31. La noche más esperada

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A veces tengo momentos de felicidad plena y pura, pero enseguida otras sensaciones muy contrarias me invaden. Como si no fuera merecedora de nada de aquello.

Estaba de lo más bien, disfrutando la tarde, y de repente vuelvo experimentar lo mismo de antes. Y no me refiero a la negatividad ni cosas por el estilo. Se trata de las visiones, los presentimientos. En fin, todo lo que me conecta a esta pesadilla que estoy viviendo desde que por alguna maldita razón terminé en el bosque, perseguida por vaya uno a saber qué...

—Elle... ¿Elle...? —oigo unas voces hablándome.

Pero sigo aturdida en mi interior.

—¡Elle! —insisten, y confirmo que son Alisha y Rylee, de nuevo atestiguando lo anormal que es su amiga.

—Estoy bien —me veo obligada a mentirles, porque lo último que quisiera es estar repartiendo explicaciones de temas que jamás me creerían ni, aunque les mostrara pruebas.

—Elle, ya dinos de una vez si está pasándote algo, porque cada vez nos asustas más y...

—¡Rylee! —la regaña la otra en el acto—. Esa no es la forma...

Luego me toma de la mano y me habla:

—Elle, ¿te sucede algo?

—Por supuesto que no. —Tengo que mantener en pie la farsa—. Soy muy pensativa, es eso. Y... me preguntaba si quedaba alguna actividad más para divertirnos antes de marcharnos...

De repente empiezo a reír como una trastornada, acción que las descoloca; sin más remedio, tienen que seguirme la corriente. Después de todo, quizás sean ellas las "locas".

Están "locas" por seguir a otra "loca".

—¡Tengo una idea! —grita al instante Alisha, tras haber recobrado su clásico histrionismo.

—¡Volvemos a nuestras casas! —le contesta Rylee.

—No. Volvamos ahora mismo al vehículo. Aprovechemos que el lugar estará abierto por unas horas extra hoy.

—¿A dónde quieres ir, Alisha? —pregunto en consecuencia, a lo que ella me responde sin perder el entusiasmo:

—Al acuario.

—¡¿Al acuario?! —Nos sorprendemos con Rylee, aunque luego la idea empieza a gustarme, porque me ayudará a distraerme un poco.

—Sí. Pero será mejor que vayamos ya, pues estamos al límite del horario. Si llegamos tarde no podremos entrar.

—Bueno —admito—, todavía soy la nueva así que me vendrá bien conocer el dichoso acuario.

—Lo sé, ¡te encantará! Además, ¿sabías que ese fue el lugar en el que estuvo un tiempo la orca protagonista de la película "Liberen a Willy"?

—¿El qué...?

—Suena a algo que conocería mi abuelo —contesta Rylee blanqueando los ojos—. Mejor vayamos, y ya.

Salimos y, cuando menos lo espero, llegamos.

Oregon Coast Aquarium nos recibe a tiempo y festejo eso, ya que no quiero seguir pensando en situaciones de peligro. Mi cabeza (o eso espero) me hizo creer minutos atrás que alguien andaba a mi acecho, de modo que necesito tomar un último respiro como para dejar de preocuparme tanto.

No fue una premonición. No lo fue, me repito, e ingreso con mis amigas al establecimiento, para deleitarme con toda la variedad de fauna y flora de esta zona en exhibición.

Estoy maravillada, esto es apasionante. Entramos y nada más en el edificio principal ya podemos apreciar un sinnúmero de invertebrados y peces en general que no había visto nunca en mi vida, eso sin mencionar las otras atracciones que visitamos después: más animales, bosques de algas marinas y medusas. Según vemos, podemos tocar incluso a las anémonas y a las estrellas de mar, ¡no puedo creerlo!

Plenilunio: Luna del Lobo [FINALISTA WATTYS 2024]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora