Hace varias horas desde que Renji se marchó dejándome con la mente totalmente nublada. Por más que lo pienso, su reacción no tiene sentido, aunque menos sentido tiene la mía propia. Es cierto que perdí el control por culpa del momento, pero cuando me agarró y me giró sosteniéndome contra él... Por un lado quería apartarlo de mi con tanta agonía que habría gritado de haber podido, pero por otro lado, un lado que hasta ahora ni siquiera sabía que tenia, necesitaba justo eso. Esa cercanía de su cuerpo. Ese deseo confuso en sus ojos. Ese calor que manaba de su cuerpo contra el mio. Duro. Férreo. Con la respiración alterada igual que la mia. Con sus labios tan cerca de los míos que, por primera vez en mi vida habría deseado que me besara alguien de una forma lenta, intima, profunda y ardiente.
Dioses, solo de recordarlo siento como el cuerpo me arde. Como mi entrepierna se endurece un poco, sorprendiéndome tanto como lo hizo cuando entré tras la marcha de Renji. Pasé por algo similar en la adolescencia. Soujun lo llamó el calor doncel. A pesar de que no tenemos ciclos ovulatorios como las mujeres, nuestro cuerpo entra en calor cuando siente excitación. Solo me había ocurrido un par de veces antes de la violación, y después... después es como si mi cuerpo hubiera muerto en ese sentido, con unas pocas excepciones en las que mi cuerpo prácticamente necesitaba algún tipo de desahogo.
Miro por la gran ventana del salón hacia el exterior. Ha anochecido y, aunque sé que no estamos solos porque seguramente haya alguno de ellos patrullando fuera, su ausencia, por extraño que parezca, no me permite sentirme seguro. Yo sintiéndome seguro por tener a uno de ellos a mi lado, aun sabiendo que realmente su misión no es otra que investigarme, averiguar quien es la madre de mi hijo y luego... ¿quien sabe? Y pese a todo, los dos dias que hemos pasado, prácticamente pegados, me han hecho adicto a su presencia.
-Papi, ¿cuando va a volver Renji?- Acaricio la cabeza de mi hijo y sonrió.
-Seguro que volverá pronto. Esta es su casa ¿recuerdas?- Le digo dandole en la nariz, lo que le hace reír relajado.- ¿Tienes hambre?- Él asiente enérgicamente y me acerco a la cocina para ver que hay en la nevera.
***Renji***
Esto ya no es una coincidencia. Pensé que tras el desahogo del lago, conseguiría que mi cuerpo y mi mente volviesen a su ser, a como he sido siempre, controlado, analítico, pero conforme me acercaba a mi cabaña, las ansias por llegar me hacían acelerar el paso. El deseo por verlo y comprobar que aun estaba aquí, que aun existe esa invisible tensión entre nosotros, casi me ha hecho entrar desnudo, de no ser porque Mugetsu me frenó y pude coger algo de la ropa que siempre tengo en pequeños escondites, por si regreso de algún cambio inesperado.-¿Estas bien?- Dice mi compañero mirándome con algo de preocupación.
-Sí. ¿Por qué no debería estarlo?
-Kensei me dijo que discutiste con el humano y luego tuviste que marcharte a correr.- Cuando habla aprieta los labios y noto algo de molestia.
-Apreté demasiado en mi interrogatorio.- Le digo viendo como arruga el entrecejo.- Solo necesitaba enfriarme para poder hacer bien mi trabajo.
Él asiente y lo veo alejarse un par de pasos. Mugetsu es un buen chico. Es el más joven de los ejecutores, aunque eso no significa que sea el más débil. El gran parecido con su padre no me hace verlo diferente al resto de sus hermanos, ya que lo conozco desde que nació y soy consciente de que su vida junto a su padre, nunca fue demasiado fácil. Mugetsu es el unico hijo mestizo de Yhwach con una humana. Eso hizo que pensáramos que tal vez, habría podido heredar alguna debilidad de su madre, pero es un lobo igual de fuerte que sus hermanos, y un gran amigo y ejecutor.
-¿Todo bien?- Le pregunto viendo como se gira y me asiente.
-Han estado dentro desde que te fuiste. El pequeño no ha dejado de preguntar por ti.- Dice haciendo que algo calido se expanda en mi pecho.
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MANADA
WerewolfPara los cambiantes, vivir en familia o en grupo es mantenerse a salvo. Guardar las apariencias, mantenerse alejados de los humanos... Para un cambiate lobo, vivir en grupo es vital. Un lobo no es nadie sin su manada, vive por su manada, poniendola...