CAPÍTULO 22

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— Vamos, chicos — dijo Yeonjun con entusiasmo —

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— Vamos, chicos — dijo Yeonjun con entusiasmo — . Apuesto a que puedo llegar más rápido que ustedes — el saber que había dominado tan rápido una nueva técnica para nadar, lo hacía sentir feliz.

Los tres amigos nadaron a través de una cueva oscura en donde solían jugar y pasar el rato, sus risas resonaban en el agua.

Beomgyu con algo de esfuerzo creó pequeñas burbujas que explotaban en destellos de luz, haciendo que los peces se dispersaran en todas direcciones posibles. Yeonjun, siempre competitivo, intentaba atrapar las burbujas antes de que explotaran, mientras Soobin observaba con una sonrisa.

Beomgyu y Soobin lo siguieron, riendo y tosiendo por la arena que se esparcía por los movimientos de Yeon. Cuando finalmente salieron de la cueva, se miraron unos a otros y estallaron en carcajadas.

Después de su aventura en la cueva, Beomgyu, Yeonjun y Soobin regresaron a la ciudad submarina, nadando rápidamente mientras se perseguían y reían. La ciudad estaba llena de vida, con corales brillando y peces nadando en todas direcciones. Sin embargo, al acercarse a la plaza principal, notaron algo inusual: una gran multitud se había reunido.

— ¿Qué está pasando? — preguntó Yeonjun, deteniéndose en seco, siempre curioso, se acercó un poco más al montón de gente.

— Parece que hay una visita importante.

Los tres amigos se acercaron a la multitud, tratando de ver qué estaba ocurriendo. En el centro de la plaza, rodeados de guardias y cortesanos, estaban el Rey del Mar, la Reina y su pequeño hijo, el príncipe Tae, de apenas dos o tres años. El príncipe, con su cabello rojo y ojos brillantes, observaba todo con curiosidad.

— ¡Es el príncipe Tae! — exclamó Soobin, emocionado. Es tan pequeño. — jalo a sus amigos para que se acercaran a ver.

— ¿Eso es un príncipe? — señaló Beomgyu riendo, su risa duró poco hasta que recibió un pequeño golpe en la cabeza — . ¡Ay! ¡Eso dolió, de verdad que me dolió!

— Eso es porque no es más que un niño, por ahora. Cuando crezca te gobernará a ti, a mi y a todos aquí en este reino — explicó Yeonjun. Espera y verás.

— Aún así, nadie me da órdenes — siguió nadando.

Después de su encuentro con el Rey del Mar, Beomgyu, Yeonjun y Soobin decidieron seguir jugando en la ciudad submarina.

Sus risas y travesuras llenaban el agua mientras nadaban y exploraban nuevos rincones. Sin embargo, no se dieron cuenta de que el pequeño príncipe Tae los observaba desde lejos, fascinado por sus juegos, el príncipe no solía salir mucho por las mismas restricciones de su padre.

Tae, con su curiosidad infantil, se alejó del lado de sus padres con mucho sigilo y comenzó a nadar hacia los tres jóvenes tritones. Uno de ellos no tardó en notar la pequeña figura que se acercaba, pero antes de que pudiera decir algo, el pequeño se escondió detrás de una roca.

ᴜɴᴅᴇʀᴡᴀᴛᴇʀ ᴛᴇᴀʀꜱ - ʙᴇᴏᴍʜʏᴜɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora