Bienvenida al Mundo

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Narra Addison

Derek fué por ayuda y Mer me levantó del suelo para caminar poco a poco hacia el ascensor. No podía dejar de voltear para ver que aquel hombre estuviera bien, es un padre que perdió a su hija y se dejó consumir por el dolor, me da pena.

- Linda ¿Qué sientes? - preguntó mi novia para mantener mi cabeza enfocada en el parto.

- Siento que está demasiado abajo, es un parto prematuro provocado por una situación de estrés, la dilatación es mucho más rápida de lo normal - dije a toda velocidad usando mi cerebro de obstetra.

- Bien, creo que la policía ya está subiendo, pediremos una sala cuando ésto se calme un poco - dijo dándome un beso en la mejilla.

Los oficiales llegaron y fueron directo hacia el tirador, sólo espero que no se resista, no quiero que terminen disparándole. Uno de los policías se acercó a nosotras con una silla de ruedas.

- ¿Está herida? - preguntó con mucha gentileza.

- No, se le rompió la fuente - contestó Mer dándome su brazo para poder sentarme.

Siento que la bebé baja cada vez más, duele demasiado, no creo estar dilatando tan rápido como para que pueda salir, terminará provocándome un desgarro.

- Las acompañaré hasta abajo - dijo el joven oficial empujando mi silla mientras yo me sujetaba para tolerar una horrible contracción.

Una vez que estuvimos en la planta baja, Miranda y Richard corrieron con nosotras. Derek estaba siendo llevado para un interrogatorio, espero que todo salga bien, quiero lo mejor para él.

- Addie, aún es muy pronto ¿Estás segura de que entraste en labor? - preguntó Richard haciéndome enfurecer, es la pregunta más estúpida que haya escuchado.

- ¡Solté líquido amniótico por la vagina, Richard! ¡Claro que estoy en labor! ¡No soy idiota! - le grité alejándolo, no quiero que nadie me toque.

- ¿Quieres que lo golpee? Porque puedo golpearlo - sugirió Miranda, empatizando conmigo.

- Hace calor aquí ¿Alguien más siente calor? Siento que estamos como a mil grados - exclamé mientras cuidaba mis respiraciones.

Mer me abanicó para darme un poco de aire fresco, no me la merezco, es demasiado buena, ahora quiero llorar.

- Hasta que dejen entrar a Carina nuevamente, yo voy a cuidarte - dijo Bailey mirándome a los ojos para que me sienta segura.

- Recuerda mantener la respiración, inhala por la naríz y exhala por la boca ¿Sí? Puedo hacerlo contigo - dijo Mer mientras me llevaba a una sala vacía junto con Richard y Miranda.

- No lo hagas, pareces una idiota, yo soy la que debe respirar - reclamé mientras una contracción me destruía por dentro.

Narra Meredith

Preferí ya no abrir mi boca, Richard decidió lo mismo, preferimos quedarnos callados y no terminar siendo regañados.

Ayudamos a Addie a subir a la camilla y Bailey le hizo un tacto, quedando demasiado sorprendida.

- Addison, esa bebé quiere salir ya, tendré que inyectarte para acelerar la dilatación o terminarás lastimada - dijo poniéndose manos a la obra para inducir la dilatación de mi novia.

- ¿No puedes revisarla? ¿Ella está bien? ¿Cómo están sus pulmones? - preguntó Addison empezando a llorar por la preocupación.

- Apenas esté afuera revisaremos todo, es una niña fuerte, va a estar bien - la consoló la doctora Bailey limpiando sus lágrimas.

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