Cerebro con Hormonas

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Narra Meredith

Definitivamente mi mañana no empezó de la mejor manera.

- Olvídalo, ésta discusión es absurda ¡Te odio! - gritó Addison sacándome de su departamento y cerrando la puerta.

Me quedé parada en el pasillo, esperando a que recapacite. No tardó en abrir nuevamente la puerta y mirarme arrepentida.

- Mer...no te vayas - rogó a pesar de que yo no me había movido ni un centímetro.

- No me estoy yendo a ningún lado - contesté con mis brazos cruzados.

- Tal vez...tenías razón, me estoy extralimitando, no sé qué pasa conmigo- admitió agachando la cabeza.

- ¿Quién puso el sofá en el comedor? - exclamó Amelia desde adentro.

- ¿Me ayudas a moverlo de vuelta a la sala?- preguntó sobornándome con su linda carita.

- Está bien, pero la próxima vez que se te ocurra mover los muebles de lugar, quiero que me lo pidas, no puedes mover un sofá tú sola, tienes siete meses de embarazo - dije a modo de regaño, está actuando muy despistada y distraída últimamente, sé que es culpa de las hormonas, pero todo tiene un límite.

- Bien...entiendo, lo siento, no te odio - respondió acercándose para darme besos.

Tomé su rostro y la besé, el embarazo está consumiendo su cerebro, pero la amo de todos modos. Entramos nuevamente al apartamento y Amy me ayudó a regresar todo a su lugar.

- ¿Cómo se te ocurrió que sería buena idea poner un sofá para reemplazar las sillas?- preguntó ella intentando comprender la lógica de mi novia embarazada.

- Por cierto ¿En dónde están las sillas? - preguntó mirando hacia todos lados, me asusta no tener respuesta para eso.

- Creo que las dejé en el balcón...o en el pasillo, no sabía qué hacer con ellas - respondió Addison buscando en dónde las había dejado.

- Mer, tenemos que ponerle un collar rastreador o algo por el estilo, me da miedo dejarla sola - susurró Amelia en mi oído mientras Addie daba vueltas por la casa.

- Es normal, Carina dijo que él último trimestre viene con muchos cambios y que podía ser impulsiva o olvidadiza, sólo tenemos que cuidar que no se pase de la raya - contesté mientras pensaba en algo para mantenerla enfocada.

- Amor, encontré el folleto de las clases de preparto de las que te hablé la semana pasada ¡Es hoy! Sabía que estaba olvidando algo - dijo con el papel en sus manos.

- Oye, eso es bueno, tal vez así puedas descubrir si las demás embarazadas actúan así o si Addie se volvió loca - murmuró Amy disimuladamente.

- Cállate, si te escucha, estás muerta - la regañé y ambas sonreímos para tapar nuestra pequeña charla oculta.

Narra Addison

Me emociona ir a éstas clases con Mer, me pasé éste último mes encerrada en casa y eso me está volviendo loca, necesito hacer algo más. Nos preparamos y fuimos directo al lugar en el que darían la clase, soy una obstetra de renombre, pero nunca me tocó a mí ser la que está dando a luz, así que creo que ésto puede ser muy útil.

Al llegar, Mer se ató el cabello y se vió demasiado sexy, contenerme es el precio que debo pagar por tener conmigo a la mujer más hermosa del mundo, quiero hacer de todo con ella.

El lugar estaba concurrido pero no abarrotado, es un alivio no tener que lidiar con la acumulación de gente. La clase a la que nos inscribimos era específicamente para mujeres de más de 35 años, ya que a partir de esa edad, los embarazos se vuelven más delicados. El grupo de mujeres se veía muy unido, parecían ser agradables, todas estaban con sus novios o maridos.

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