Amor Verdadero

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Narra Meredith

Le expliqué toda la situación a Addison para ponerla al tanto, se encontraba más calmada ahora. La doctora Bailey se encargó de revisarla y nos dijo que todo estaba bien, no tuvo desgarres ni hemorragias, tanto Carina como Bailey hicieron un gran trabajo y la mantuvieron a salvo.

- ¿Cómo es ella? - preguntó, abrazándome con dulzura.

- Es preciosa, tiene una nariz muy pequeña, sus pestañas son pelirrojas y tiene los deditos delgados como tú - dije, describiendo a nuestra bebé y haciéndola sonreír mientras le hacía caricias tiernas.

- Es una mini Addie - exclamó Amelia contenta.

- Así es, y en unos minutos más, la traerán para que puedas conocerla - le dije a mi novia haciendo que su mirada se iluminara.

- No puedo esperar - dijo con mucha emoción.

La doctora Bailey le dió a Addie algunos consejos sobre la lactancia que le serían muy útiles. Ella está atenta y muy entusiasmada, quiere ser la mejor mamá del mundo, y yo sé que lo será.

Las cosas demoraron mucho más de lo esperado, habían pasado tres horas y aún no traían a nuestra hija. Addie se quedó dormida con Amy a su lado y aproveché ese momento para escabullirme y ver qué pasaba con mi bebé.

Llegué a la zona de terapia neonatal y me topé con Arizona, quien estaba haciéndole un chequeo a mi pequeña. Ella movía sus manitas y emitía pequeños sonidos que me llegaban al corazón, es muy linda.

- ¿Está todo bien? - pregunté mientras me acercaba a ellas.

- Sí, los corticoides que le inyectaron a Addison cuando empezó con las contracciones ayudaron a su desarrollo pulmonar, las horas con apoyo respiratorio también le hicieron muy bien, pero su temperatura está desregulada aún...- comentó mientras miraba con amor a mi bello angelito.

- ¿Qué podemos hacer para ayudarla? - pregunté con un poco de temor.

- El calor de una madre es la mejor forma de regular la temperatura de un bebé prematuro - dijo, llenándome de alegría.

- ¿Entonces podemos llevarla con Addie?- pregunté dando saltos de alegría.

- Claro que sí, también debemos averiguar si puede comer por sí misma, así sabremos que está lista para ir a casa - dijo con un tono de voz muy alentador.

Narra Addison

Desperté luego de una siesta demasiado larga, necesitaba descansar, mi cuerpo estaba abatido por el parto. Apenas abrí los ojos, pude ver a Mer acercándose con la bebé en brazos, no pude evitar llorar al verla, por fin podría conocerla.

- Alguien necesita un poco de tu calor - anunció mientras colocaba a mi hija entre mis brazos con mucha delicadeza.

Es muy pequeña, pero también es muy hermosa, el mundo empezó a cobrar sentido cuando la tuve sobre mi pecho, sintiendo su respiración.

- Hola mi amor, soy mamá - dije, con un hilo de voz, no puedo creer que por fin está conmigo.

- Es hermosa - dijo Amy tocando su mano e intentando ocultar su llanto de emoción.

Todas la miramos con amor, se sentía segura en mis brazos, su cuerpecito empezó a tomar más calor y eso me tranquilizó.

- MerMer...somos mamás - dije, entre lágrimas de felicidad.

- Lo sé, es lo mejor que me haya pasado - contestó, dándome varios besos en los labios, amo sus besos.

La bebé empezó a llorar y Arizona me recomendó intentar que se prendiera a mi pecho. Tuve un poco de miedo, pero apenas la acerqué, ella empezó a mamar por su propia cuenta ¡Puede hacerlo sola! Es un desarrollo muy grande para una bebé tan pequeña, estoy orgullosa. Creo que estoy haciendo bien las cosas.

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