Capitulo 8

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Colby Pov's

Suspiraba con fuerza con cada estocada. Dejando escapar gruñidos y maldiciones con cada embestida que daba, haciendo la cama rechinar.

Maldición, estás demasiado apretado... -gruñí con molestía pero con satisfacción al sentir sus paredes húmedas y cálidas apretarme dentro de él. Sam gemía y se retorcía debajo de mí, suplicándome por ser más suave y menos profundo con mis embestidas-

Sin embargo no podía, no podía detenerme, sentía que debía marcarlo, hacerle entender que me pertenecía, que es mío, sólo MÍO.

Apoye mi mano en el cabezal de la cama para poder concentrar mi fuerza en mis embestidas. Mis movimientos eran rápidos y profundos, quería llenarlo de mí, quería que el me sintiera en cada milímetro de su pequeño y cálido cuerpo.

En ese cuerpo que tanto me encanta, que me provocaba pensamientos lujuriosos de actos eróticos cómo esté.

Me detuve por unos segundos y coloque mi mano en la parte baja de su vientre.

¿Lo sientes?, ¿Sientes mi polla dentro de ti? Tocando cada milímetro de tu interior -mi tono de voz era serio y ronco-

Pude notar sus mejillas de rojo brillante al igual que sus orejas. Aparte mi mano y la puse sobre la cama, a un lado de su hombro para continuar con mis embestidas.

Joder, me encantas... -Gruñí al oírlo gemir y suspirar con dificultad-

Sus manos se aferraban a las sábanas blancas cómo si de eso dependiera su vida. Sus labios entre abiertos, permitiéndole gemir para mí. Sus adorables mejillas rojas y su carita sudada por causa del calor de la habitación que él y yo habíamos creado, sus ojos estaban llorosos, pero no era tristeza, miedo o dolor, sus ojos lagrimeaban debido al placer que le proporcionaba.
Era demasiado para su pequeño frágil cuerpo que yo mismo había corrompido.

Sentí sus piernas temblar y su cuerpo ablandarse, Sam se estaba por correr.
al instante profundice mis estocadas y me moví más ágilmente para llenarlo de placer y llevarlo al máximo éxtasis.

Mgh~! Colby~! -Gimió aferrándose a las sábanas-

Abrí un poco más sus piernas para poder llegar a su punto dulce, lo embesti para poder ver su expresión de placer.

¡Aahg~! ¡Mmhg~! -Gimió fuerte y agudo antes de correrse-

Su cuerpo se relajo y suspiro aliviado pero yo no había terminado.

Yo aún no me corría.

Retomé mis movimientos rápidamente, empujando mis caderas con fuerza hacía él. Lo embesti con fuerza, sujetando sus caderas firmemente.

Segundos después sentí que estaba a punto de correrme, ya casi llegaba al éxtasis dentro de sam.

Pero me desperté.

Abrí los ojos y ví a Sam dormido a mi lado. Parecía una adorable bolita calientita y suave mientras dormía. Tenía algunos mechones de cabello en su rostro con su nariz roja debido al frío.

¡Carajo, Malditos sueños húmedos!
¡Puta madre, otra erección!

Quería golpear algo, odio soñar esas cosas, es placentero pero molesto nunca terminar.

Maldita sea, se sintió tan real -murmure con molestía-

Cerré mis ojos con frustración tratando de olvidar todo mi sueño pero me era imposible.

Sam se veía tan bien, tan malditamente bien -susurre con deseo para después llevar mis manos a mi rostro con frustración-

¡Eres un pervertido colby, deja de pensar de forma tan erótica a Sam!

Me regañaba mentalmente por tener pensamientos tan inapropiados sobre Sam él cuál ya hacía durmiendo a mi lado.

Me quedé en silencio, mirando el techo de la habitación. Sin embargo sentí un dolor punzante en mi entrepierna, al final mis impulsos me ganaron.

Deslice mi mano lentamente a mi entrepierna para masajearla y estimularla sobre la tela. Me empecé a tocar pensando en Sam, soltando pequeños gemidos y gruñidos en voz baja para no despertarlo. Mi mano subía y bajaba rápidamente a lo largo de mi longitud expuesta. Me estremecí ante la idea de Sam saltando encima mío.

Mierda...-Gemi suavemente de manera ronca e impostada al imaginarme millones de escenas eróticas y lujuriosas con Sam, follandolo de todas las maneras posibles-

Al sentir mi éxtasis avecinarse aceleré mis movimientos, un par de movimientos más logré liberarme.

Suspiré aliviado al sentir mi cuerpo relajarse.

Nunca creí tener que masturbarme, siempre creí que era patético, pero aquí estoy masturbándome en las noches y madrugadas para no lastimar a Sam.

Las cosas que me haces hacer, Sammy... -suspire con dificultad, mi respiración agitada y pesada me impedía respirar y hablar correctamente-

Unos segundos después me levanté al sentirme mucho mejor, al final decidí que lo mejor sería refrescarme con una ducha para alejar todo tipo de pensamientos lujuriosos y despejar mi mente.

Porque aún no era el momento, no lo era, nunca me atrevería a lastimar a Sam, esperaría el tiempo necesario hasta que Sam esté listo.

Todo lo hacía por amor a Sam.

Ay Sam, así de mal me tienes -murmure con una leve sonrisa para después entrar al cuarto de baño para refrescarme listo para iniciar el día-

Mientras tanto un rubio dormía tranquilamente en la habitación.

Pero pronto Sam sería sólo de colby, pronto sería suyo, de eso estaba seguro el castaño.


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