Max
Su nombre es Sergio Pérez.
Todo el día he estado repitiendo esas dos palabras en mi cabeza en bucle. Como un mantra.
Cuánto blanco, joder...
Cuando desperté en el hospital, todo alrededor de mí era blanco.
Es una coincidencia, estoy seguro. Pérez es un apellido común. Es incluso más común como color, particularmente en lo que a hospitales concierne.
Cierro mi oficina la tarde del viernes y paso al lado de Paloma en mi
camino hacia la salida.
—Me voy a tomar el resto del día libre.
Estoy demasiado nervioso como para hacer algo.
Necesito aire. Necesito caminar. Necesito un trago. Diablos, incluso tal vez un jodido cigarrillo con morfina de guarnición... algo para calmarme y poder darle sentido a esto.
Grant dijo que lo conoció en el hospital, que fue quien vio mi accidente y llamó a emergencias. No solo eso, sino que siguió la ambulancia y se quedó en la sala de espera... que es donde lo conoció a él.
Pero, de acuerdo con Sergio, nosotros nos conocimos antes de esa fatídica noche.
Yo lo vi primero. La deseé primero. Puse mis ojos en el primero...
incluso si no recuerdo nada de eso. Y ahora nada de eso importa.
Nadie dijo nunca que la vida sería justa.
Pero nadie dijo que iba a ser jodida de cincuenta maneras distintas.
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The Best Man
RomanceNo sabía su nombre, pero escuché su risa, probé sus labios, sentí su cálida piel cuando la sostuve en mis brazos. Juntos veíamos a nuestros niños jugando en la arena, con el océano caliente lamiendo la orilla detrás de ellos mientras el sol poniente...