Ver como mi hijo sigue las indicaciones de Renji es hipnotizante. Hace dos días que salimos por la mañana, para que Haruka intente cazar algo. Renji le ha explicado todo antes de pedirle que cambiara, y aunque él mantiene su forma humana, puedo notar ciertos cambios físicos como sus ojos, sus colmillos, las finas garras en que se han convertido sus manos y el pelo rojizo que ha crecido a ambos lados de su rostro y cuello, cubriéndolo parcialmente.
La primera vez que lo vi cambiar, estaba tan asustado con todo lo del secuestro de Haruka, que no pude pararme a apreciarlo, aunque recuerdo la ferocidad de sus ojos, o la suavidad de su pelaje contra mi rostro, cuando me dejo apoyarme en él, o el sonido de sus gruñidos y como su cuerpo se movía, tensándose por completo antes de atacar a la loba. Aunque lo que realmente me sorprendió fue la sensación de protección que emanaba. Era como si él estuviera allí solo por mi... que idiotez...
Siempre pensé que, si algún ser sobrenatural existía y llegaba a cruzármelo, estaría realmente aterrado, pero lo cierto es que lo que siento al ver a Renji a medio transformar no es para nada terror.
Mi cuerpo no deja de hacerme malas jugadas cuando él está cerca. Es cierto que los donceles no tenemos ningún tipo de ciclo que nos afecte como a los lobos con sus celos, pero estamos preparados para excitarnos y humedecernos cuando estamos cerca de una persona que nos gusta... mucho... tanto como para querer tener sexo con esa persona, o incluso quedarnos embarazados.
Cuando me quede embarazado de Haruka, ni siquiera me sentí excitado. Saber que había quedado en estado fue un shock porque siempre pensé que mi cuerpo daría muestras de estar preparado cuando fuera a suceder. Sin embargo, ocurrió y siempre he pensado que fue por culpa de la naturaleza de ese hombre lobo.
Ahuyento los malos pensamientos observando a Renji, como todos los días. Desde que nos besamos por primera vez, he notado cambios en él. En como me mira, como me habla, como nuestros cuerpos parecen estar obligados a la cercanía, cosa que sorprendentemente no me molesta, aunque si me asusta un poco. Me asusta la intensidad que siento a su lado. Me asusta cuanto me gusta descubrirlo mirándome cuando estoy haciendo cualquier cosa. Me asusta lo deliciosos que sus sus besos, tan húmedos y profundos, que encienden hasta el ultimo rincón de mi ser. Me asusta haber deseado ir a mas de esos besos, no solo a las caricias que nos damos cuando conseguimos un rato a solas. Pero sobre todo, me asusta no ser capaz de ir más allá o de sí ir más allá.
También he notado su delicadeza con mi hijo a la vez que es firme. No lo trata como un niño pequeño, sino que le da importancia y responsabilidad. Le da la confianza que hace que Haruka no dude en seguir sus instrucciones a cada paso. Ver como mi hijo acepta cada indicación de Renji, me hace ver lo importante que es para él y eso me lleva a la siguiente pregunta, ¿Que pasara cuando nos vayamos? Mi hijo sin duda lo echaría de menos... yo, lo echaría de menos... pero la idea de quedarnos es tan imposible como que su manada me acepte entre ellos.
Veo como la maleza se mueve, justo donde Renji le ha señalado a mi hijo y un pequeño conejo sale con pequeños pasos confiados e ignorantes. Miro a mi hijo como abre los ojos dilatando sus pupilas. Es increíble ver como se agazapa esperando el momento adecuando para saltar sobre el animal, solo que al hacerlo, pisa una ramita que cruje alertando al conejo que salta justo un segundo antes de que mi hijo llegue a él.
-Uy... muy bien Haruka.- Dice Renji poniéndose en pie y sonriendo a mi pequeño que vuelve hacia él con las orejas gachas.
Cuando lo alcanza, Renji se agacha y le habla con dulzura a la vez que le acaricia la cabeza. No se que le esta diciendo, pero solo por como lo mira, de nuevo en su aspecto totalmente humano, y la sonrisa suave con la que acompaña sus palabras, sé que nadie podría mirar a mi hijo de la misma forma en que él lo hace. Como debería mirarlo un verdadero padre.

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MANADA
مستذئبPara los cambiantes, vivir en familia o en grupo es mantenerse a salvo. Guardar las apariencias, mantenerse alejados de los humanos... Para un cambiate lobo, vivir en grupo es vital. Un lobo no es nadie sin su manada, vive por su manada, poniendola...