Capítulo 18

540 51 11
                                    

SANTINO

Aún tengo fresca en mi memoria la imagen de Caesar mostrándome sus pulgares en alto, robándose los libros que utilizo para enseñarle a Natasha antes de dejar mi habitación, cada quien dispuesto a lograr su cometido el día de hoy, escurriéndose por las escaleras en dirección al tercer piso en cuanto vio a Aless dejar su cuarto, esta vez sin el yeso, su brazo está completamente curado, el doctor le dijo que tenía que ejercitarlo para acostumbrarse a la actividad otra vez.

Y tengo una idea muy buena de cómo puede ejercitar su mano, comenzando con sujetar y luego subir y bajar en movimientos rítmicos, mejor si le suma la boca...

Para la coordinación, digo.

Siete minutos después, tocaron a la puerta.

— Hola ¿Cómo estuvo la cita con el médico?

Intentando hablar de manera casual, acomodándome el cabello, moviéndome para darle espacio y dejarlo pasar, tragándome el nudo de nervios, creo que mi plan de aparentar calma ya no está funcionando.

Un mocoso no puede ganarme ¿Cierto? Tengo más edad y más experiencia.

— Estuvo bien, aunque Natasha tuvo que golpearme en la cara para aturdirme, yo no quería esa mini sierra cerca de mi brazo, estaba seguro que iba a cortarme.

Carcajee, cerrando la puerta tras él, quedándome parado en medio de la habitación como un estúpido, estoy nervioso, más aún ahora que su perfume está llenando cada rincón de mi espacio, es todo lo que puedo oler, se me comienza a poner dura la polla y ninguno a hecho ningún acercamiento, tengo que calmarme, ni siquiera sé lo que él piensa de mi plan, no hay nada seguro para hoy, no debería emocionarme sólo por tenerlo aquí.

Me reí de Caesar más temprano por ponerse duro al oler a la rubia, y me está pasando lo mismo, qué patético, pero no se lo diré nunca, no admitiré en voz alta que su problema del cual me burlé es más común de lo que pensaba.

— Creí que eras más valiente que eso, De Satis, siempre te jactas de tu valentía.

Bromee consciente de cómo me tiembla la voz, y él lo notó, sonrió coqueto y alzó una ceja en mi dirección, repasándome de pies a cabeza, dando un paso más cerca, provocando que me temblaran las piernas, me arde el cuerpo de la excitación, me palpitan... ciertos lugares que no deberían palpitarme, extrañan las atenciones del rubio, lo recuerdan, lo quieren de nuevo.

— Y soy valiente, mucho más que tú, Coppola ¿O crees que vine sin intenciones ocultas? — Empujándome con fuerza hasta empotrar mi espalda contra la puerta, azotando la madera al apoyar ambas manos junto a mi rostro— Te conozco desde que tengo uso ...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Y soy valiente, mucho más que tú, Coppola ¿O crees que vine sin intenciones ocultas? — Empujándome con fuerza hasta empotrar mi espalda contra la puerta, azotando la madera al apoyar ambas manos junto a mi rostro— Te conozco desde que tengo uso de razón, sabes en qué me especializo, reconozco cada cambio que hace tu rostro o tu postura, tu cuerpo habla mejor que tú — Rozándome la oreja con sus labios, bajando el volumen— Estás tan nervioso ahora mismo que no dejas de temblar ¿Nervioso por estar en un cuarto de nuevo conmigo? ¿Recordando todo lo que este sucio De Santis sabe hacer?

TÓMAME (CORREGIDO) +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora