Plenilunio: Luna del Lobo [FINALISTA WATTYS 2024]

43. Pesadillas otra vez

Está pasándome algo horrible.

Casi no puedo respirar, porque el aire no se atreve a llenarme los pulmones. Estoy fría, con las manos y los pies hechos hielo, al mismo tiempo que mis orejas están prendiéndose fuego. Miro a mi alrededor, pero todo tambalea, lo que significa que estoy mareada. Tiesa, apenas puedo sostenerme de pie. Mis piernas apenas me responden y pronto podrían derribarme.

Ni en mis peores sueños esperaría que Blake me dijera algo como lo que acaba de pedirme. Esto ni siquiera se parece a una pesadilla.

Estoy hiperventilando.

—Q... Qué... —balbuceo confundida.

Blake intenta verme a los ojos, pero no puede sostener la mirada, ni siquiera hablarme.

—Yo... de verdad lo siento —dice más tarde.

—¿Lo sientes? ¿Toda la hora vas a estar diciéndome que lo sientes, así sin más, y listo?

—No lo entenderías. —Agacha de nuevo la cabeza. Su rostro luce demasiado demacrado, tanto que asusta.

—Escúchame, no quiero que esta reunión no sirva de nada, o me habrás hecho perder el tiempo. Y, sí, hubiera preferido quedarme a dormir, antes que toda esta ridiculez.

—No es ninguna ridiculez. Quizás algún día puedas comprenderme. No me critiques. Yo no me meto con tus inseguridades...

—¡Que ni se te ocurra meterte en ese terreno, Blake Hanson! —le advierto con ojos de fuego.

—Escúchame, Elle. Todavía somos muy jóvenes. Tenemos toda una vida por delante. Es muy temprano para tanto "ímpetu".

—Y tú sigues desilusionándome. No haces más que ofenderme mediante indirectas. Crees que soy tan tonta como para no darme cuenta. Te olvidas de que soy una mujer y que, como tal, puedo entender e intuir todo antes de tiempo.

—Basta, Elle. Yo... quería decirte que necesito un tiempo no para las cosas que tú crees. No seas malpensada.

—Como si pudiera confiar en ti...

—Tendrás que hacerlo. ¿Tanto te cuesta creerme y tenerme un poco de piedad? Yo quiero recuperarme, sentirme un poco mejor.

—No sabía que yo te hacía sentir mal —contesto con lágrimas en los ojos, a lo que él aclara:

—No, yo no dije eso. ¡Entiende que esto no es por ti, sino por mí!

—Ya no sé qué esperar. No sé qué pensar, Blake. Quizás sea cierto eso de que todos los hombres son iguales.

—Sería muy injusto de tu parte afirmar tal falacia.

—Demuéstralo.

No me responde.

Estoy sorprendida por su frialdad.

—¿Ahora qué sigue? —continúo—. ¿Pedirme libertad o algo por el estilo? Vamos, adelante.

—Si crees que esto es por alguna otra chica, quiero decirte que estás muy equivocada.

—¿Lo dices por Melissa o alguna otra mujerzuela que se te pega como una mosca al dulce? No soy tan básica como para pensar ahora en eso. Mi dignidad está primero.

—¿Dignidad? ¿Mujerzuelas? Elle, de qué estás hablando. No tiene nada que ver con esto.

—¿Entonces qué? ¿No vas a darme una explicación, al menos? Quiero saber por qué todo esto, después de tantas promesas de tu parte, al parecer pura charlatanería.

Tampoco hay respuesta de su parte.

A mí me enseñaron que el silencio, muchas veces, significa aceptación. Creo que este es uno de esos casos.