MANADA

Kitsune... y algo más

El tiempo con mi nueva familia parece evaporarse entre mis dedos sin que pueda detenerlo. Por fin siento que estoy completo y donde quiero estar. Por fin siento mi interior en paz y colmado en todos los sentidos. Mi zorro está felizmente acurrucado en mi interior mientras observa a Byakuya peinar a Haruka. Es una escena familiar e intima que jamás pensé que presenciaría. Mi pareja. Mi hijo.

Un ligero nudo se aprieta en la boca de mi estomago mientras mi mirada baja de las manos de mi pareja hasta su vientre. Haruka es mi hijo ante todos, pero realmente podría haber creado una nueva vida dentro de Byakuya.

Dioses. Un doncel. Si hubiéramos sabido que había machos humanos con esa habilidad, tal vez más de los nuestros habrían encontrado a sus parejas. Muchos de nosotros no habríamos tenido que vivir conformándonos con parejas en acuerdos o resignándonos a una vida incompleta ante la imposibilidad de encontrar a nuestra otra mitad.

En cuanto todo esto termine, en cuanto superemos lo del reto de Yhwach, hablaré con Zangetsu y se lo contaré todo. Él tiene derecho a saberlo, ya que es mi alfa y tendrá que tomar la decisión de si sigue queriéndonos aquí o prefiere que nos vayamos. Es una opción imposible, ya que conozco a mi alfa y sé que él aceptará esta nueva "situación". Solo espero que los demás nos guarden el secreto, pero dudo que se mantenga dentro de nuestros limites demasiado tiempo.

En una parte recóndita de mi interior, temo que las otras manadas quieran lo que es mio. Las hembras son codiciadas, pero a la vez, son protegidas. Las mujeres humanas, son usadas, o incluso pagadas. Solo unas pocas manadas continuan usándolas para luego eliminarlas. Pero un doncel... no sería considerado una hembra a la que proteger o tratar con delicadeza, y podría ayudar a aumentar los números, ya que los cachorros que tenga, serían cambiaformas de pleno derecho. No sé. Siempre intento pensar que las manadas están cambiando poco a poco, pero hay muchos que quieren mantener esa mentalidad retrograda.

De todas formas, según Byakuya, los donceles son raros y casi unos desconocidos para los suyos, así que ¿cuantas probabilidades hay de que las manadas encuentren alguno? Incluso, si pienso en mi propia situación, creo fielmente en que el destino fue quien puso a Byakuya en mi camino. De no ser por él, dudo mucho que nos hubiéramos encontrado jamás.

-Papi, ¿por qué tenemos que ir a esa cena con todo el mundo y no podemos quedarnos en casa?- La voz poco entusiasta de Haruka me hace sonreír ligeramente. A mi cachorro le gustan las multitudes lo mismo que a mi o a su pa... madre.

De nuevo, desvío de forma incontrolada mis ojos a su vientre.

-¿Qué te preocupa?- Ver como Byakuya sabe perfectamente leer a su hijo me sorprende y me hace sentir cierta envidia sana.

-¿Estará ese hombre malo?- En cuanto hace la pregunta, sé a quien se refiere.

-Sí, Haruka.- Le digo, pero mantengo mi tono tranquilo.- Pero él estará en otra mesa y te prometo que ni notarás que está. Además, es una cena importante.- Le digo viendo como Byakuya me mira cauto.- Quieren celebrar tu recuperación y la del resto de enfermos.

-¿Entonces es una fiesta para el tío Sen también?- Ahora parece un poco más entusiasmado.- Él fue quien nos curó ¿no?

-Sí. Podríamos decir que es una fiesta para homenajear y agradecer a tu tío.

Es una verdadera suerte que los donceles no sean reconocibles de ninguna manera en especial, ya que si es cierto lo que me dijo Byakuya de su familia, su hermano, también es un doncel. Un doncel rodeado de lobos.

***Byakuya***

Sentir los ojos de los demás sobre mi, se siente diferente ahora. Soy consciente de que antes, era vigilado por ser humano y estar en su territorio con un cachorro que consideraban suyo, pero ahora, también soy culpable de una situación que ha hecho subir las tensiones entre las manadas sin necesidad, aunque no me arrepiento de haber golpeado a ese viejo bigotudo y baboso.