El cuerpo de Byakuya entre mis brazos se siente perfecto. Con sus piernas alrededor de mis caderas y sin dejar de responder a mis besos como ha llegado a ser casi una costumbre. Si alguien me hubiera dicho que estaría así de enganchando a los besos de un humano hace casi dos semanas, lo habría matado sin pensármelo por la mala broma.
-Ah...- Su gemido me enciende aun más cuando pego su espalda contra la pared de cristal, viendo al otro lado como la noche está cerrada y algunos rayos iluminan el cielo a lo lejos.
Me separo unos segundos de mi humano para deleitarme con su rostro, sonrojado y encendido como el mio. Sus ojos, aguados de deseo y con ese tinte de miedo que puedo identificar como una sensación propia. Seguramente, para él este paso que estamos a punto de dar debe ser tan aterrador como para mi. O al menos eso quiero pensar.
-Eres delicioso Byakuya...- Le digo pegando mis labios a los suyos, pero sin dejar de mirarlo.- Saca la lengua para mi.
Él obedece casi sin pensarlo y aprovecho para rozar mi lengua con la suya, justo antes de tomarla con mis labios y succionarla un poco antes de arrastrar mis dientes y labios por su alrededor a la vez que pego mi entrepierna contra la suya, lo que le hace gemir por la nariz cerrando los ojos.
Joder. Es que no puede ser más erótico ni aunque se lo propusiera.
-Ah... Renji...- La forma que tiene de gemir mi nombre cuando muerdo su mentón para llegar a su oreja, es una punzada directa a mi polla que se endurece aun más, haciéndome gruñir.
Cuando lo miro puedo ver su sorpresa y me doy cuenta de que mis colmillos han crecido un poco. Sus manos pasan de mi espalda a mi rostro, rastrillando con sus uñas mis patillas, mucho mas pobladas, llegando a cubrir hasta mi mandibula.
***Byakuya***
-¿Te asusto?- Dice con cierta cautela, aunque no me pasa desapercibido el bajo tono de su voz.Yo le niego sin poder dejar de admirar como el pelo rojizo ha crecido cubriendo parte de su rostro y frente, así como sus colmillos, ahora mas largos y afilados, parecen clavarse un poco en su labio inferior, solo para darle un toque mucho mas sexy aun.
Todos estos cambios, deberían asustarme, y sin embargo, no lo hacen. Renji no me asusta, solo me excita al punto de que cada nuevo roce de nuestras entrepiernas, me hace estremecer y sentir que si seguimos así por más rato, me correré avergonzándome por mi falta de experiencia. Soy consciente de que tengo mi espalda pegada a la gran ventana que cubre la pared de la habitación de Renji y que, seguramente, alguno de sus compañeros, esté haciendo guardia fuera, desde donde podrían vernos, pero sorprendentemente, es algo que a estas alturas me da igual. No me importa quien mire. No me importa lo que puedan llegar a pensar. En el momento en que Renji me abraza pegándome más a él para bajar sobre mi cuello y arañarlo levemente con sus colmillos, jadeo echando la cabeza hacia atrás y moviendo mis caderas en contra de su cuerpo.
Un fuerte gruñido brota de sus labios antes de girar bruscamente separándonos de la pared acristalada para acercarnos a la cama donde caemos de forma suave y controlada. Ver como se tensan sus músculos mientras me va dejando sobre la manta para quedar a cuatro patas sobre mi, con su cabello cayendo a ambos lados de su cara, rozando la mía, mientras no duda en bajar a besarme, me hace gemir de nuevo, ansiando tener su cuerpo pegado al mio, tal como lo he tenido hasta hace unos segundos.
Casi como si fuera algo natural, tiro de su camiseta para subírsela hasta sacarla por su cabeza. Ver como esta de rodillas sobre mi, con las piernas abiertas, su pecho totalmente expuesto, adornado de esos tatuajes que se pierden por el bajo del pantalon, me hace estirar mi mano para acariciar algunos que pasan sobre uno de sus pectorales.

ESTÁS LEYENDO
MANADA
WerewolfPara los cambiantes, vivir en familia o en grupo es mantenerse a salvo. Guardar las apariencias, mantenerse alejados de los humanos... Para un cambiate lobo, vivir en grupo es vital. Un lobo no es nadie sin su manada, vive por su manada, poniendola...