Cobrando Cadenas, Cobrando Apariencias

VII

Faith

Mis piernas no iban a flaquear ahora. Me siento un borrego bajo su predador cuando me mira de esa forma tan felina y torciendo una sonrisa a la par.

Paso saliva sonriendo abiertamente. Me aproximo directamente hasta el abuelo sin dudar ni un segundo en abrazarlo contra mí. Está en el centro del salón en su típica butaca.

—Gracias por venir —murmura en mi oído.

—Está de más eso abuelo —tercio separándome y sonriéndole de forma más amplia.

Vuelvo la mirada a todos los demás y voy saludando a toda mi familia que solo espera por mí al parecer.

Beso a mis tíos y tías, luego paso a saludar a mis primos todos y cada uno hasta llegar a él.

Los nervios me hacen una mala jugada cuando en vez de verle a los ojos bajo la mirada a sus labios.

A ese maldito lunar.

Se reproducen escenarios donde ese jodido lunar fue lamido y mordisqueado tantas veces por mis labios y lengua.

Bloqueo esos estupidos pensamientos que no me hacen nada bien.

Sus ojos me miran como si estuviese en cámara lenta cuando me inclino hacia su rostro. Hasta que planto un beso en su mejilla separándome al instante. No sé si condescendió en el saludo y tampoco me importa, saludo a su mujer a su lado y me siento en el único asiento vacío de la gran sala.

Carajos.

—¿Y Phoebe? —pregunta el abuelo dirigiendo su rostro a mi padre.

—No esperéis mucho de Phoebe, la última vez que hablé con ella estaba en Italia —interviene Katherine y evito torcer los ojos.

Hace meses que no chateo con mi hermana. Realmente me sincero al decir que jamás he tenido una discusión con ella, simplemente nos llevamos muchos años de diferencia y al ella terminar la carrera en la universidad que padre le obligó a cursar, se largó de casa y se hizo una actriz famosa.

Tal cual escuchan.

Mi madre baja la cabeza al oír semejantes palabras de parte de una de las gemelas. Odio que siempre sea tan mansa y dócil.

Pero más detesto la petulante actitud de esas dos primas en especial. Tan diferentes a Ava y Alison...

—Pues vayamos a almorzar en tanto los empleados suben las maletas —comenta el abuelo y le sonrío cuando sus ojos se posan en mí.

Tan mayor que es y no luce para nada como una persona enferma, al contrario, creo que me hubiese reído en la cara de cualquiera que me hubiese dado la noticia de la leucemia, no le creería.

Pero el abuelo jamás mentiría.

Dareen se pone de pie sin mirar siquiera a su mujer o a alguien en específico. Va directo hasta el comedor.

Me siento como si otra vez regresara a esos veranos donde solo veía estas paredes más como prisión que como paraíso.

Su mujer se levanta del sofá sola incómoda al sentirse fuera de lugar. Sencillamente mi familia a penas repara en ella. Es como sino existiera, la única que cruza palabras con ella es mi tía Edith.

Bufo viéndola caminar.

No he tendió chance que entablar alguna conversación con ella, pero verla a su lado y con el anillo puesto en el dedo me carcome los sentidos. Con solo respirar ya siento rabia al verla.

«Estás celosa»

Es alta, linda y luce bastante natural en comparación mía. Amo ser como soy pero siempre hay tipos de personas a nuestro alrededor que te molestan con solo existir.