Capítulo 17:

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Capítulo 17: Regreso.

Nico Robin.

Miré a Zoro caminar por el garage y  quitar la lona del auto que había estado tan escondido durante nuestra estancia para descubrir asombrada el bellísimo auto deportivo que brillaba y nos reflejaba en su pintura negra.

-Es un Corvette Stingray.- Me sonrió dándo un par de palmadas al vehículo y yo me acerque para verlo de cerca por que yo jamás había visto un auto tan lindo de cerca, ni había pensado en la posibilidad de subirme a uno.- Es el auto que tenemos que llevar de regreso a casa y la razón por la que vinimos aquí.

-¿Y tú vas a conducir ese auto de regreso?

-¿Quieres hacerlo tú?- Me preguntó divertido haciendo girar las llaves en su dedo índice y sonreí suavemente.- Andando, comencemos a subir las cosas para llegar temprano a casa.

-Recuerda que mamá dijo que nos tendría cena lista.- Él asintió en mi dirección.- Seguro lo hace por que quiere ver de cerca tu rostro, me dijo que se sentía muy culpable.

Él se encogió de hombros.

-Ya te dije que no pasa nada, fue solo un pequeño roce.- Lo vi acercarse a mi un poco.- Y a la próxima que me lo tope no habrá cámaras grabando, esa vez si me dejaré llevar.

Subí las manos a sus hombros y asenti  acariciando un poco su cabello, lo vi cerrar los ojos por unos segundos.

**

Era una sensación totalmente indescriptible el ir a una velocidad fuera de lo normal y que se sintiera como si no estuviésemos en movimiento en absoluto, sobretodo me sentía segura a pesar de ir tan rápido lo que era un poco extraño, pero confiaba en él.

Zoro conducía con la mirada fija en el frente, con una sola mano sobre el volante mientras que la otra descansaba sobre la palanca de cambios y se dedicaba a ir dándome pequeñas miradas de vez en cuando.

El camino fue tranquilo, conversamos un poco de todo lo que se nos ocurría, él hacia chistes malos de vez en cuando sobre todo lo que ibamos mirando en en camino y yo intentaba ser divertida también pero no podía hacerlo del todo por que los chistes no era muy lo mio.

Cuando entramos a la ciudad después de largas horas de viaje alcance a ver en mi teléfono que eran poco más de las nueve de la noche, lo cual consideraba una hora decente para llegar a cenar a casa, aunque tenia un poco de nervios acerca de mi padrastro, por que Zoro había convivido con mamá, pero jamás con el.

Zoro se miraba un poco cansado ya después de haber conducido sin paradas más que para ir al baño y para comprar algo de comer, podía verlo en sus ojos somnolientos.

Cuando me atrapó mirándolo a medio camino hacia casa pensé que iba a verme con el mismo gesto cansado que llevaba, pero en cambio me sonrió suavemente y condujo hacia mi casa mientras yo le enviaba un mensaje a mamá para avisarle que habíamos llegado e íbamos en camino.

Para cuando Zoro se estacionó fuera de casa mamá ya estaba ahí de pie en el patio delantero con las manos entrelazadas sobre el pecho esperando a que bajaramos.

Ignoré la mirada de sorpresa que le dio al auto, por que yo sabía que no le encantaban esos vehículos pero omití esa información hacia Zoro por que prefería el auto a una moto.

Ambos bajamos y no tardé en sentir los brazos de mamá rodeandome con fuerza así que envolví los brazos a su alrededor e inhale el aroma a su perfume de flores que tanto me encantaba.

-¡Te extrañe mucho!- Me dijo besando mi frente varias veces y apretandome con fuerza contra sus brazos mientras dábamos ambas pequeñas vueltas.- Bueno, extrañe a ambos, ¿Dónde está el niño?

Los Rumores Del Trío MonstruosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora