Capítulo 34

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Las semanas pasaron y varias cosas habían pasado. No fue fácil pero Toshinori logró convencer a Torino para que aceptará comenzar a entrenar a su discípulo mientras él estuviera en la cárcel. Por lo que tuvo que buscar al mocoso como la vez anterior, y como primera lección decidió atacarlo con la guardia baja, viendo como obviamente el menor terminó con la cara en el suelo y sin entender que pasaba. Tenía un largo camino por delante.

Por otro lado, al ver que Toshinori no progresaba mucho en sus evaluaciones, Mirai hablo con el director Nedzu de UA y comenzó a analizar a los alumnos del lugar como futuros portadores, interesándose en un chico en particular, el cual además de no rendirse tenía mucho carisma.

Aizawa por su lado siguió estudiando y cuidando de Haruki, descubriendo que la tablet si era de mucha ayuda. Era más fácil para seguir leyendo mientras estuviera cocinando, o para descargar archivos. En verdad fue una gran ayuda. Además también la usaba para ponerle videos a Haruki para entretenerlo, y era mejor que ponerlo desde su celular.

Cada días Shouta veía como su bebé crecía más y más, cada vez más inquieto, ahora tenía que estar atento ya que tenía más energía y le gustaba gatear por toda la casa, intentaba jamás quitarle el ojo de encima. Aveces solo lo ponía en el gimnasio y lo dejaba viendo algún vídeo en su tablet, la cual dejaba sobre un soporte a una distancia segura para que el bebé no intentará tomarla.

Aveces le tomaba fotos y se las enviaba a Toshinori en cartas, sabiendo que el rubio le encantaría ver qué su bebé también disfrutaba del regalo que le había dado.

La cámara instantanea no había sido una mala idea después de todo, era más fácil conseguir la foto para enviársela.

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Aunque Toshinori no tenía el mismo rendimiento de antes decidieron mandarlo a una misión, no tan arriesgadas como las otras, pero si complicada, a manera de refuerzo en Rusia. Si bien para el gobierno era beneficioso compartir el poder del rubio con otros países, Toshinori en verdad se estaba deprimiendo, y esperaba no volver medio muerto esta vez.

Shouta solo supo con Tsukauchi que Toshinori fue enviado de nuevo a una misión. Intentó no preocuparse demasiado, y controlar su temperamento, aunque lo único que quería era ir contra Mirai y patearle el trasero a ese cuatro ojos con cara de piedra. ¿En verdad ni siquiera podía dejar de mandar a Toshinori a esas malditas misiones al ver su estado? No parecía ni siquiera considerar que tenía un hijo.

Bueno, lo último sonaba absurdo pensando en el hecho de que nadie veía a Toshinori con una persona, solo él y otras 3 personas. Y el hecho que tenga un cachorro lo pone peor, era un milagro que no le hayan sacado sus salidas. Además Haruki andaba muy molesto y lloraba mucho. Otra vez lo llevó al médico y le dijeron que estaba bien, por lo que supuso que la razón era que extrañaba a su padre, no podía culparlo.

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Un día Shouta estaba leyendo sus apuntes en la sala con su cachorro, el cual ahora se había calmado y jugaba con sus juguetes, junto con una prenda de su padre. En eso el timbre suena y Shouta se sorprende, pues al mirar la hora no creía que fueran sus amigos. Cuando va a la puerta se sorprende al ver que era Oboro.

No sabía cómo reaccionar, la última vez que se habían visto en verdad había pensado que el peliceleste jamás se le volvería a acercar, mucho menos volvería a la casa después de la amenaza de su pareja, la cual había dejado su aroma por todo el departamento con normalidad, dando a entender que ese era su territorio.

Por instinto su lobo tuvo miedo de que quisiera agredirlo estando su bebé en la sala. No quería abrir al no saber con qué intención venía, pero era incómodo, pues por el sonido y su sobra bajo la puerta seguro ya sabía que estaba ahí, no podía mentirle y decir que no estaba.

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