Confesiones en el Tráfico

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Narra Addison

Luego de cuatro largos meses con terapias semanales, pude entender un poco más sobre mí y sobre las cosas que siento y que giran en torno a mi sexualidad. Meredith y yo mantuvimos un trato formal y amistoso, aunque puedo ver lo mucho que le cuesta estar a mi lado. Cada vez que la veo me dan ganas de abrazarla y besarla, amo la seguridad y comodidad que siento cuando estoy con ella, quiero volver a sentirme de ese modo.

Lamentablemente, Doc murió anoche luego del baile que organizamos para la sobrina de Richard. Pensé que sería la noche perfecta para poder hablar con Meredith, pero no tuve la oportunidad, fue un momento demasiado difícil para ella y mi sentimentalismo no iba a ayudar. Pasé a darle mi pésame y a despedirme de nuestro amiguito, pero Derek también estuvo allí haciendo que todo fuera incómodo, odié verlo en medio de las dos.

Hoy estuve luchando contra mis demonios para poder hablar con ella, Callie empezó a salir con Arizona y las cosas van bien entre ellas, eso me da esperanzas, tal vez pueda tener aunque sea un poco de esa felicidad ¿Estaré haciendo lo correcto?

Decidí comprarle unas flores, no sé cuáles le gustan, pero creo que unos jazmines pueden funcionar, ese aroma me recuerda a ella. Nunca le había comprado flores a una chica, me siento extraña, pero emocionada, no pude dejar de sonreír durante todo el día.

- ¡Te ves tan linda! ¿Por fin se lo dirás? - dijo Calliope llegando de la mano con su novia.

- Sí, eso creo, nunca había hecho ésto ¿Y si lo arruino? - pregunté nerviosa.

- No hay manera de que lo arruines, le gustas muchísimo, todos los notamos - respondió Arizona dándome ánimos.

- Bien, entonces deseénme suerte - crucé mis dedos y me despedí de ellas con besos y abrazos.

- ¡Suerte, linda! - gritó Callie mientras iba camino a confesarle a Meredith que ella me gusta.

Recorrí los pasillos para encontrarla, tenía mucha ilusión en mi pecho, jamás me hubiera imaginado haciendo algo así, es tan emocionante.

Arreglé mi cabello y retoqué mi maquillaje, había escuchado su voz en una habitación y sabía que ese sería mi momento para poder hablar a solas...o eso pensé.

- Me gustaría tener otra oportunidad contigo, sé que las cosas han sido raras, pero llevamos una semana durmiendo juntos...podríamos probar - dijo Derek mientras yo lo observaba acariciando el cabello de Meredith.

- Derek, no quiero tener ésta conversación ahora - respondió ella siendo esquiva.

¿Estuvo durmiendo con él? Creí que no le interesaba, ella me lo prometió, creí que éramos amigas y que podíamos confiar una en la otra. Tal vez sólo dejé pasar demasiado tiempo, tal vez no soy suficiente.

Quise alejarme antes de seguir escuchando aquella charla, pero mi tacón resbaló y me dí un fuerte golpe contra la pared que debió escucharse en aquella sala.

Narra Meredith

Derek estaba insistiendo para volver conmigo, iba a rechazarlo, sólo me acosté con él por despecho, pero un ruido fuera del cuarto me alertó y pude escapar de la situación. Salí rápido para averiguar qué pasó, Addison me arrojó unas flores a la cara y se marchó enojada. Derek salió por detrás mío y me miró confundido.

- ¿Qué le ocurre? - preguntó con un tono burlesco.

No podía dejar de mirar esas flores, eran para mí, pensó en mi perfume de jazmín y compró un ramo para dármelo, es lo más lindo que alguien haya hecho para sorprenderme. No puedo dejar que se vaya.

- Creo que yo sé lo que pasa - murmuré recogiendo todas las flores que habían caído al suelo para luego correr tras ella.

Creí que sólo se encerraría en algún lado para evitarme, pero se lo tomó mucho más en serio y caminó hacia la salida para ir por su auto.

- ¡¡Addison!! - grité mientras la perseguía por el estacionamiento.

Subió a su coche y encendió el motor para irse como si no pudiera escucharme gritar. Condujo hacia la calle, no podía dejar que se fuera sin explicarle todo, tuve una idea demasiado estúpida, pero necesitaba llamar su atención.

Me paré frente al vehículo apoyándome sobre él para que no pudiera moverse sin arrollarme, no se va a deshacer de mí tan fácil.

- Meredith, muévete, no hagas que ésto sea más difícil - pidió desde la ventanilla, intentando hacer maniobras para escapar de mí.

- No lo haré, no dejaré que te vayas otra vez, necesito hablar contigo - supliqué sin mover un sólo músculo.

- ¡Mer! ¿Qué haces? - gritó Izzie, tomando mi brazo y apartándome del auto, dejando el camino libre para que Addison huyera.

- ¡Izzie! No entiendes - me quejé apartándome y pidiendo un taxi de forma desesperada.

Ella no entendía nada, pero tampoco me detuvo. Un taxi paró frente a mí de inmediato y le pedí que siguiera el hermoso auto rojo de Addison, quién se alejaba cada vez más.

Por obra de algún milagro, el tráfico la obligó a detenerse, estaba lejos y el embotellamiento parecía interminable.

- Conserve el cambio - dije dándole unos dólares al taxista para bajar y correr hacia ella.

Tuve que ignorar los bocinazos y esquivar las motocicletas que intentaban tomar ventaja en aquel embrollo automovilístico.

- ¡Addie! - grité al acercarme a su auto.

Los demás autos empezaron a moverse cuando el tráfico mermó, tuve que recurrir a medidas drásticas para retener a aquella pelirroja obstinada. Nada me va a impedir alcanzarla.

Narra Addison

Meredith se lanzó sobre mi auto y casi me provoca un infarto. Me detuve en seco y bajé asustada para asegurarme que estuviera bien.

- ¡¿Estás loca?! Pude haberte matado ¿Qué pasa contigo? - exclamé mientras ella juntaba lo que quedaba de aquel ramo de flores para conservarlo.

- Tú me pasas, Addison, quiero hablar contigo, quiero que me escuches - suplicó mirándome a los ojos y tocando una fibra muy profunda de mi corazón.

- Dormiste con Derek...- murmuré con mi cabeza hacia abajo, eso aún me dolía.

- No significó nada, estaba dolida porque la única persona con la que quería estar no tenía el valor suficiente como para quedarse conmigo - lloró mientras los conductores nos insultaban por obstruir el paso, ni siquiera me importaba.

- No quiero perderte por culpa de mis miedos, hubiera entendido si elegías a Derek...- confesé mientras mis ojos se llenaban de lágrimas.

- Me compraste jazmines porque te recuerdan a mí...¿Cómo podría elegir a un hombre por encima de tí? - dijo mientras entrelazaba sus manos con las mías, mi pecho se está acelerando mucho ¿Ésto es...amor?

- Me gustas, Meredith...es la primera vez que siento ésto por una mujer y no quiero dejar de sentirlo - sujetó mi rostro y me besó dejando que mis lágrimas cayeran sobre ella.

- ¿Quieres salir conmigo? - preguntó entre risas y lágrimas, no había forma de que dijera que no, ella es perfecta.

- Sí, juro que ésta vez estoy lista para hacerte felíz - le dí besos cortos que disfruté con toda mi vida.

- Tu sonrisa me hace felíz - respondió con dulzura, me siento como una princesa cuando ella me mira y dice todas esas cosas lindas.

Nos besamos y abrazamos como si no hubiera nadie alrededor. Algunos conductores parecían querer bajar a corrernos de ahí a patadas.

- Deberíamos movernos - reí mientras me dejaba consolar por sus besos tiernos.

- Sí, deberíamos - contestó abrazando mi cintura y haciéndome sentir como en un cuento de hadas.

La besé una última vez y subimos al auto para irnos, no sé a dónde, pero estábamos juntas.

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QUE VIVAN LAS NOVIAAASS

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