Capítulo 14:

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Capítulo 14: protección.

Nico Robin.

Desperté gracias a la alarma que me hizo estirarme entre las sábanas, abrí los ojos con un poco de pereza y sentí lo fresco del aire acondicionado sobre  mi cuerpo que no estaba cubierto por la cobija.

Me senté en la cama para estirarme por segunda vez tras apagar la alarma y me puse las sandalias antes de salir de la habitación.

Fui al baño para asearme un poco y después me dirigí hacia la habitación en la que había dormido Zoro por que me había pedido que fuera a despertarlo cuando me sonara la alarma.

Abrí la puerta y lo encontré con la habitación totalmente fría, con el aire acondicionado a toda la potencia mientras que él estaba metido debajo de las cobijas totalmente cubierto.

Me acerque a él y toqué su hombro con suavidad, lo escuché quejarse pero no se despertó, así que volví a mover su hombro.

-Hola.- Susurre por lo bajo.- Ya son las siete.- Lo escuché quejarse, me senté en la cama a su lado.- Me dijiste que te despertara a esta hora para ir a...

Me tomó del brazo y me jaló hacia él, levantó la cobija y me hizo meterme debajo de ella para después abrazarme, sentí sus brazos calientes en contacto con mi piel y sus piernas contornear las mías que estaban al desnudo.

Mala elección de pijama.

Me había puesto un simple short y una camiseta de tirantes para dormir por que no había esperando que él fuera a hacer eso, podía sentir su piel en contacto con la mía así que suponían que solamente llevaba un short, sentí su respiración golpear contra mi frente.

Sentia todo su cuerpo desprender calor mientras me abrazaba, mis manos habían quedado contra su pecho y las suyas estaban acariciando mi espalda con suavidad, no sabia si tenia los ojos abiertos o cerrados, pero me agradaba la idea.

-¿Sigues necesitando que te despierte?- susurré cerrando los ojos y lo escuche reír.

-Déjame dormir un poco más.- Susurro.- ¿Tú no tienes sueño?- Asentí un poco.

Anoche habíamos llegado y nos habíamos instalado cada quien en una habitación para después ponernos a hacer la cena, no sé por qué había comida en el refrigerador pero estaba prácticamente lleno.

Zoro me había enseñado una de las comidas qué, según él, eran de las más sencillas y deliciosas a pesar de ser bastante sencillas.

Había sacado del refrigerador algo parecido a las crepas pero que él llamó tortillas, me había dicho que eran a partir de harina de trigo, manteca y sal y que eran usadas para las comidas en esa ciudad.

Las había colocado en el sarten para que se calentaran y les había puesto encima un queso que se derrita y hacia una especie de gratinado, para después doblarlas por la mitad y dejarlas un rato ahí.

Había hecho una cantidad industrial de esas cosas que él llamo quesadillas, dijo que eran una delicia, y para confirmar sacó del refrigerador aguacate y una especie de salsa casera que puso sobre la mesa.

Abrió las tortillas y el queso se mostró delicioso haciendo hebras, era como el queso guoda pero se veía más delicioso, olía muy bien, Zoro las relleno de aguacate y les puso unas gotitas de salsa antes de pasarme un plato.

Habíamos cenado en el balcón y nos habíamos quedado conversando casi toda la noche de muchas cosas, el clima era agradable y su compañía era maravillosa, me había atrevido a tomar un par de cervezas junto a él y se me había soltado un poco la lengua con él.

Los Rumores Del Trío MonstruosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora