XIX

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Faith

Abro los ojos a un nuevo día y sopeso todo lo que ha sucedido en horas. Mi vida había dado un giro de ochenta grados en cuestión de nada. A veces creía que todo era un sueño y que en cualquier momento podría despertar. Estaban pasando demasiadas cosas y había mucho en juego.

Mi matrimonio se había roto y una lucha estaba por venirse con lo que tenía pensado hacer, pues sabía que Erling no iba a quedarse de brazos cruzados.

La llegada de Dareen me hizo volver a la realidad de lo que en verdad me hacía feliz, de lo que hacía mi mundo girar y era estar a su lado, pero todo estaba en contra.

Y nuestra familia era el principal obstáculo. No sabía cuál iba a ser la reacción de todos pero no iba a bajar la cabeza por temor. En muchos países casarse entre primos era una costumbre, en cambio aquí habían personas que claramente acusaban la práctica de incesto, cosa en la que prefería no pensar.

Mi mente prefería quedarse en mis latidos acelerados cada vez que lo sentía, en cómo mi corazón daba un vuelco con un efímero roce de su piel contra la mía y cómo se desvanecía todo a nuestro alrededor cada vez que nos fundíamos en uno solo.

En esas deliciosas sensaciones vivirá mil años.

Solo él y yo.

Pero la vida real era más difícil. Era un mundo hipócrita lleno de jueces que solo te señalaban con el dedo. Y no solo podría perder la aprobación de mi familia, sino también la empresa que era un legado familiar, iría a la quiebra si lo nuestro causaba tanto revuelo.

La alarma suena y me pongo de pie. Me preparo para comenzar el día y antes que nada tecleo al reportero que antes me dio su tarjeta de contacto. Agendamos una cita en mi oficina y me meto en el baño.

Paso varios minutos en la bañera llena de aromatizantes y gel sin alcanzar una relajación. Me sentía estresada. Así que salí y me comencé a vestir optando por un juego formal de camisa y pantalón ajustados de color azul cielo. Calce mis pies en unos tacones Jimmy Choo de color blancos y de punta fina.

Combine con una cartera a juego con los tacones y me dediqué a maquillarme. Llené mi rostro de cremas, polvos, apliqué sombras, hice contornos y me encantó el resultado. Dibuje mis labios con un creyón color carne y sonreí.

Dejé mis inseguridades atrás y encontré motivos para sonreír.

«Has sentido tu corazón latir otra vez Faith»

«Estas en el puesto que siempre soñaste en la compañía Faith»

«El abuelo siempre te apoyará, pase lo que pase Faith»

«Dareen va a darte otra oportunidad de ser valiente Faith»

Me dije todo eso a mí misma y acabé con el semblante diferente. Era momento de ponerme a mi por encima de todos.

Salí fuera de la habitación aunque es temprano. Escucho los murmullos de la familia abajo y con el pulso acelerado me aproximo al tumulto.

Están todos en la mesa con el abuelo. Excepto Dareen y su esposa.

—Faith cariño, ven a desayunar —alega el abuelo al verme y todos concentran sus ojos en mí.

—Buenos días a todos —les saludo tomando asiento.

Los empleados ponen un plato para mí y comienzo a comer oyendo a Heather ser el centro de toda la atención en la mesa. Parlotea sobre una celebración y al cabo de varios segundos escucho que se trata de su boda.

—Quiero que la hagamos en la casa High Park en Miami abuelo —pide viendo al más viejo Bowers.

—Claro pequeña, pero creo que deberíamos prolongar un poco más la boda.

Cobrando Cadenas, Cobrando AparienciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora