Capítulo 29

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En el transcurso de la semana todo indicaba que la relación entre el Rubio y el castaño avanzaba con positividad.

Quizás no con la misma cercanía que tenían antes de que todos los secretos del castaño fueran revelados.

Bueno tal vez no eran todos...
Nunca terminas por conocer a una persona.

Para aquel chico de tatuajes le resultaba un poco abrumador tener que supervisar los negocios y cuidar del rubio al mismo tiempo, no estaba siendo tan sencillo cómo parece pero logró encontrar un equilibrio.

Estaba poniendo todo su esfuerzo en levantar los ánimos de su chico de cabellos dorados, los buenos días y besos por las mañanas no estaban faltando, los abrazos en medio de una conversación, las pequeñas caricias que le proporcionaba, los cumplidos alagando lo lindo que se veía, cada que podía cocinaba para el rubio estando presente a la hora de la comida para asegurarse de que este alimentándose bien, estaba siendo cuidadoso y prestando atención a los pequeños detalles.

Sin duda alguna tenía mucho que compensarle a su chico de ojos y sonrisa bonita.

Esto resultaba hasta raro para el chico de tez pálida que ya se había acostumbrado a estar sólo sin la atención del castaño sobre él y claro cómo no sentirse de tal manera cuando el castaño lo dejó por meses sin tener la mínima preocupación de llamarle o mandarle un mensaje.

Debía admitir que al principio se sintió incómodo cuando llegó pero después toda la necesidad de recibir de su cariño se manifestó en la Oficina de aquel bar del cuál era dueño el castaño, no le agradaba para nada ese lugar pero el momento acalorado que vivió con el castaño en esa Oficina lo hizo sentir amado, le devolvió las esperanzas.

Poco a poco el chico ojiazul recuperaba su salud, su alegría y esa sonrisa tan característica suya.

Había extrañado tanto a Colby.

Cada que recibía un beso sentía esa calidez acariciando su corazón, cuando tenían leves roces que incitaban a dejar salir suspiros, jadeos y pequeños gemidos lo tenían ansioso por recibir más de el castaño.

Deseaba pasar más tiempo con el castaño pero también entendía que la situación en el negocio estaba teniendo inconvenientes que según las palabras de Colby son piedras que tenía que eliminar de su camino.

Ya se había hecho costumbre que todas las noches el castaño estuviera en el bar supervisando las cosas o leyendo el papeleo en la Oficina.

También había incluido al rubio en sus visitas al lugar para evitar dejarlo sólo en casa, quizás no estaba al pendiente todo el tiempo del ojiazul pero le hacía compañia.

Aunque unas cuantas situaciones no tendrían muy cómodo ni de buen humor al rubio.

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Cómo cada noche Sam se encontraba arreglando para salir con destino al bar del cuál es dueño Colby, no le agradaba el lugar pero era una manera en la que pasaba más tiempo con él.

Aplicó un poco de perfume en su cuello disfrutando del delicioso aroma, con cuidado se aplicó bálsamo en los labios, no le era necesario usar color sobre ellos ya que naturalmente sus labios destacaban de un tono rosado.

esta noche quería verse especialmente lindo para Colby, quería ser el centro de atención del castaño.

Portaba un conjunto rojo bastante lindo con detalles dorados, era un traje que cumplía muy bien con resaltar la figura del rubio, amoldaba muy bien su cintura, observó su reflejo en el espejo sonriendo suavemente, tomó su bolso caminando por los pasillos de la casa hasta llegar a la sala.

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