Aizawa despertó sudando después de haber tenido una pesadilla, en la que él era uno de los Omegas secuestrados y en cinta, a punto de ser obligado a dar a luz y saber que después sería obligado a dejar a su bebé. Suspiró pasando su mano por su rostro sudado, aunque ahogó un quejido al sentir algo de dolor al mover su cuerpo, seguramente por culpa de la descarga que recibió. Vio hacia la ventana, viendo que aún era de madrugada.
Recordar todo lo que había pasado hacia solo un par de horas hizo que su lobo, aún muy sensible y despierto, se removiera, maldición. No podía creer que ese rubio idiota había matado a alguien frente a el mientras estaba en un estado tan vulnerable, ahora su lobo sentía mayormente miedo y sumisión al pensar en él. Aun así sabía que esa muerte podría ser simplemente su propia culpa, por ser descuidado y dejarse atrapar, puso en peligro el caso y una vida fue arrebatada, todo por su culpa.
Apretó las sábanas mientras sentía sus ojos picar por las lágrimas que se acumulaban, maldición, odiaba sentirse así, vaya que lo odiaba, sabía que si resolvió el caso tan rápido fue por All Smite, sin él seguramente ese negocio seguiría, pero había estado rompiendo la ley todo ese tiempo mientras trabajaban juntos. Todo era demasiado complicado.
El monitor cardíaco empezaba a sonar más rápido mientras sus latidos aumentaban, así que se quitó los cables que tenía encima y se calmó al quedar la habitación en completo silencio.
Se sentía tan confundido y frustrado, lo único que lo calmaba era pensar en que todo había salido bien, todos estaban a salvo, y ahora los responsables sería enjuiciados.
Al otro día vino una doctora a revisarlo y comunicarle que pronto podría volver a su casa, pues las heridas que tenía no eran graves, solo debía hacer reposo. Luego obviamente vinieron sus amigos preocupados, Mic y Nemuri hicieron un alboroto como siempre, pero algo que llamó la atención de Aizawa fue ver que Shirakumo se veía decaído, un tanto molesto, lo miraba con algo de decepción, tal vez por arriesgarse tanto. Solo lo ignoró para no sentirse peor de lo que ya estaba.
Cuando estaba solo en su habitación la puerta se abrió, y Aizawa se puso en alerta aunque se calmó al ver que era Tsukauchi. ¿Acaso esperaba a otra persona?
-Buenos días Eraser, espero que te encuentres bien - comenta con su voz monótona, y su mirada cansada.
-He tenido mejores momentos...-. Responde mientras ocultaba su pequeña decepción detrás de su rostro serio e indiferente, había estado muy agotado como para pensar en las consecuencias de haber estado trabajando con el vigilante más buscado de Japón, pero claramente Tsukauchi no estaba aquí para una visita amistosa.
El pelinegro saca una pequeña carpeta del interior de su gabardina para leer - Vine a informarte que todos los omegas fueron rescatados y reubicados, ahora se está realizando una exhaustiva investigación para ver quienes son los responsables de venderlos a esta organización, por otra parte las autoridades querían agradecerte por todo tu esfuerzo en este caso, tuvo un efecto positivo para la sociedad - comenta monótonamente, como si supiera que a Aizawa no le interesaba el reconocimiento.
Levanta una ceja al escucharlo, ignorando el agradecimiento que no le importaba, incluso diría que era divertido, si tan solo todas esas personas supieran quién fue en verdad el que resolvió el caso de manera tan rápida y efectiva.
-¿Solo eso?-. Cuestiona mientras se acomodaba en la camilla- Pensé que vendrías con una orden de arresto o algo así, ambos sabemos que he estado rompiendo la ley durante todo el caso-. Comenta intrigado mirando los ojos cansados del oficial.
- Lo sé... Pero cuando hay buenos resultados que benefician al estado, los métodos no importan - comenta guardando la carpeta de vuelta - Y no lo ordeno yo, lo ordenan las autoridades... Todavía hay muchas cosas que no sabes, pero creería que es bueno supongo-.
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|| TU VIGILANTE ||
Fanfiction•Universo alternativo / historia colaborativa •Omegaverse ✓ ¿Qué pasaría si una noche te encuentras con el vigilante más temido de Japón?