Sergio
Regreso a mi apartamento la noche del viernes con toda intención de meter mi maleta en mi armario y tratar con ella más tarde, descorchar una botella de dulce vino rojo y meterme en el más
caliente y burbujeante baño de la historia de la humanidad mientras me limpio la mugre de aeropuerto. Cuando terminara con todo eso, tenía toda la intención de arrastrarme a la cama y perderme en el libro que comencé en el avión, pero no tuve tiempo de terminar gracias al hombre hablando al otro lado del pasillo.
Solo que soy saludado por Grant con un traje azul marino, cargando un ramo de dos docenas de rosas rosas envueltas en papel de oro rosado y atadas con un lazo de encaje.
—Sorpresa, cariño. —Se inclina a darme un beso, con sus manos en mis caderas mientras me inhala y prueba mis labios—. Te extrañé.
—No tenías que hacer todo esto... —Tomo el costoso ramo y dejo mi maleta en la puerta—. Pensé que no estaríamos juntos hasta mañana.
—No podía esperar otro día. —Me lleva a la sala de estar, donde hay dos mesas de masaje alineadas y dos masajistas mujeres nos saludan con sonrisas. Dándome una bata, dice—: Ve a cambiarte, cariño. Después de esto, he pedido que entreguen tu cena favorita del Hollow Tree, y luego pensé que podíamos ver esa película indie que has estado queriendo ver.
Tengo que aceptarlo... Grant iba a ser para alguien un increíble esposo algún día. Había una cantidad impresionante de pensamiento y previsión en cada gesto suyo.
Entro en el baño, me lavó y me pongo una bata.
Pero en la hora que sigue estoy en silencio, agradecida de no tener que mirar a los ojos al hombre cuyo corazón estoy a punto de destruir.
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The Best Man
RomantikNo sabía su nombre, pero escuché su risa, probé sus labios, sentí su cálida piel cuando la sostuve en mis brazos. Juntos veíamos a nuestros niños jugando en la arena, con el océano caliente lamiendo la orilla detrás de ellos mientras el sol poniente...