CAPÍTULO 12

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Minho y Felix, los jóvenes hermanos del príncipe Heeseung, observaron la escena con ojos desorbitados antes de desplomarse, sus pequeñas figuras sumidas en un desmayo

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Minho y Felix, los jóvenes hermanos del príncipe Heeseung, observaron la escena con ojos desorbitados antes de desplomarse, sus pequeñas figuras sumidas en un desmayo. Beomgyu que aún estaba en el suelo se acercó a ellos para que no impactarán en el suelo directamente.

— ¡Qué demonios! — exclamó el príncipe Heeseung, corriendo hacia Beomgyu —. ¿Qué te ha ocurrido?

— Nada, majestad — Beomgyu, con una sonrisa forzada, intentó calmar a los presentes — . Estoy bien, lo juro. No es nada.

El príncipe Kai, siguiendo de cerca, a su amigo que se acercaba lentamente a Beomgyu y a sus hermanos. Los príncipes intercambiaron miradas preocupadas, incapaces de aceptar las palabras tranquilizadoras de Beomgyu. Tae , que se mantenía al margen de la escena, cayó al suelo sin emitir sonido, sumándose a los inconscientes.

[...]

La luz del ocaso se filtraba por la ventana, bañando la alcoba en un resplandor plateado. Tae abrió los ojos lentamente, encontrándose con la figura de Beomgyu a su lado en una cama distinta.

— Buenos días bello durmiente — soltó con una sonrisa al ver cómo se comenzaba a enderezar.

La preocupación se dibujó en su rostro al recordar el incidente, y sus ojos buscaron instintivamente la pierna de Beomgyu. Tae se levantó de su cama para acercarse a la contraria, se sentó junto a él, examinando con cuidado.

— Estoy bien, Tae — dijo Beomgyu con una sonrisa torcida —. No es para tanto, insulso me da personalidad ¿no crees?. Ya sabes, he visto a varios navegantes que no tienen una pierna al igual que yo...

Había algo en la mirada de Taehyun, algo que solo podía ver proviniendo de él, una preocupación genuina que hizo que Beomgyu se sintiera extrañamente cálido por dentro.

— Pero, ¿y tú? Te desmayaste allá afuera. ¿Estás seguro de que estás bien? Seguro buscabas robarme toda la atención — bromeó.

La mirada de Tae se enfocó en el pelinegro, sus ojos eran profundos, hermosos y solo lo miraban a él. Se miraron fijamente, y por un momento, el mundo exterior se desvaneció, dejándolos solos en su pequeña burbuja de silencio compartido.

Se inclinaron el uno hacia el otro, casi por instinto, cuando la puerta se abrió con un chirrido. Los príncipes Heeseung y Kai entraron precipitadamente, sus ojos llenos de ansiedad.

— ¿Cómo están? ¿Se sienten mejor?— preguntó Heeseung, su voz rompiendo la tensión.

— Claro, gracias a todas sus atenciones, por supuesto — carraspeó su garganta tomando distancia de Tae quien hizo lo mismo.

— Beomgyu, ¿cómo ocurrió esto? Hablo de lo de tu...—preguntó, su tono era firme pero sus ojos revelaban su inquietud.

— Oh, fue un accidente náutico, nada que preocuparse. ¿Recuerda que le conté acerca de mi desafortunado accidente en alta mar? — el príncipe asintió — Bueno, no salí del todo ileso cómo puede usted mismo observar, siento no haberlo mencionado antes...— respondió con una sonrisa forzada.

ᴜɴᴅᴇʀᴡᴀᴛᴇʀ ᴛᴇᴀʀꜱ - ʙᴇᴏᴍʜʏᴜɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora