Los primeros rayos de luz han despertado a Violeta hace rato. Agradece que así sea, pues estaba inmersa en una pesadilla que ya es recurrente. Chiara, con sus ojos verdes y su sonrisa perfecta observándola. Con los ojos achinados de felicidad. Pero cuando está a punto de acercarse a ella, otra chica toma escena y descubre que es a quien mira realmente la menorquina.
El dolor que ha provocado en su pecho no mitiga, por lo que se encuentra escribiendo en su libreta desde la cama. Se ha convertido en auténtica terapia para ella, más teniendo en cuenta que en el último mes solo ha ido cerrándose más en sí misma. Es la única vía de escape que le nace natural y a la que se aferra para sanar.
Piensa en Denna, cuya preocupación hacia ella es latente, habiendo intentado acercarse varias veces, y se siente mal por no ser capaz de hablar con ella y expresarse. Por eso, escribir en lo que ya es su diario es lo único que parece calmar su corazón, a la espera de reunir fuerzas para tumbar ese caparazón que lleva como salvavidas. Lee su última entrada en la libreta.
Desespero de cada día,
añoranza de algo que nunca fue,
me corrompe la mente,
mas el corazón no miente.
El tacto,
su pelo,
labios,
suaves,
mi velo.
Por más que intente quitarse de la cabeza y el corazón sus sentimientos hacia Chiara, parece que algo en ella no puede dejarlos ir. No puede dejarla ir a ella. Le duele especialmente recordar la manera en que se mandaban mensajes la una a la otra a través de Instagram, y cómo eso le provocaba mariposas en el estómago y vuelcos de corazón. Una leve sonrisa se posa en su rostro recordando las canciones y los poemas. Era un juego pícaro entre dos personas que se estaban dejando enredar por la ilusión y los comienzos de una relación. Era su secreto, y por eso era especial, porque solo ellas entendían esos mensajes. La sonrisa desaparece en cuanto es consciente de cuánto echa de menos esa sensación y es consciente de que debe olvidarlo, pues no se volverá a dar.
Mentiría si dijera que no ha estado pendiente de los últimos movimientos de la menorquina. Sabe, por sus publicaciones e historias colgadas, que ha estado en Madrid durante varias semanas al menos. La pelinegra ha estado compartiendo su trabajo en el estudio, alguna que otra sesión de fotos, en las que sale preciosa, y alguna entrevista promocionando su proyecto. Pero estando en la capital, supone que también habrá estado viéndose de nuevo con su ex, y aunque no ha colgado nada tan personal como es su vida privada que lo confirme, es un pensamiento que Violeta no puede quitarse de la cabeza.
Se ríe mentalmente ante su hipocresía, pues mira a su derecha para observar a Natalia durmiendo plácidamente. Por suerte, los ratos a su lado le sirven para olvidar un poco todo, pero tampoco se va a tratar de engañar a sí misma, porque sabe de sobra que no se acerca para nada a la sensación que tenía cuando Chiara estaba presente.
Decide sorprender a Natalia con un buen desayuno en la cama que les dé fuerzas a ambas para enfrentar el día, así que deja la libreta a un lado y sale de la habitación hacia la cocina. Prepara café, zumo de naranja y unas tostadas con aguacate y huevo. Coloca todo en una bandeja y se dirige de vuelta a su habitación, dando los buenos días por el camino a Salma, que se prepara para irse a trabajar.
Cuando entra en su habitación, la imagen de Natalia con su libreta abierta entre sus manos hace que se paralice en la puerta.
-¿Qué haces? - Pregunta alterada, al ver a la morena concentrada en las páginas de su diario. Natalia cierra la libreta despacio, y la mira con preocupación.
![](https://img.wattpad.com/cover/368537396-288-k67519.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Letra y Música - KIVI
RomanceChiara, una cantante y compositora emergente, se muda temporalmente a un pequeño poblado en busca de inspiración para su primer disco. Violeta, una joven escritora bastante conocida, está viviendo una crisis de escritora que se verá solucionada por...