Narra Meredith
Addison Montgomery, para muchos una eminencia de la medicina, para otros una vieja conocida, y para mí un enigma irresoluble que me atormenta cada día.
Aplica la ley del hielo hacia mí de una forma cruel, me presiona como nunca algún titular lo había hecho, creo que la respeto por eso, siento que por fin tengo un verdadero reto.- Grey, no fuiste capaz de responder ni una de mis preguntas, estás en desventaja - reprochó luego de haberme incomodado frente a una paciente.
- Usted no me dió tiempo de contestar, y no tenía por qué usar asuntos personales en el trabajo - me quejé sosteniéndole la mirada por más amenazante que fuera.
Ella suspiró estresada y tomó unos segundos para aclarar su mente y medir sus palabras.
- Te daré otra oportunidad, hablaré con la paciente para disculparme por haber dicho lo de Derek - se resignó a aceptar su error como una persona completamente consciente y empática, me sorprendió.
- Gracias por eso - dije en medio del silencio incómodo que nos encapsulaba.
- No lo agradezcas, tú no tienes nada que ver en los problemas de mi matrimonio - tomó aire y me lanzó una sonrisa, haciendo un esfuerzo sobrehumano para mostrarme un lado más amable.
Se retiró y me quedé pensando en sus palabras, tal vez si nuestras interacciones no fueran tan insoportables podríamos ser amigas, pero por el momento, dudo que eso suceda.
Derek da vueltas alrededor de ambas como si fuera una abeja necesitada del dulce nectar de sus flores. No creo que pueda llegar a elegirme a mí existiendo ella, yo misma no me elegiría si mi otra opción fuera ella. Su seguridad, sus habilidades, su porte al caminar que hace que te sientas inferior, es como una diosa que no pretende relacionarse con los simples mortales. Al menos así la veo, hasta que Derek se atraviesa y ella parece reducirse, moldearse a su semejanza y dejar que ese hombre dirija su vida, es un crimen que una mujer así esté a la sombra de alguien tan...humano.
- No quiero que sigas quedándote en ese hotel, si vamos a intentarlo de nuevo, quiero tenerte a mi lado - dijo Derek tomando aquellas delicadas manos que se volvían locas por su tacto.
- ¿Me estás invitando a vivir contigo en tu remolque? - preguntó ella con esa voz femenina tan atrayente.
Odio que sea tan perfecta, odio que no tenga ni una gota de inseguridad en todo su cuerpo, la odio porque puede tener a todo el mundo a sus pies si así lo quiere y no me parece justo.
Tal vez mi mirada fija en ellos estaba siendo demasiado obvia, porque él no tardó en notar mi presencia y pedirle un minuto a su esposa para poder hablar conmigo.
- Meredith, no sabía que estabas ahí - dijo a modo de disculpa.
- Está bien, sólo iba pasando, me alegra que las cosas entre ustedes estén bien - mentí apretando mis dientes para no reventar.
- Sí...lo vamos a volver a intentar, espero que eso no te moleste -
- ¿Por qué debería molestarme? Ella es tu esposa, yo era la pieza extra en esa situación - afirmé intentando actuar con madurez.
- Gracias, espero que podamos seguir siendo amigos - no sé cómo pretende que eso pase.
- Veremos qué pasa - contesté sin ánimos de seguir hablando.
Nos dedicamos unas sonrisas incómodas mientras intentábamos saber qué más hacer para descongelar ese momento.
- ¿Debería preocuparme por ésto? - preguntó Addison señalandonos a ambos.
- ¿Qué? No...no, para nada - balbuceé nerviosa intentando fingir alguna especie de rechazo hacia Derek.
- Sólo le decía a Meredith que seguiremos siendo amigos - era obvio que ella iba a odiar esa idea, una vena casi salta de su frente al oír algo semejante.
- Bien, eso suena genial, entonces supongo que seremos amigas - esa sonrisa falsa se veía incluso dolorosa, no soportaba mi presencia y yo no soportaba eso.
- Supongo...- contesté sin poder camuflar mi incomodidad, quiero escapar de aquí.
- Bien, nosotros tenemos que irnos, nos veremos mañana - dijo Derek sin saber muy bien cómo despedirse de mí.
Nos dimos la mano como dos colegas distantes, mientras que Addison aprovechó para dar un beso malintencionado en mi mejilla como si fuéramos grandes amigas. Nunca sentiré por ella algo que no sea un enorme desprecio.
Narra Addison
Cuando regresé, las cosas no fueron fáciles, Derek intentó recuperar a Meredith y se vió a sí mismo fallando una y otra vez. Ahora tengo en mis manos la posibilidad de iniciar un nuevo proyecto de vida con él, lo tomé a pesar de saber perfectamente que sería usada como un premio de consuelo, mi vida se siente tan vacía que necesito algo que me motive.
Meredith debe pensar que la detesto, pero en realidad, sólo odio la idea de que Derek la mire más a ella que a mí, no sé qué es lo que debo cambiar en mí para lograr recibir esa mirada tan llena de luz. Tal vez con el tiempo, logre hacer que él me mire de esa forma, es todo lo que me queda.
Me llevó hasta su remolque y me invitó a pasar, me topé con un lugar pequeño, incómodo, pero ordenado y limpio. Sigue teniendo los mismos patrones y costumbres a la hora de acomodar sus cosas, también sigue durmiendo del mismo lado de la cama. No pude evitar sonreír al notar esos pequeños detalles.
- Puedo dormir en el auto para que te sientas más a gusto, no quiero incomodarte- dijo mientras yo acariciaba las sábanas, de las cuales se desprendía su aroma como una dulce fragancia.
- ¿No vas a quedarte conmigo? - pregunté, sabiendo que en el fondo, él no estaba listo para dar ese paso...o eso creí.
- Sólo si tú quieres - respondió parándose frente a mí para acariciar mi mejilla y ver resplandecer mi sonrisa al recibir su calor.
Empecé a besarlo sin pensar en nada, sentí que me deseaba de una manera loca, casi tanto como yo a él. Sus brazos me envolvieron y me apretaron contra su cuerpo, dejando que sintiera cada movimiento que ocurría bajo sus pantalones al tenerme cerca.
Me quité mi camisa mientras él se desvestía y observaba mis pechos como si quisiera comérselos, mi cuerpo estaba en un nivel de calor que era muy difícil de alcanzar, podía hacerme lo que él quisiera en ese momento. Quitó mi falda y seguimos besándonos hasta caer en la cama, su peso encima de mí me traía recuerdos y ansias por probar cada vez más.
En medio del desenfreno, olvidamos por completo usar protección, sólo me dediqué a sentir cómo él entraba y salía con un ritmo que me aniquilaba. Sus manos apretándome y mis piernas aferrándose a sus caderas en ese vaivén de gemidos incontrolables me tenía al borde del climax. Los minutos pasaron y yo terminé sobre él, dando una cabalgata interminable mientras sus manos aprisionaban mis pechos y recorrían mi cuerpo como si no lo conociera de memoria.
La noche culminó entre besos desenfrenados y jadeos lujuriosos que inundaron aquel pequeño refugio en medio de la nada. Extrañaba sentir su mirada sobre la mía y sus caricias en mi cabello, es como volver a estar viva.
Narra Meredith
Tomé la peor decisión de mi vida, decidí llamar a Derek. Necesitaba saber si podíamos hablar, aunque sea sólo por un rato.
- ¿Derek? Soy Meredith ¿Estás ocupado? -
- Sí, estamos ocupados teniendo sexo increíble, mejor llama en otro momento, o mejor no vuelvas a llamar - aquel tono burlesco de Addison fue adornado por las risas de Derek que se oían de fondo, son tal para cuál.
Por poco lanzo mi teléfono contra la pared luego de colgar, me sentí tonta, ingenua, usada, no sé cómo voy a lograr trabajar con ellos todos los días. Yo misma me metí en éste lío, ahora sólo debo enfrentar las consecuencias.
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Estoy estudiando escritura y poesía, escribir éstas historias me activa la creatividad y me sirve para no perder la práctica, espero que les guste. Amo recibir sus comentarios, me motiva muchísimo❤️🩹
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Algo Contigo
FanfictionMeredith vé a Addison como una rival, una mujer con una fuerte coraza que poco a poco se irá rompiendo para revelar a una enigmática belleza que no tardará en ganarse su corazón.