VI

47 4 0
                                    

Faith

Bajo al parqueo y monto sobre mi Mercedes rojo. Salgo sin más hasta la casa que me vio crecer para pasar el fin de semana.

Él recorrido se torna tedioso cuando siento que cada vez me voy acercando a la mansión. Sopesando el que le veré nuevamente, en que todo lo que he construido puede pender de un hilo si Dareen sigue aferrado a la idea de tenerme nuevamente.

A mi mente llega el momento en que todo comenzó, pasan los destellos de lo que esa noche sucedió y por consiguiente no pudimos controlar después.

Quince años atrás

La celebración iba a ser por todo lo alto, toda la familia estaba reunida como tal para dar comienzo al verano como cada año. Llevábamos días en casa preparando estas esperadas vacaciones, aunque para mí iban a ser igual que pesadas que las pasadas.

Siempre me dejaban fuera de todo. Se mofaban de mí y yo era el centro de sus más pesadas bromas. Estaba hastiada de ser la menor del grupo y por tanto la más repudiaba por todos.

El único que me defendía era Dareen y la mayoría de las veces prefería estar solo, que no junto al grupo haciendo travesuras. En eso consistía cada verano que pasaba en casa de los abuelos.

Iba por ellos, de lo contrario hubiese inventado tener malaria o hubiese pescado a posta un resfriado fuerte para evitar ir. Aunque en nuestra familia eso era una tradición. Cada verano íbamos hasta la gran mansión Bowers.

El carro de mi padre frena en la entrada principal de la propiedad la cual diviso seria. Amo lo grande que es, siempre me ha gustado estar aquí, a excepción de mi gran número de primos, a excepción en especial de Heather.

—Anda Faith, deja de soñar despierta —regaña Phoebe, mi hermana mayor bajando del auto dando un portazo.

Blanqueo los ojos por su acción. A veces es demasiado insoportable lidiar con ella.

Bajo por mi lado y entro siguiendo a mi padre que es último en apearse del auto.

Escucho las voces de mi familia ya dentro. Los murmullos femeninos y masculinos están todos dispersados en la sala de estar. Mi campo de visión los repara a todos.

Están sentados en los muebles caros de la entrada, todos con sus equipajes y maletas en el suelo. Llevo mis ojos por todos los miembros hasta posarlos en él, en mi abuelo.

Corro a su encuentro cuando me abre los brazos ante todo el mundo. Mi cuerpo impacta con el suyo aferrándome a su espalda cuando lo abrazo, inhalo su olor a tacaño y coñac.

—¿Y para mí no hay el mismo recibimiento? —se molesta la abuela y sonriendo me separo de él, para abrazarla a ella.

La misma reparte besos por mis mejillas tal cuál hace desde que tengo uso de razón.

Sonrío.

Ellos son la única razón por la cuál sigo viniendo.

Phoebe llega a ellos repitiendo mi acción y tomo asiento en la butaca también ocupada por Heather.

—¿Qué has comido que te has estirado tanto? —increpa en voz alta haciendo a todos reír mientras enfocan los ojos en mí.

Inspiro y me encojo en el asiento.

Ella puede ser un grano en el culo cuando quiere, o no, corrijo lo dicho, siempre lo es.

Todos ríen por su comentario.

Resulta que Sergio es el más cercano a mi edad y es mayor que yo por dos años, tengo solo quince cuando la mayoría de mis primos tienen veintitantos, incluida mi hermana.

Cobrando Cadenas, Cobrando AparienciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora