El Bebé de Satanás

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Narra Addison

Hace un par de días, cumplí 8 semanas de embarazo, hoy debo tener mi primer ultrasonido y eso me emociona. Desperté hace una hora y llevo varios minutos concentrada observando a mi hermosa novia. La adoro, siento que me enamoro cada vez más. Le dí besitos en su rostro para despertarla de la forma más dulce que puedo. Poco a poco empezó a abrir sus hermosos ojos azules y respondió mis besos agregando muchos más.

- Buenos días, preciosa - dije con una sonrisa dibujada en mis labios.

- Buenos días, bonita - contestó, besándome y bajando su mano para acariciar mi pequeña pancita de 3 meses.

- Y buenos días a tí también, pequeño renacuajo - le dió un beso a mi vientre y yo la miré molesta.

- No me gusta que le digas así - me quejé recibiendo otro beso a modo de disculpas.

- Es un renacuajo, es pequeño y está nadando ahí dentro, no estoy tan equivocada - conozco ese tono de voz, sólo quiere molestarme.

- Eres un caso perdido - dije para luego levantarme de la cama.

Mer me siguió hasta el baño y terminamos dándonos una ducha juntas. El baño se llenó de calor y nuestras manos se desviaron entre nuestras piernas creando gemidos que retumbaban en las paredes. Meredith tiene un don para hacer que mi cuerpo descubra nuevos límites del placer que nunca antes había experimentado.

Tuvimos que cambiarnos con mucha prisa, ya que nuestra aventura en el baño nos llevó mucho tiempo y llegaríamos tarde.

- Te ves muy linda - dijo Mer mientras yo me miraba en el espejo intentando decidir qué ropa ponerme.

Sigo poniéndome nerviosa cuando ella me mira de esa forma, me hace sentir la mujer más bonita del mundo.

- ¿Puedo tomarte una foto? - preguntó sin dejar de admirarme.

- ¿Lo dices en serio? Claro que sí - respondí sorprendida, me siento halagada.

Corrió a buscar una cámara fotográfica que compró hace unos días, aún no la ha usado y quiso estrenarla conmigo, moriré de amor con ésta mujer.

- Amor, no sale mi cara en esa foto - reclamé haciendo pucheros.

- No te estaba fotografiando a tí, estaba fotografiando al bebé - contestó de forma burlona.

- Lo admito, extraño tener el protagonismo- bromeé mientras miraba con amor esa bella foto de mi barriguita.

Jamás creí verme a mí misma de ese modo, se siente tan bien, por fin lograré ser mamá. Mer la observó conmigo mientras me abrazaba desde atrás y acariciaba mi vientre con sus delicadas manos. Ella va a ser la mamá más tierna y amorosa que pueda existir, incluso reservó unas clases de maternidad para cuando entremos al segundo trimestre, está demasiado emocionada e ilusionada.

Parece que ambas esperamos durante todas nuestras vidas para encontrarnos y poder tener esa familia que tanto anhelamos. Estamos destinadas a compartir nuestras almas y amarnos por sobre todas las cosas, ella es lo mejor que pudo pasarme.

Narra Meredith

Nos quedamos charlando y haciéndonos caricias sin notar que el tiempo corría. Terminamos llegando tarde a nuestra cita para el primer ultrasonido. Por suerte, ahora que Addie llora por todo, nuestros conocidos evitan regañarla o hablarle fuerte, eso nos salvó del reclamo de Carina por llegar casi una hora tarde.

- ¿Cómo va esa pancita? - preguntó mientras Addison se acomodaba en la camilla.

- Muy bien, estoy recuperando algo de fuerza y peso - dijo ella muy contenta por sus avances.

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