Where do I go with nowhere to turn to?
Aquel príncipe arriesgó todo, solo para volver al principio. Kang Taehyun, primogénito del Rey y dueño de los siete mares, estaba de vuelta a la orilla donde comenzó todo y donde no esperó que se acabaría. Se s...
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Sunoo junto con Ni-Ki, revisaban meticulosamente los mapas brindados por Heeseung. Soobin y Yeonjun, intercambiaban opiniones, asegurándose de que Tae no estuviera expuesto a algún peligro en este delicado proceso.
En el centro de la habitación, Beomgyu se apoyaba en la mesa junto a Tae quien le mostraba algunas cosas que recolectó del bosque, pero su rostro pálido y su respiración entrecortada delataban su malestar. Tae observaba cada uno de sus movimientos con una intensidad que rozaba la desesperación. Aunque mudo, sus ojos expresaban una preocupación tan profunda que parecía tangible.
— No te preocupes Tae — dijo Beomgyu con una sonrisa forzada, aunque su voz era débil — . Es solo un pequeño y simple resfriado, se pasará dentro de poco. Nada que pueda detener nuestra huida — replicó Beomgyu, forzando una sonrisa que no lograba alcanzar sus ojos. La preocupación de Tae lo desgastaba más.
El tiempo pasaba y las horas se mezclaban entre risas nerviosas y planeación. Finalmente, la tensión se rompió cuando comenzaron a fantasear sobre su futuro, después de la libertad.
— Imagínense — , exclamó Sunoo , — una pequeña casa al borde del lago, donde podríamos vivir sin miedo a que un guardia cualquiera nos dé una paliza.
— Al menos ya viví la experiencia de ser un fugitivo perseguido por guardias — bromeó Yeonjun,
Pero Beomgyu sólo miraba al suelo, decisión tras decisión pesando sobre él como una tormenta oscura. La sombra del futuro que sus amigos imaginaban le parecía un espejismo inalcanzable.
— Oh claro, porque ser un fugitivo toda tu vida es tan fácil — respondió con sarcasmo, sus palabras eran punzadas en la burbuja de alegría que estaban creando. Era un intento fallido de mantener el ambiente ligero, pero sus amigos notaron la falta de chispa en su voz.
Los demás se dieron cuenta de la tensión entre ellos dos, y el ambiente se tornó inquieto. Soobin y Yeonjun, siempre protectores, intentaron cambiar de tema para aliviar la carga emocional, pero la preocupación sólo creció en el aire. Después de una pausa tensa, Sunoo encontró la valentía para romper el silencio.
— Lo más importante es que tenemos que salir de aquí juntos. No importa lo que pase, lo haremos.
El grupo se unió en una conversación desenfrenada sobre futuros posibles, sobre las aventuras que les esperaban, lo que harían con su libertad, pero Beomgyu permanecía en su mundo, batallando con sus propias sombras.
Esa noche, el fuego crepitante iluminó sus rostros, y entre risas y sueños compartidos, Beomgyu decidió que debía encontrar la manera de hablar, aunque fuese un susurro. Se acercó a Tae, quien lo miraba con dulzura.
— Una vez que estemos fuera, prometo que te contaré todo, pero ahora... debemos concentrarnos en el escape.
— Recuerden, debemos movernos rápido y en silencio — dijo Sunoo — . Cualquier ruido podría alertar a los guardias.