si yo te diera indicaciones, ¿podrías dejarme atada o encadenada en un árbol... en la zona que te indique, ahora mismo?

—Oh, Elle...

Quedamos en silencio. Un silencio muy incómodo.

—Olvídalo —le digo, muerta de vergüenza. ¿En qué estaba pensando?