Capítulo 40

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Max

Llego cansado a casa con un dolor de cabeza taladrante. En una niebla mental. Paralizado. Reproduciendo la reacción de Sergio al tatuaje una y otra vez en mi mente y confundiéndome cada vez

Las lágrimas en sus ojos. El dolor en su voz.

No puedo creer que hicieras algo así... —Sus palabras están frescas en mis oídos y no tienen ningún sentido.

¿Cree que sabía lo del tatuaje de alguna manera? ¿Que estoy intentando manipularla, como un estafador tratando de entrar en su corazón?

Nunca debí haberle hablado del sueño. Nunca debí haberle creído cuando dijo que tendría la mente abierta. Ni siquiera mi propia hermana pudo tener una mente abierta cuando se lo conté.

Cuando llego a casa, me siento desanimado y vacío. Imagino que así es cuando apuestas la casa y pierdes los ahorros de toda tu vida. Fue un riesgo calculado, compartir el sueño con él sabiendo muy bien que iba a sonar como un loco, pero estaba tan seguro de que valdría la pena que lo hice.

Me quito los zapatos, corro las cortinas y me desplomo en el sofá.

Pellizcándome el puente de la nariz y respirando de manera desigual.

Sabía que no podía estar con él antes, pero al menos podría haberlo mantenido en mi vida.

Ahora no puedo tenerlo en absoluto.

Cierro los ojos e intento obligarme a volver a dormir. No soporto estar despierto ni un minuto más con estos pensamientos.

O con mi nueva realidad

The Best ManDonde viven las historias. Descúbrelo ahora