SANTINO
Caí de espaldas a la cama, limpiando mi boca con el dorso de la mano.
Parte de la eyaculación de Aless me escurre por la barbilla, y este mocoso ni siquiera me ha dado tregua, sigue observándome hambriento, y yo feliz me dejo comer hoy, olvidaré todo. La edad, lo incorrecto, el que sea hombre, el que esta sea mi segunda vez... lo olvidaré todo y me entregaré al placer.
— ¿Qué esperas para desnudarte?
Pregunté.
Desabrochando mi camisa con dedos torpes, quería desnudarme rápido, el cuerpo me cosquillea, mi agujero palpita, necesito sus manos tocándome por todas partes, y que me mire así no ayuda, siento la sed de sangre proveniente de las dos piedras de cristal que tiene por ojos, la quijada apretada, un pie delante del otro, listo para atacar.
— ¿Tan necesitado de mí estás?
Dijo.
A diferencia de mí, sus manos no dudaron en ir hacia sus botones para comenzar a desnudarse, dedos expertos se movieron por su cuerpo, dejando caer las prendas sin cuidado alguno, sonriendo con suficiencia, sabe que está dominando la situación y que se lo estoy permitiendo.
— Sí, estoy muy deseoso, así que desnúdate y cógeme que llevo pensando en ello todo el día.
Admití al encontrar mi voz, tardando un poco más que él en quitarme los pantalones y la ropa interior, pateando los zapatos, me da un poco de vergüenza que me vea así, a él no parece molestarle en absoluto.
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TÓMAME (CORREGIDO) +21
RomansaNatasha tenía catorce años cuando su madre la vendió para sobrevivir a los crudos inviernos de Rusia junto a sus adorados hijos varones. Tres años pasaron como una pesadilla, viajando de país en país, de jefe en jefe, aprendiendo cómo ser más apetec...