Decisiones incomodas

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Si la noticia de tener humanos en nuestro territorio no fuera lo suficientemente alarmante, el que este hombre tenga a uno de nuestros cachorros, lo es mucho más. Encima, el pequeño es idéntico a él, prueba de que seguramente, la palabra del humano sea cierta y ese cachorro sea su hijo biológico. ¿Pero como no lo ha rechazado? Es sorprendente que, a pesar de apestar a miedo, su mirada no se amedrenta, pese a estar en nuestra presencia, en territorio enemigo, consciente de que si lo hiciéramos desaparecer, nadie podría encontrar su cadaver jamás, y aún así, sigue aferrándose a esa furia que lo embellece de forma inquietante.

Ciertamente es un humano poco convencional.

Unos golpes en la puerta preceden a Renji que entra y se posiciona sin mediar palabra a mi izquierda, igualando a Starrk que está a mi derecha. No por nada son mi ejecutor jefe y uno de mis mejores ejecutores, entre otras cosas.

-Renji, ¿todo bien?- Pregunta Starrk a lo que el pelirrojo asiente, pero por el bajo gruñido que emite, no todo anda bien.

¿Un humano en nuestra reserva? Es cierto que de vez en cuanto algo excursionista se pierde y lo llevamos hasta algún lugar donde puedan orientarse fuera de nuestras tierras. Los furtivos, si tienen suerte solo los asustamos expulsándolos, aunque he de reconocer que la gran mayoría nunca vuelve a saberse de ellos. Pero un humano con un cachorro... y más en nuestra situación de baja natalidad... Esto era predecible y ahora tenemos que solucionarlo lo antes posible.

Nuestra manada es relativamente joven. Tan solo hace doce años que nos independizamos de nuestras antiguas manadas para formar la nuestra. Una manada en la que no tuviéramos que vivir subyugados bajo reglas antiguas que nos obligaban a hacer cosas con las que no estábamos de acuerdo. Reconozco que las manadas mas antiguas han logrado sobrevivir en parte gracias a esas normas, pero los tiempos cambian y nuestra gente, las generaciones más jóvenes, necesitan otro tipo de existencia.

Fue difícil lograrlo y no todos los que quisieron pudieron dejar sus antiguas manadas, en especial las hembras. Obviamente, si muchas de ellas abandonan una manada, podría peligrar su futuro, de ahí que apenas sean el 25% de nuestra gente. Poco más de la mitad están emparejadas, lo que nos aporta seguridad y prosperidad, pero el resto no parecen muy dispuestas a sentar la cabeza y formar su propia familia. De ahí que, de vez en cuando, nuestros hombres tengan que viajar a otras manadas para probar suerte e intentar encontrar a una pareja compatible con ellos para unirse.

-Realmente no pretendía buscar su poblado...- la voz del humano me saca de mis propios pensamientos- yo solo... estaba de viaje y se me atravesó un animal. Me iré en cuanto la caravana esté en condiciones de...

No me pasa desapercibido el ligero temblor en su voz. Sé que está intentando controlar su miedo y también, estudia cual será la mejor forma de librarse de todo esto. En cierta medida le compadezco, pero necesito tiempo. Necesito saber más de él y de su cachorro. Necesito saber más sobre la loba que lo tuvo y también de las circunstancias de su muerte. ¿Que la llevó a ir por su cuenta?¿Que la llevó a vivir entre los humanos?¿Que diantres la llevó a la decisión de tener un hijo con un humano a sabiendas de la naturaleza que tendría su hijo y de las consecuencias de ello?

-Creo que eso tomará varios días.- Digo entrecerrando ligeramente los ojos, un poco a modo de advertencia que parece captar al momento por su repentino silencio.- Me han dicho que el golpe que sufrió contra el árbol fue bastante fuerte. Nuestro mecánico está fuera hasta el martes.- Miento.- En cuanto llegue tendrá que evaluar los daños y ver si tiene arreglo. Ademas el tema de las piezas para los recambios...

-Yo... en realidad no quiero molestar tanto tiempo. Tal vez podrían llevarme al pueblo mas cercano con la grua. Tal vez allí podrían ayudarme antes o... podría continuar mi viaje por otros medios.- Dice pasando la mirada de mi a Starrk y paralizándola en Renji.- Sé que aquí no soy bienvenido y, seamos sinceros, no me siento demasiado a salvo.

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