XXI

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Faith

Mis pasos se quedaron anclados cuando escuché tales palabras:

—Lo sé. Yo la amo abuelo. Más de lo que nunca he amado a nadie. Quiero todo con ella. Quiero hacerla feliz y no sabes lo mucho que agradezco que nos des tu aprobación.

Mi corazón dio un vuelco al oírle admitir lo que tanto ansiaba. Llegó tan cegando por la ira, la furia y con ansias de venganza que ahora todo había cambiado. Sentía que estaba con Dareen de verdad, con el hombre del cuál me enamoré una vez. Aunque con una personalidad un poco más gélida y fría, era el mismo.

Pero al pasar el idiotizamiento, si era que esa palabra en realidad existía, me di cuenta exactamente con quien mi primo estaba hablando.

—Entonces quiero que os caséis cuanto antes. Quiero morir sabiendo que ambos sois felices —demandó el abuelo y en ese momento mi bolso se resbaló de las manos.

Lo sabía.

El abuelo lo sabía o Dareen le estaba contando.

Me percaté de que ambos hombres me miraron dándose cuenta de mi presencia. El corazón me late a mil por horas e instintivamente llevo los ojos al hombre que ha sido como mi padre.

—Abuelo yo...

—¡No intentes disculparte! —exclama antes de que termine.

Y me quedo callada con los nervios a flor de piel. Dareen parece darse cuenta porque me toma de las manos y me lleva ante Leonardo Bowers.

—No has cometido ningún error, del cual debas lamentarte o pedir disculpas...

—Pero abuelo —intervengo al oírle.

—Ningún ser humano manda en sus sentimientos pequeña. Tú y Dareen no sois la excepción.

Y mi interior se estruja con una mezcla de felicidad y nostalgia. Tantos años ocultando mi mayor secreto culpándome porque el abuelo fuese a odiarme en el momento en que lo supiese, y en realidad ha sido todo lo contrario.

—¿Qué haréis Dareen? —le pregunta y llevo los ojos a mi primo, al hombre que amo.

—Nos casaremos. De una vez por todas quiero gritar al mundo que me pertenece Faith Bowers —secunda y mi sonrisa se abre aún más, si es que antes ya no estaba abierta.

La ilusión llena mi vida de esperanza y la felicidad fluye por mis venas. Sin más, lo abrazo y él me aprieta contra su pecho.

Seremos felices.

Al fin seré feliz.

Al fin mi vida volverá a tener sentido.

Con la bendición del abuelo, nada más me importa. Y no es que si él no estuviese de acuerdo iba a dar marcha atrás, sino que su opinión es muy importante para mí por ser quien es en mi vida.

—Os dejaré solos. Pequeña, dale un abrazo a este viejo que está celoso —dice tras interrumpirnos y riendo me acerco a él.

Me fundo entre los brazos de Leonardo y besa mi coronilla.

—Si este granuja te hace daño yo mismo me encargaré de hacerle pagar —advierte en tono juguetón a Dareen.

Y vuelvo a abrazar a mi abuelo con los ojos acumulados de lágrimas.

—Te amo tanto Leonardo —susurro con la voz ahora llena de tristeza.

Si él se va de este mundo...

—Todo estará bien pequeña. Dareen cuidará de ti, me siento ahora más tranquilo pensando en que moriré dejando a alguien que de verdad te protegerá como yo —señala y mi corazón se contrae.

Cobrando Cadenas, Cobrando AparienciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora