Capítulo 27

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"Pero cuando intentes olvidar el color

de mis ojos, recuerda que son del

mismo color que los tuyos"

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Él llamó mi atención desde el primer momento en que lo vi. Aquél lluvioso día en Kansas, cuando comenzó nuestra amistad, desde ese instante nuestros destinos se entrelazaron para siempre.

Sin embargo, todo entre nosotros sólo era una simple amistad. Él era el chico tímido de la clase y yo su amigo sobreprotector. Él vuelco que sentí en el corazón al verlo después de varios años viviendo en Italia no fue en vano. Ya qué sólo era un niño qué yo debía haber olvidado. Ahora se ha convertido en un lindo jovencito, pero su esencia sigue siendo la misma.

Nuestras esencias no pueden ser más opuestas, yo soy un ser maldito y él un ser puro. Pero la vida me ha enseñado que los opuestos se atraen, y entre él y yo es innegable. Lo sé por el modo en el que chocan nuestras energías.

cuando observé esos ojos azules por primera vez algo ocurrió en mí, inconscientemente sonreí al verlo, algo muy raro en mí según mí madre ya que siempre fuí un chico muy serio.

Para mi agradable sorpresa ese lindo chico rubio entró a mi mismo colegio y a mí misma clase, verlo entrar por esa puerta con esa tímida sonrisa logró cautivar mí atención.

Al parecer no fuí el único que estaba encantado por el rubio, de inmediato noté lo mucho que llamaba la atención, no me agradaba en lo absoluto la manera en la que lo observaban.

A pesar de su popularidad debido a su belleza, no hablaba con nadie, era muy callado, siempre en las horas de descanso se la pasaba en la biblioteca.

¿Qué cómo lo sé?

Bueno, me la pase observando cada uno de sus movimientos, vigilaba donde estaba, que hacía y con quién hablaba.

Sus padres se hicieron muy buenos amigos de los míos así que fue más sencillo para mí acercarme a él.

Poco a poco nos hicimos más cercanos, me gane su confianza, su cariño, me convertí en su mejor amigo, siempre estábamos juntos en el colegio.

Cuando todo parecía ir excelente una noticia me tomo por sorpresa, me tuve que ir a vivir a Italia algunos años por el trabajo de mis padres, durante mi estancia en Italia conocí a algunas personas que serían muy importantes en mi vida.

Entre ellos conocí a un hombre alto, castaño y de ojos verdes, con un aspecto imponente, frecuentaba demasiado la cafetería en la que trabajaba, asumí que era un hombre de negocios ya que siempre llevaba en su maletín muchos papeles, era bien sabido por todos que prefería un café negro.

Todo me parecía normal hasta que solicitó al dueño de la cafetería que prefería que yo lo atendiera personalmente, no entendí el motivo de su solicitud hasta un día en el que mi vida cambiaría por completo.

Ese hombre era mi tío.

Efectivamente lo era.

En ese entonces estaba confundido, no sabía por que mi padre nunca me habló de él.

¿Por qué mi padre nunca me lo dijo?

El hecho de que ese hombre fuera mi tío no era lo más impresionante, lo que dijo ese hombre después logró dejarme atónito.

Entonces entendí el porque mi padre me lo ocultó.

Lo de que él era un hombre de negocios no era nada más que una simple apariencia.

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