Where do I go with nowhere to turn to?
Aquel príncipe arriesgó todo, solo para volver al principio. Kang Taehyun, primogénito del Rey y dueño de los siete mares, estaba de vuelta a la orilla donde comenzó todo y donde no esperó que se acabaría. Se s...
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Dentro del castillo del príncipe Heeseung, las paredes de piedra resonaban con el eco de los preparativos para un evento sin precedentes. El gran salón, con sus altos techos y candelabros centelleantes, se convertiría en el escenario de un baile que prometía ser la envidia de todos los reinos vecinos. Al menos eso decía Heeseung.
— Debemos asegurarnos de que cada detalle sea perfecto, Kai — dijo Heeseung, extendiendo un pergamino sobre la extensa mesa de roble.
El príncipe Kai asintió, su mirada recorriendo la lista de invitados. Tae y Beomgyu iban detrás de él.
— Por supuesto, Heeseung. No esperaría menos de tu gran evento y bien... — tomó asiento y los demás imitaron la acción — . ¿Por quien comenzamos?
Ante esta pregunta Heeseung comenzó a nombrar varias personalidades provenientes de reinos de alrededor, haciendo una pausa en cada uno para justificar el motivo de su presencia.
— Veamos... ¿qué tal si empezamos con la duquesa Yeji? Ella siempre trae la vida a la fiesta, aunque sea solo para verla discutir con el Duque Hwang sobre quién tiene el mejor atuendo de la noche — Kai río ante tal comentario.
En lo que Kai leía los nombres Tae estaba a su lado tratando de leer alguno de aquellos nombres. Beomgyu tenía recargando sus codos para sostener su cabeza, simulando poner atención al asunto. En realidad de vez en cuando miraba al pelirrojo, verlo hacer un esfuerzo por leer le parecía lindo.
Sus ojos se encontraron con los de Tae por un momento, inmediatamente miró hacia otra dirección y es que, no era el simple hecho de haber despertado con Tae encima de él, no. No supo en qué momento tenía al joven príncipe sujetado de la cintura.
— Y no olvidemos invitar a la encantadora Lady Mina — dijo Heeseung, sin levantar la vista del pergamino.
Al escuchar el nombre, Kai se tensó, su pluma se detuvo en el aire. La sorpresa era evidente en su rostro, y Heeseung, al notarlo, no pudo contener una sonrisa traviesa.
— Vaya, parece que el nombre de Lady Mina ha despertado algo más que interés diplomático en ti, querido Kai — bromeó Heeseung, con una ceja arqueada.
Kai intentó recomponerse, un leve sonrojo adornando sus mejillas.
— Es una dama muy respetada, eso es todo — respondió, aunque su voz traicionaba un ligero temblor.
Beomgyu, que nunca perdía la oportunidad de avivar las llamas de la intriga, se unió a la burla, le parecía curiosa la reacción de aquel príncipe que siempre parecía guardar la compostura.
— Oh, por supuesto, solo respeto — dijo Heeseung.
Tanto Heeseung cómo Beomgyu rieron, a excepción de Tae, quien observaba la escena con una mezcla de curiosidad y algo que parecía ser...¿celos?
El pelirrojo no era tonto, el cambio d exactitud de Kai era bastante notorio, incluso el hecho de que sus mejillas se tornaran rojas con la simple mención de aquel nombre.
