XI

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Faith

Sonrío ante la presencia de ambos. Dareen y su esposa entran y saludan a Erling ambos con mucha naturalidad y yo creo desfallecer en cualquier segundo. Los ojos del hombre que hace erosionar mi lado femenino recaen instantáneamente en mí.

Unas corrientes se extienden por todo mi cuerpo ante su presencia y atención. Siento cómo mi cuerpo grita cosas que mis labios ahora mismo jamás dirían en voz alta.

—Prima... —saluda esbozando una abierta sonrisa.

La mía ya estaba dibujada antes en mis labios. Por tanto solo me esfuerzo en mantenerla sin que se agriete cuando su cuerpo se aproxima pecaminosamente al mío solo para saludarme.

Su aroma llena mis sentidos y me hace cerrar los ojos revolcando todo lo que pasó hace menos de un día.

Los abro de sopetón y veo su ladeada sonrisa frente a mí. La mujer se sitúa en mi campo de visión y la saludo con un beso formal. Escucho a Erling mandarlos a entrar de forma educada pero mis piernas no logran moverse.

Nos quedamos Dareen y yo solos en el recibidor y de un momento a otro mi sonrisa se afloja.

—¿Problemas en el paraíso? —secunda en forma de burla.

Mis ojos lo fulminan directamente.

—¿Qué demonios haces aquí? —mascullo viendo sobre mi hombro.

—Oh, mi primo me invitó hace cosa de unas horas —sigue respondiendo con ironía.

Intento calmarme pero estoy ansiosa por todo lo que ha cambiado en mi vida en cuestión de días. La culpa me llena el encéfalo cuando nuevamente imágenes eroticas se reproducen en mi cabeza.

—Me encanta ver esa reacción en ti —murmura solo para los dos y demasiado cerca de mi oído.

Mi vello en consecuencia se eriza.

—Eres un libro abierto para mí pequeña Faith, siempre lo serás...

Escucho los murmullos de mi esposo y la mujer de Dareen a lo lejos.

—¿Por qué te fuiste tan rápido de la mansión? —inquiere ahora sí en tono neutro—. ¿No me digas que estabas huyendo? Porque la Faith que conozco jamás haría tal cosa.

Nuevamente el sarcasmo escurriendo por cada palabra salida de su boca.

—Vamos dentro —indico y me volteo pero su mano me detiene mucho antes.

—Algo te sucede y sé que la gran mayoría de ese algo tiene que ver conmigo. ¿Qué demonios es lo otro? —farfulla y siento su palma tibiar la zona que me sostiene.

Mi mente se hace un torbellino con uno solo de sus roces. Pero pestañeo recordando dónde estamos, con quién estamos y quiénes somos.

Me suelto de un tirón.

—Nada que te importe —replico.

Se cruza de brazos retándome.

—Hagamos una apuesta...

El tono juguetón en su voz nuevamente me hace ser envuelta por apremiantes sensaciones.

—No haré nada, mucho menos contigo —rebato de malas maneras.

—Oh, la gata acaba de sacar las uñas. ¿Qué demonios te tiene tan de malas pulgas?

Bajo la mirada por unos instantes pero me irgo al siguiente.

—Vamos a cenar...

—¿Ese maldito imbécil te ha...

—Ya dije que no es tu asunto Dareen —le interrumpo la pregunta.

Cobrando Cadenas, Cobrando AparienciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora