|| TU VIGILANTE ||

Capítulo 14

Toshinori se acostó cansado, mientras se acomodaba con Aizawa para mantenerlo cerca, gimiendo al sentir su nudo apretado en su interior. Ya era el último día de su celo, pero eso no significaba que sea más tranquilo y suave.

Con cuidado lo abrazó mientras se acercaba para besar su hombro y subir hasta besar su nuca, la cual solo tocó con sus dedos.

Ninguno de los dos había tocado el tema de la marca, internamente sabían que sería muy arriesgado al estar en peligro constantemente, y ninguno de los dos quería pensar realmente en eso, así que preferían solo disfrutar su tiempo juntos.

Shouta poco a poco recuperaba un poco la conciencia, estos días teniendo sexo con Toshinori cómo animales habían sido tan maravillosos como agotadores, pero no podía quejarse, el rubio lo atendió y cuido tan bien, siendo muy cariñoso y dulce en cada momento, sin quejarse por la actitud juguetona y rebelde de su lobo, el cual le había dejado suficientes rasguños y mordiscos cómo para que el rubio tuviera que aplicar maquillaje si quería ocultar las marcas más visibles.

No es que se arrepintiera de eso, en parte su lobo tuvo la intensión de marcarlo visiblemente para decirle a todos que era su alfa.

Toshinori cerró los ojos mientras disfrutaba de sus feromonas, deseando quedarse así por un tiempo largo, pero sabía que después de esto Aizawa se tenía que ir, y no estaba seguro en que quedó su relación, pero sinceramente no quería hablar de eso. Su lobo no pudo evitar gruñir mientras abrazaba más fuerte al menor.

-Te amo...-. Susurra de la nada mientras escuchaba los latidos de su corazón y sentía los brazos del rubio sosteniendolo con fuerza, podría ser demasiada fuerza, pero en este momento solo podía pensar en cuanto deseaba que el tiempo se detuviera, y poder disfrutar de ese momento eternamente, él y Toshinori juntos, sin nadie que los amenace ni les impida estar juntos, solo ellos dos, amándose, pero sabía que era un pensamiento ilógico e infantil.

Le dolió el corazón al escucharlo, acariciando su cuerpo para memorizarlo, disfrutando de la calidez de la cercanía. En verdad nunca imaginó que volvería a sentir algo por alguien, no después de lo que pasó con su maestra, y hasta el punto de replantearse su objetivo de morir luchando.

- Yo también te amo - contesta cerrando sus ojos.

Al escucharlo sintió su corazón latir con fuerza, mientras cerraba los ojos y se dejaba llevar por el sueño, deseando siempre estar al lado de esta persona.

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Al día siguiente finalmente el celo del Omega habia terminado, ambos se levantaron cerca de medio día, para darse una ducha juntos, dónde se dejaron llevar unos minutos entre mimos y besos, disfrutando el poco tiempo que les quedaba juntos antes de que Aizawa volviera a su departamento.

-¿A qué edad empezaste a hacerte estos tatuajes?-. Cuestiona con curiosidad mientras miraba el pecho del rubio, desde la primera vez que lo vio sin camisa no pudo evitar quedar intrigado por sus tatuajes.

- Creo que nunca me preguntaste la edad para empezar - contesta con burla, escuchando como el menor bufaba en respuesta - Hm... Creo que tenía 22 cuando me hice el primero, sinceramente solo eran una forma de pago, luego si decidí tatuarme algunas cosas... - comenta con normalidad, viendo como Aizawa dibujaba uno de ellos.

-Siempre quise hacerme uno, pero hasta hace unos años los tatuajes para Omegas estaban prohibidos, y para ese momento les había perdido el interés-. Comenta mientras seguía trazando uno, el cual parecía ser el más grande todos, que iba desde su cadera hasta casi el pectoral del lado derecho.

Parecía una especie de flor retorcida, un tanto abstracta, pero era hermoso de ver.

Toshinori sintió a su lobo molestarse por escuchar eso. Siempre le pareció demasiado estúpidas las leyes que  prohibían a los omegas hacer lo que quisieran con sus propios cuerpos, como si fueran cosas que podían perder valor. Todavía recuerda que cuando lanzaron esa prohibición, lo justificaron con asuntos médicos, que luego comprobaron que eran falsas por obvias razones. Era demasiado ilógico.
Además le enojaba saber que su pareja quiso algo y no lo pudo tener por esas estúpidas prohibiciones.