Where do I go with nowhere to turn to?
Aquel príncipe arriesgó todo, solo para volver al principio. Kang Taehyun, primogénito del Rey y dueño de los siete mares, estaba de vuelta a la orilla donde comenzó todo y donde no esperó que se acabaría. Se s...
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La luz de las antorchas parpadeaban contra las paredes de piedra mientras Beomgyu guiaba a Tae a través de los pasillos resonantes del castillo.
A pesar de la solemnidad del evento, Beomgyu no podía evitar soltar comentarios sarcásticos sobre los extravagantes disfraces de los nobles que pasaban. Tae, solo sonreía detrás de su máscara, sus ojos brillando con una mezcla de nerviosismo y emoción.
Al llegar al salón principal, se encontraron con un mar de máscaras y trajes, un torbellino de colores.
En ese momento, Heeseung subió al estrado, su presencia comandando la atención de todos.
Heeseung se aclaró la garganta, y el murmullo de la multitud se apagó. Con una voz que resonaba con autoridad y calidez, comenzó su discurso
— Queridos amigos y venerables invitados, nos reunimos bajo el manto de la noche, ocultos tras nuestras máscaras, no para esconder quiénes somos, sino para revelar la esencia de nuestras almas. Esta noche, cada uno de ustedes es tanto un misterio como una revelación.
Ambos sirvientes escuchaba con atención cada palabra, parecía que eran bastante sinceras y bien pensadas, pareció que lo preparo con bastante o que solo era hábil con las palabras.
— Miren a su alrededor, vean las caras ocultas, los ojos que brillan con secretos y sonrisas que prometen historias aún por contar.
Toda las personas lo miraban impactado, mirándose unos a otros.
— Esta noche, en este baile de máscaras, les invito a dejar de lado sus preocupaciones, a sumergirse en la música, permitir que sus pies los lleven a donde el corazón desee — levantó una copa — . Que la música sea su guía, que la danza sea su lenguaje. Y recuerden, aunque nuestras voces puedan ser silenciadas por el velo de la noche, nuestras almas callarán. Así que, sin más preámbulos, permitan que dé inicio a esta velada inolvidable.
Con un gesto elegante de su mano, Heeseung señaló a la orquesta. Los primeros acordes de una melodía embriagadora llenaron el aire, y la multitud estalló en aplausos. Los duques y las duquesas, junto con los demás nobles, comenzaron a buscar con la mirada a sus parejas de baile, y pronto, la pista se llenó de parejas girando al ritmo de la música.
Beomgyu y Tae se quedaron al margen, observando la escena con asombro. Tae, en particular, parecía completamente maravillado, sus ojos seguían cada movimiento en la pista de baile, capturado por la belleza y la gracia de la danza.
La música llenaba cada rincón del gran salón, y Tae se encontraba cautivado, sus ojos fijos en el príncipe Kai, quien giraba con elegancia en la pista de baile. La ansiedad de Tae era palpable; su deseo de unirse al baile y estar cerca de Kai era tan claro como la luz de las velas que iluminaban la sala.
Beomgyu, siempre atento a los detalles, notó la mirada intensa de Tae y se acercó a él con una sonrisa astuta.
— ¿Por qué no lo invitas a bailar? — sugirió con un tono juguetón.
